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SERPIENTES Y ESCALERAS

Socialmente no hay manera de que el Congreso gane la lucha contra Cuauhtémoc Blanco. Si lo destituyen, cargarán con un enorme costo: perdonan al gobernador y castigan al presidente municipal. Si el alcalde se queda, la cámara quedará exhibida por su derrota jurídica. ¿Quién planeó la estrategia en el parlamento?

 

El proceso del congreso local contra el alcalde de Cuernavaca va más allá de una acción jurídica. Para muchos ciudadanos esta decisión está directamente relacionada con la sucesión del 2018 y con los intereses de algunos aspirantes a la gubernatura de Morelos, particularmente Rodrigo Gayosso. Socialmente veremos un Morelos antes y uno después de la decisión que los diputados tomen respecto al futuro político de Cuauhtémoc Blanco. Cualquiera que sea el resultado, habrá un costo político muy alto para los diputados.

Esta semana iniciará, según lo informaron los legisladores, el análisis de la solicitud de revocación de mandato del presidente municipal de Cuernavaca en la comisión de gobernación del congreso; luego de que 17 diputados firmaron la petición para que el edil capitalino sea removido de su cargo por no contar con los requisitos de elegibilidad, viene el desahogo de pruebas y dictamen sobre el mismo. La ley establece que una vez que los diputados formalizaron la petición, se envía a la comisión, se llama al acusado para que se defienda y luego se emite un veredicto. Según los cálculos de algunos, esta misma semana Cuauhtémoc Blanco podría quedar fuera del gobierno de Cuernavaca.

A decir de varios legisladores, la suerte del ex futbolista está echada y sólo se seguirá el procedimiento que marca la ley para concretar su expulsión del gobierno municipal. Quizá por eso el diputado de Movimiento Ciudadano Jaime Álvarez Cisneros declaró públicamente que era “inminente” la destitución de Cuauhtémoc Blanco Bravo.

Pero aunque aparentemente todo estaría listo para que el presidente municipal de Cuernavaca sea removido del cargo, comienzan a aparecer señales distintas: hay grupos sociales que se han manifestado en contra de su destitución, organizaciones de profesionistas que hablan de la improcedencia jurídica del acto y ahora surgen figuras políticas que se manifiestan contra la postura de los diputados porque, afirman, no existen elementos para actuar en contra del ex futbolista. Incluso dentro de la cámara algunos legisladores empiezan a dudar del procedimiento y refieren la posibilidad de que el asunto se caiga por no estar bien sustentada.

Hay dos caminos procedimentales para este asunto. El primero es dentro de la cámara a través de la acción que siguen los diputados; ahí no hay manera de que Blanco Bravo la libre porque los legisladores (Jaime Álvarez dixit) ya anticiparon cuál será el veredicto, aún sin haber escuchado al acusado ni revisado las pruebas a su favor. Será declarado culpable.

El otro camino es el amparo y puede tramitarse a partir de las declaraciones de los diputados. Si el alcalde acude ante una autoridad judicial y muestra que los legisladores dan por sentada su destitución sin haberle concedido el derecho de audiencia ni procedido con el desahogo de pruebas, un juez podría otorgarle la suspensión y con ello detener la expulsión que algunos diputados anticipan.

Pero independientemente del camino legal hay otro escenario que los legisladores parecen haber perdido de vista. Aunque muchos ciudadanos están inconformes con la manera como ha procedido el presidente municipal y otro tanto reclama las malas condiciones en las que tiene a Cuernavaca, esos mismos ven al congreso como un brazo ejecutor de Graco Ramírez y no como un verdadero espacio de representación popular.

Explico: en los últimos meses Morelos se ha convertido en un espacio de manifestaciones permanentes, no pasa semana sin que las calles, las plazas y las carreteras sean tomadas y en casi todos los casos los reclamos contra el gobernador. La popularidad del tabasqueño está en su peor momento y la credibilidad en el gobierno está en el punto más bajo del que se tenga memoria; nunca antes un gobierno estatal fue tan cuestionado, ni un gobernador causó tanto repudio popular.

Contra Graco Ramírez se han pronunciado casi todos los sectores; por primera vez en la historia de nuestro estado el gobierno se confrontó de manera directa con la iglesia y con la universidad, y utilizó al congreso como brazo ejecutor. Nunca antes hubo tantas marchas y bloqueos, ni se presentaron tantas expresiones públicas de desprecio contra un jefe del ejecutivo. Ni en la época de Jorge Carrillo la sociedad se manifestó tanto y tan duro contra el gobernador.

Varios grupos de ciudadanos han presentado demandas en contra de Graco, lo han acusado de malversación de recursos, de fraude, peculado, desvío, corrupción, protección a grupos delictivos y hasta crimenes de lesa humanidad. Varios de estos casos cayeron a la cancha legislativa y todos fueron desecharon sin ser analizados porque los legisladores consideraron que no existían los elementos para proceder a su revisión.

Esta situación ha lastimado de sobre manera al congreso, como nunca antes los legisladores han sido fuertemente criticados y los rostros de muchos de ellos se colocaron en unidades del transporte público acusándolos de corrupción y entreguismo al gobernador. Esa enorme campaña en su contra ha tenido consecuencias y por esa razón muchos de ellos han dejado de salir a las calles.

Esa sumatoria es parte ineludible del proceso que hoy se le sigue al alcalde de Cuernavaca. Cuauhtémoc Blanco ha denunciado (igual que antes lo hizo el obispo de Cuernavaca y el rector de la UAEM) que es víctima de la persecución del gobernador y que es atacado desde la cámara de diputados. Esa manifestación pública se mezcla con la simpatía social que aún tiene el ex futbolista y el resultado es muy peligroso para los legisladores.

En castellano: muchas personas ven mal al congreso porque lo ligan con Graco y ahora piensan que el proceso contra Cuauhtémoc es otra orden del gobernador. Este hecho genera simpatías hacia el alcalde (los odios unen) y pone a los diputados en una posición muy complicada, porque se percibe que el procedimiento podría estar orientado desde Casa Morelos.

Legalmente puede haber elementos para revocar el mandato a Cuauhtémoc Blanco, pero socialmente el proceso es mal visto porque el congreso está muy desgastado. Cuando el alcalde acusó a Gayosso y un diputado dijo que era “inminente” su destitución, la hipótesis de una confabulación tomó forma y validó las acusaciones del futbolista.

El problema de fondo en esta historia no es el camino que eligieron los diputados (ese está apegado a la ley), sino que en torno a esta historia apareció la figura de Rodrigo Gayosso y la mano de Graco Ramírez. Ahí la gente reaccionó y el americanista ganó.

Políticamente hablando este asunto será muy costoso para el congreso: si la destitución procede, muchos dirán que se trata de una venganza política ordenada por el hijastro del gobernador; si Cuauhtémoc no se cae, la cámara quedará exhibida y el futbolista se volverá un aspirante más fuerte a la gubernatura en el 2018.

  • posdata

Pocos políticos han entendido la jugada que hay en torno al alcalde de Cuernavaca. Atacarlo sin tene la certeza de detenerlo lo único que provoca es hacerlo crecer de cara al 2018.

Blanco no es político, no entiende de política, ni tampoco sabe nada de administración pública. Su gobierno es un desastre, la ciudad está peor que nunca y la soberbia con la que actúa asemeja a lo peor de la política de este país.

Pero los adversarios de Blanco lo están haciendo crecer, lo victimizan y lo impulsan a la gubernatura en el 2018. Intentar destituirlo es una manera boba de detenerlo, sobre todo cuando detrás de los ataques se ve la mano de uno de los personajes más odiados hoy en Morelos.

Igual que Graco, Cuauhtémoc sería un gobernante pendenciero e intolerante, con el ingrediente extra de no saber nada de esta tierra, ni tiene cariño por ella.

Los enemigos de Blanco son los quienes lo están proyectando a la gubernatura en el 2018.

  • nota

El temperamento no ayuda al presidente municipal de Cuernavaca. La rebeldía que le caracterizó en la cancha no le sirve ahora que tiene la representación de una ciudad y la responsabilidad de sacar adelante a un municipio. Se comprende el enfado de Cuauhtémoc Blanco al sentirse agredido por la clase política, pero ello es resultado también de su personalidad provocadora.

En medio de la crisis más severa que ha enfrentado en su corta trayectoria política, Blanco sigue actuando de manera imprudente y haciendo declaraciones desafortunadas. Lo primero que el presidente municipal de Cuernavaca debe hacer ante una situación como la actual es comenzar a tender puentes de acuerdo y diálogo político; lo segundo es moderar su lenguaje y calmar sus ansias de novillero. Lo tercero es tener un mejor equipo de gobierno y aprender a leer.

Esto es algo de lo que recientemente declaró Cuauhtémoc Blanco Bravo:

Esto no va a parar, es una guerra, una guerra que me la aventaron y que ellos serán… ponle tú 40 personas, nosotros somos un chingho eh ¡aguas con la gente! ¡Aguas porque somos un chingo!

No se metan con la gente, porque la gente se ha dado cuenta lo que quieren hacer, la gente está cansada, somos un buen hijo… la gente está fastidiada.

Me quieren destituir… ¿Por que? ¿Si me destituyen sabes quién entra?

Mi suplente… ¿y quién está detrás de el? Los Yañez.

Al suplente le van a decir: toma ésta lana y van a meter una terna de 3 al congreso… ¿Y sabes quién la va a manejar? Rodrigo Gayosso.

¡Pero aquí estoy, no le tengo miedo a nadie eh!... Y voy con todo, voy con todo hijo, namás con mi familia no se metan, con mi familia que no me la toquen porque ahí si me sale el cabrón que soy desde los 6 años. Ahí si me sale lo cabrón, con mi familia nada…

Conmigo que hagan lo que quieran, porque ahí si me van a tocar el tema del corazón y de mi jefa y mi familia no, ahí si brinco y salto.

Hasta el momento no me ha respaldado nadie, pero puede ser… Ya se los he dicho: forzosamente necesitas un partido, porque si no me va a salir como pinche boxeador, puros trancazos y defenderme… y hasta la fecha pus me he defendido gracias a dios”

  • post it

La carrera por la gubernatura de Morelos en el 2018 ha comenzado desde ahora. En los tres partidos hay figuras que destacan y se mueven de cara a ese proceso.

Por el momento en el PAN hay una sola figura que avanza con paso firme: Javier Bolaños. El legislador federal tuvo una buena actuación en el congreso local y ha trascendido en el federal; su posición como presidente en San Lazaro le proyecta, lo mismo que la presencia permanente que tiene en Morelos. Javier está leyendo bien los escenarios, es prudente en su actuar y con su postura respecto al juicio a Blanco, evita el desgaste mediático. Si no hay alianza con el PRD, Bolaños será el candidato del PAN y tendrá altas posibilidades de triunfo.

En el PRD la apuesta es por una alianza que oblique al PAN a ceder su lugar. Si eso se concreta el candidato sería Rodrigo Gayosso y ello, en lugar de fortalecer la propuesta bipartidista, abriría las puertas al PRI para su regreso al gobierno del estado. Si Gayosso no es candidato, otras figuras del PRD podrían aparecer con mayores posibilidades: Lucy Meza es la primera, también Javier García y hasta Fidel Demédicis; el problema para los tres es la resaca social que dejará Graco y el deterioro de sus siglas.

Para los priístas la historia es compleja, como siempre. En ese partido hay varios aspirantes, pero ninguno, hasta ahora, con la consistencia política y el respaldo social para ganar. Matías Nazario quiere ser candidato lo mismo que Paco Moreno, Jorge Meade, Marisela Velázquez y Amado Orihuela; el último es el candidato de Gayosso en el PRI. Para que el Revolucionario Institucional se alce con el triunfo en el 2018 deben pasar muchas cosas: primero que se pongan de acuerdo, segundo que vayan en unidad y tercero que elijan a un buen candidato. Eso o que PAN y PRD se unan y el abanderado sea Gayosso.

En esta historia también pueden aparecer propuestas ciudadanas. Si la oferta de los partidos es igual que en el 2012, un rostro distinto, sin siglas, puede modificar el escenario y dar una sorpresa a todos.

  • redes sociales

Luego de la difusión del audio en el que se escucha al diputado Julio Yáñez dialogar con una persona sobre los 30 alumnos y el gobernador Graco Ramírez, en lo que aparentemente sería una negociación económica para destituir al alcalde Cuauhtémoc Blanco, pensemos las respuestas que dará el inteligentísimo legislador:

1- ¡No es mi voz!

2- ¡Me clonaron!

3- ¡La plática fue con el director de mi escuela!

4- ¡Es un compló!

Elijan la que mejor les parezca.

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