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TEMPLO MAYOR

VAYA LÍO en el que están metidos el PAN y el PRD en el Estado de México con miras a las elecciones para gobernador del próximo año. Porque nomás no encuentran cuadros para hacerle frente al PRI y a su maquinaria electoral ni en alianza ni por separado.

LOS PANISTAS saben que difícilmente contarán con la ex candidata presidencial Josefina Vázquez Mota, pues ella misma se autodescarta para esa candidatura con todo y que está bien posicionada en las encuestas. Tampoco ven como una opción viable lanzar por tercera vez a Luis Felipe Bravo Mena.

EN TANTO, los perredistas ven muy verde al diputado local Juan Zepeda, quien se anda candidateando, y nomás no logran convencer a Alejandro Encinas, quien ya dijo que con el PAN no va ni a la esquina.

ASÍ ES QUE para ambos partidos quienes quedan como alternativa son el panista Ulises Ramírez y el perredista Héctor Bautista, quienes se han convertido en los dueños de sus respectivos partidos en la entidad.

PARA COLMO, el tiempo apremia, pues el último día para registrar una candidatura común será el 24 de diciembre y nomás no avanzan las negociaciones. Y mientras todo eso ocurre, en el PRI sonríen.

 

 
POR LO MENOS imprudente, por no decir descarado, se vio el equipo del ex rector de la Universidad de Guadalajara, Raúl Padilla, por andarlo promoviendo ayer mismo para sustituir al recién fallecido Rafael Tovar y de Teresa al frente de la Secretaría de Cultura.

EN CUENTAS oficiales y personales de empleados de esa casa de estudios tapatía se difundió la versión de que Padilla había sido llamado a Los Pinos para una reunión con el presidente Enrique Peña Nieto.

PERO lo cierto es que el mandatario no estuvo haciendo consultas y ni siquiera estaba en la residencia oficial, pues decidió respetar el duelo por la muerte de su colaborador.

 

 
TODO INDICA que en vez de la tan anunciada taza de buen café espresso con mucha crema y una capa de densa espuma, la Constitución de la CDMX terminará siendo una infusioncita descafeinada, deslactosada y light. Es decir, una tacita de agua tibia.

EN LA Asamblea Constituyente ya prendieron el microondas y se pusieron a cocinar dictámenes, aun a sabiendas de que muchos de ellos no pasarán en el pleno por la falta de consensos entre los partidos.

Y EN CORTO tanto morenistas como perredistas reconocen que se tendrá la Constitución que se pudo y no la que se deseaba, por lo que ya están pensando en reformarla después de las elecciones del 2018.
 

Ámbito: 
Nacional
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