En lo interno hay presiones por el descontento social y la menor producción petrolera, advierte
Los mayores riesgos vienen de fuera. Carlos Capistrán, economista en jefe de la firma financiera para México, consideró que la economía mexicana tiene por delante un periodo en el que, en el plano externo, se verá afectada por una reducción en el flujo de inversión extranjera directa. También por potenciales políticas anticomercio y antimigración por parte del nuevo gobierno de Estados Unidos, añadió.
México está enfrentando un ambiente externo complicado
, dijo Carlos Capistrán, economista en jefe para México de la firma financiera estadunidense.
Sin embargo, no todo viene del exterior. Internamente, una producción petrolera menor a la esperada podría ocasionar presiones extra al déficit de cuenta corriente (el balance entre la entrada y salida de divisas del país) ya que deterioraría la balanza comercial petrolera, apuntó.
Asimismo, el descontento social y un calendario electoral lleno en los siguientes dos años pudieran pesar sobre la actividad económica
, consideró.
Ante una eventual disminución en el crecimiento de la actividad en Estados Unidos, el principal socio comercial del país, el especialista anticipó una disminución en la demanda de productos mexicanos en aquel país, lo cual disminuirá el flujo de dólares a México.
Sin embargo, descartó que ocurra una salida masiva de capitales del mercado financiero, donde hay poco más de 100 mil millones de dólares de inversionistas extranjeros en bonos del gobierno, en los siguientes meses, en los que se anticipa que se elevarán paulatinamente las tasas de interés en Estados Unidos.
En 2017, anticipó, el crecimiento de la economía mexicana disminuirá a 1.3 por ciento –el gobierno prevé entre 2 y 3 por ciento–, con una inflación de 4 por ciento, en el límite máximo del objetivo del Banco de México, que es de 3 por ciento con un intervalo de más o menos un punto porcentual.
La perspectiva para la economía está marcada por riesgos a la baja, principalmente por el entorno externo, aunque también por hechos políticos y sociales del país, expuso.
En el plano externo, los riesgos de baja en la actividad se materializarían si llegan a darse políticas antimigratorias y anticomerciales por parte de Estados Unidos.
Otro riesgo potencial a la baja, agregó, es una reducción pronunciada en las fuentes externas de financiamiento, lo cual derivaría en una desaceleración más fuerte o incluso en una contracción de la economía.
Por otro lado, un mayor crecimiento en Estados Unidos derivado de las políticas domésticas implementadas por Donald Trump es factor que puede elevar la demanda de productos mexicanos.
Prevemos que el crecimiento de la economía mexicana sea de 1.3 por ciento para 2017, con riesgos a la baja. La desaceleración probablemente vendrá en la medida en que el país se ajuste a un menor financiamiento externo. La desaceleración del consumo y la inversión podría tomar cierto tiempo, dado que el peso continuará actuando como amortiguador cambiando el gasto hacia bienes y servicios locales (ante el encarecimiento de los importados), pero podría ser perceptible a mediados de 2017
, dijo.