El gobierno de la Ciudad de México lanzó la licitación para que una empresa convierta la basura en energía para que opere todas las líneas del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro; la planta quedará establecida en el Parque Tláhuac y estaría lista en un par de años.
Como Crónica adelantó hace dos meses, el gobierno local decidió instalar una planta de termovalorización para producir energía limpia que se utilice principalmente en el Metro.
La convocatoria, que fue publicada el día de ayer en la Gaceta Oficial, señala que la empresa obtendrá la concesión por un plazo de 33 años y será la responsable de diseñar, construir y poner en marcha la planta de aprovechamiento de poder calorífico de la basura de los capitalinos.
La licitación precisa que la energía que se obtenga de los desechos tendrá que alcanzar los 965 mil megavatios-hora al año, es decir lo suficiente para mover todos los trenes durante las horas de servicio de las 12 líneas del Metro.
Las autoridades plantearon que los representantes de las empresas interesadas podrán hacer un recorrido por la zona donde se ubicará la planta el 11 y 12 de enero. El fallo se dará a conocer el 27 de febrero del 2017.
De acuerdo con la Agencia de Gestión Urbana, la dependencia del gobierno capitalino responsable de la licitación, diariamente se generan 12 mil 700 toneladas de basura, que son suficientes para cubrir la plancha del Zócalo. De éstas, el servicio público de limpia de la ciudad aprovecha 4 mil 100 toneladas a través de distintos procesos, incluyendo la pepena, y las 8 mil 600 restantes son enviadas a los rellenos sanitarios. Existe una cantidad adicional de basura que termina en tiraderos clandestinos.
Actualmente, muchos de los residuos son enviados a entidades como el Estado de México y Morelos, en camiones de carga que, a su vez, generan emisiones contaminantes. Como se recordará, el envío de los desechos de los capitalinos ha provocado conflictos con el gobierno mexiquense.
La primera de América Latina. El gobierno de la ciudad estima que con la planta de termovalorización se podrán aprovechar hasta 6 mil 600 toneladas de basura.
De hecho, en el mundo ya funcionan cerca de mil 440 plantas de termovalorización en Europa, Estados Unidos, China y Japón, por lo que la de México será la primera en América Latina.
De acuerdo a la documentación del proyecto, del que Crónica ha dado a conocer diferentes aspectos en los dos últimos meses, la planta quemará los residuos inorgánicos en una caldera para extraer contenido energético. Para evitar la contaminación en la atmósfera, se usarán filtros para depurar y limpiar los gases que resulten de esta combustión.
Jaime Slomianski, director de la Agencia de Gestión Urbana, explicó hace un par de meses a este diario que el aire expulsado por la planta será totalmente limpio. Agregó en aquella ocasión que la Ciudad de México dejaría de gastar mil 330 millones de pesos en el traslado de residuos a rellenos sanitarios en otras entidades del país.
Diariamente, el gobierno destina 429 pesos por tonelada, entre el transporte y el pago a los rellenos sanitarios privados, para deshacerse de la basura.
El proyecto será pagado “con recursos del gasto corriente del Presupuesto de la Ciudad de México, los cuales ya se tienen destinados, por lo que la edificación no generará deuda para el gobierno capitalino ni a los contribuyentes”, informó ayer la Agencia de Gestión Urbana luego de abrir formalmente la licitación internacional.
Las autoridades capitalinas añadieron, a través de un comunicado, que la concesión sólo será entregada a quienes muestren amplia experiencia en cuanto al uso de las tecnologías, además de garantizar el cumplimiento de las normas en emisiones a la atmósfera.
RUTA DE LA BASURA. México es el primer lugar en América Latina en cuanto a la cantidad de residuos que se genera al día. En segundo lugar está Argentina y después Brasil.
El manejo de los residuos se logra a través de varios mecanismos. En la capital mexicana hay 2 mil 460 vehículos recolectores que llevan la basura a 12 estaciones de transferencia, tres plantas de selección, una planta de composta, dos plantas de combustible derivado de residuos y a cinco sitios de disposición final.
Las autoridades plantearon, desde la administración de Marcelo Ebrard y tras el cierre del Bordo Poniente, que se debía implementar un programa para reducir las emisiones contaminantes producidos por la basura.
La Agencia de Gestión Urbana ha calculado que, de no procesar debidamente los residuos, se puede generar metano 21 veces más contaminante que el C02, catalogados como gases de efecto invernadero que dañan la atmósfera.
También se genera contaminación del agua y otro riesgo: la composición del suelo puede cambiar, lo que impediría el crecimiento de la vegetación. Los tiraderos clandestinos, con los que se ha batallado desde hace tres administraciones, provocan también infecciones respiratorias, cutáneas y gastrointestinales.
LA PLANTA MÁS GRANDE DEL MUNDO. En enero, la Secretaría de Obras y Servicios lanzará la convocatoria para instalar una planta de biodigestión, lo que terminará de cubrir la demanda del tratamiento de la basura capitalina.
La planta de biodigestión de la Ciudad de México será la más grande del mundo, se instalará a un costado de la Central de Abasto y procesará dos mil toneladas de desechos orgánicos cada día.
Esta planta será construida en un terreno de 70 mil metros cuadrados y no generará ni olores ni afectará el tránsito. La ubicación se determinó debido a que justamente en la Central de Abasto se genera hasta el 15 por ciento de residuos orgánicos de toda la capital mexicana.
