Tronidos
"In varietate voluptas". En la variedad está el gusto. Eso postuló Quintiliano, autor de las "Instituciones Oratorias", obra que por muchos años fue libro de cabecera de una rara especie biológica afortunadamente desaparecida ya, la de los oradores, a la cual pertenecí -mea culpa- en tiempos de la preparatoria. Atento a ese aforismo que lo mismo puede esgrimir el que peca de gula que el que de lujuria peca, hoy no empiezo mi columneja con el relato de un chascarrillo, sino con la presentación de un acertijo. Se trata de buscar alguna palabra castellana en la cual no se encuentre ninguna de las letras contenidas en el nombre propio "Eulalio". La respuesta la encontrarán mis cuatro lectores al final... Simpliciano le dijo a Pirulina: "Ya tenemos un año de casados. Puedes decirme entonces sin repulgos cuántos hombres ha habido en tu vida". "Déjame ver -respondió ella, pensativa-. Primero fue Raymundo. Luego Eduardo. En seguida Bernardino. Luego llegaste tú. Y después de ti vinieron Pedro, Antonio, Juan, Francisco, Jaime, Luis..."... Murió el tío Moneto, solterón empedernido. Sus interesados sobrinos acudieron a escuchar la lectura que el notario iba a hacer de su testamento. Leyó el fedatario lo que don Moneto le dictó: "Hago este testamento en plena posesión de mis facultades físicas y mentales. Lo prueba el hecho de que hace un año vendí la totalidad de mis bienes y en estos meses me gasté todo el dinero en viajes, vino, comidas y mujeres"... Picio era un hombre superlativamente feo. Lo fue desde que nació, tanto que la cigüeña no lo trajo: lo mandó por servicio de paquetería. Hace unos días fue al zoológico. Lo vio el orangután y le dijo: "Recomiéndame a tu abogado, a ver si me saca a mí también"... Cosa muy fácil es ser generoso con el dinero ajeno, y más cuando esa generosidad deriva en provecho para quien la ejerce. De nuevo estamos viendo lo que cada año miramos: a funcionarios y representantes de los tres poderes que se otorgan a sí mismos cuantiosos aguinaldos, bonos y gratificaciones. Tales gajes son casi siempre por un monto exorbitante, y quienes los reciben ni siquiera se detienen a pensar que los dineros que así obtienen provienen del trabajo de los mexicanos, muchos de los cuales pagan sus impuestos con grandes sacrificios por causa de su menguada economía. La inconsciencia de la clase política es enorme. Son pocos los que de ella forman parte y tienen la vocación de servir. Los más llegan a servirse, y lo hacen, como en este caso, con la cuchara grande. Los ciudadanos ven eso y sienten una indignación que más temprano que tarde se volverá contra quienes así abusan de su poder. Lo dijo el eximio Margarito Ledesma: "El corazón humano de la gente / es como una vejiga que se llena: / si se le echa más aire del prudente / se va infle e infle e infle hasta que truena". Ese tronido será en el 2018... Con motivo de las fiestas alguien le regaló una corbata a Babalucas. El tonto roque fue a la tienda a devolverla. "¿No le gustó?" -le preguntó el vendedor. "Sí me gustó -respondió el badulaque-. Pero me aprieta mucho... Tres señoras de edad madura estaban conversando. Dijo una: "Mi hijo produce café. Tiene cafetales". Comentó la segunda: "Mi hijo produce cocos. Tiene cocotales". Doña Pasita declaró: "Mi hijo produce congas". "¿Congas? -preguntó una sin entender-. ¿Qué es eso?" "No sé -respondió la cándida ancianita-. Pero me dicen que tiene congales"... Respuesta al acertijo del principio: la única palabra de nuestro idioma en que no aparece ninguna de las letras contenidas en el nombre "Eulalio" es la palabra "y", conjunción copulativa, dicho sea sin ofensa para el pudor de nadie... FIN.