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VIDA POLÍTICA

EL ABANDONO DE MORELOS Y EL ENRIQUECIMIENTO ILÍCITO DE GRACO RAMÍREZ Y SU FAMILIA

 

Por: Felipe Villafaña

El primero de octubre del año 2012, el gobernador Graco Ramírez, al tomar protesta al cargo, en plena Plaza Cívica Emiliano Zapata, asumió el compromiso de que en 18 meses de su gobierno terminaría con la inseguridad en Morelos; ya casi termina su administración, los resultados de la ola delictiva no sólo se duplicaron en su administración, la sociedad ya no le cree al gobierno progresista del Partido de la Revolución Democrática.

La palabra empeñada con la sociedad por el señor Ramírez con el pueblo morelense, se la llevó el viento, tanto que también la familia Ramírez Cepeda ha cambiado su residencia física y ahora prefiere la Ciudad de México a su vivienda ubicada en la zona residencial de Rancho Tetela, en Cuernavaca.

La creación del Mando Único y formar una sola corporación policíaca, al momento es un fracaso, como ejemplo en las colonias de los 33 municipios los vecinos han tomado sus prevenciones contra los ladrones, asesinos y hasta la clase política.

El fracaso de Graco Ramírez como gobernador no sólo es en el tema de seguridad, también de la inversión, de la obra y una política financiera que hoy mantiene en quiebra al estado de Morelos.

En defensa, Graco Ramírez como sus testaferros han tomado como su principal logró la “defensa” del presupuesto de 450 millones de pesos para el programa federal Beca-Salario Universal, que nunca fue quitado del presupuesto y la versión que dejaría de darse para el próximo año, es una de las grandes mentiras -de las muchas que ha proferido el presidente de la Conago- al pueblo morelense.

Actualmente, la sociedad del estado ha emprendido una serie de acciones de prevención del delito, que ni los mismos municipios han considerado por la carencia de recursos e imaginación.

Ejemplo de lo anterior es en las colonias de Cuernavaca, tanto en las populares, las unidades habitacionales y residenciales sus moradores han enmarcado una serie de acciones de prevención.

En las mismas, por mencionar algunos apoyos morales, los sacerdotes de la iglesia católica, ministros y predicadores en sus diversas reuniones cada sábado o domingo suelen repetir las acciones de prevención que deben seguir los habitantes en sus comunidades.

En pleno centro de Cuernavaca y a unas cuadras de la presidencia municipal y el propio Palacio de Gobierno suelen verse pancartas en donde acude la sociedad para hacer sus compras, reuniones e incluso en extensas mantas advertencias hacia los delincuentes.

Los propios comerciantes han protestado con el cierre de sus negocios, como una medida de presión que no escucha el hoy vecino de la colonia residencial Polanco, en la Ciudad de México, llamado Graco Ramírez.

Pero quien también es invidente, sordo y mudo es el “Rambo de Tijuana”, que para los morelenses y sus avecinados es el “fracaso de Morelos”, Alberto Capella Ibarra.

En el sexenio del que prometió, juró y asumió el compromiso y dio su palabra de hombre, sin al momento cumplir, que en 18 meses terminaría con la ola delictiva han sido registrados más de cuatro mil asesinatos, más de dos mil 300 secuestros y hay no hay una cifra real sobre las extorsiones, asaltos y robos en perjuicio de la sociedad.

La situación de olvido y omisión por parte del gobierno progresista del PRD ha provocado la huida de investigadores de talla mundial hacia otras ciudades, que han afectado al sector salud en el rezago de atención a la sociedad.

A nivel internacional, la imagen de Cuernavaca, conocida por su condición climática y grandes bellezas, la percepción es de violencia y de abandono, la imagen del gobernador Graco Ramírez, como a nivel nacional, es de un personaje involucrado en la alta escuela de la corrupción.

Esto ha pegado en el sector turístico y la compra-venta de bienes raíces, porque no han llegado los 17 millones de turistas que “informó” el Ejecutivo estatal al estado, porque ni el Puerto de Acapulco -Guerrero- y menos Cancún, Quintana Roo, los ha tenido.

Todo es visto en las condiciones financieras del estado, porque al entrar al gobierno, la deuda y pasivos totales heredados a Graco Ramírez eran de mil 500 millones de pesos, en cuatro años y al cierre del año lo que deben pagar a la banca los morelenses y avecindados al año 2034 serán más de 20 mil millones de pesos.

La inversión que tendrá el estado con el arribo de empresas extranjeras fueron trabajadas por el sexenio anterior, hoy van aterrizándose por cuestiones burocráticas y de desconfianza hacia la actual administración estatal.

El gran fracaso de Morelos como estado no es su sociedad, sino es el gobierno al que le dio su voto en el año 2012 en donde una familia solamente ha utilizado todos sus recursos para ampliar sus recursos financieros personales, más jamás pensar en el pueblo al que mantienen abandonado y muerto de hambre desde hace más de cuatro años.

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