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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

Noche de bondad

 

Este día, víspera de la Navidad, no hablaré de política, por respeto a la fecha. Narraré en su lugar una variación que imaginé sobre el tema de las posadas. En mi historia, distinta a la que relata Lucas en su evangelio, sí hubo para José y María lugar en en el mesón. Al llegar leyeron en la puerta un letrero que decía: "Ambiente familiar". Cuando entraron se dieron cuenta de que quienes ahí moraban vivían entre malquerencias y rencores por causa de la soberbia de uno, la envidia de otro, la maldad de éste, la mezquindad de aquél. Estaban peleados por cosas de dinero; por bienes materiales; por herencias; por agravios antiguos y de ahora que ninguno era capaz de perdonar. Los hijos no veían a sus padres; los hermanos no se dirigían la palabra; esposo y esposa estaban juntos y al mismo tiempo separados. Vio eso San José y le dijo a María: "Lo que dice el letrero de la puerta es cierto: en esta casa hay un ambiente familiar, pues así viven muchas familias, en medio de pleitos y rencillas. Será mejor que nos vayamos al pesebre. Nuestro hijo nacerá entre los animales, pero parece que eso es mejor que nacer entre los hombres"... Hay en la vida real muchas variaciones de este cuento. Por eso hemos de hacer de la Nochebuena de hoy una noche de bondad; una ocasión para que haya en nuestra casa un ambiente verdaderamente familiar, de amor, de paz, de reconciliación, de trato amable, de buena voluntad. Para que la Nochebuena tenga sentido debe estar dentro de nosotros. En nosotros debe estar el Amor... Daré salida ahora a algunos chascarrillos que quizá alegren la reunión en el hogar... Doña Macalota les contó muy sentida a sus amigas: "Chinguetas, mi marido, le dijo 'vieja bruja' a mi mamá". "¡Infame! -exclamó una con enojo-. Y ¿cómo reaccionó tu mamacita?" Respondió doña Macalota: "Lo convirtió en sapo"... Astatrasio Garrajarra, ebrio consuetudinario, andaba en estado credo, es decir entre crudo y pe... Lo vio un gendarme y fue hacia él. Le dijo Garrajarra, tartajoso: "Señor pocilía: me carraron el robo". El jenízaro alcanzó a entender que al temulento le habían robado el carro. Continuó el beodo: "Tenía puesta la llave en él, y de pronto me encontré con la llave afuera y sin el carro". Le indicó el gendarme: "Lo acompañaré a que presente la denuncia. Pero primero abróchese la bragueta. La trae abierta y se le ve todo". "¡Santo Cielo! -exclamó desolado Garrajarra al tiempo que se veía la entrepierna-. ¡También me robaron a mi novia!"... El doctor Ken Hosanna revisó a Tetonina Grandnalguier, joven mujer de magnificentes atributos corporales lo mismo en el norte que en el sur. Al terminar el examen le dijo: "Está usted muy bien. Son mil pesos". "¿Cómo? -protestó Tetonina-. ¿Me cobra usted mil pesos por decirme lo mismo que los hombres me dicen gratis en la calle?"... Babalucas le regaló a su hijo un martillo con motivo de la Navidad. "¿Por qué un martillo?" -le preguntó su esposa. Explicó el pavitonto: "Me dijo que quería un rompecabezas"... Simpliciano, boquirrubio sin ciencia de la vida, tuvo trato de erotismo con Pirulina, muchacha sabidora. En pleno trance le preguntó, anheloso: "¿Te está gustando cómo lo hago?" "Mira -respondió Pirulina-. Si esto estuviera en la televisión yo ya habría cambiado de canal"... Don Paciano tenía tres hijas. La primera se llamaba María de la Paz, la segunda Rosa de la Paz y la tercera Reina de la Paz. Un amigo le preguntó: "¿Por qué les pusiste Paz a tus tres hijas?" Explicó don Paciano: "Son trillizas. Una noche mi esposa y yo discutimos por cosas baladíes. Nos fuimos a la cama sin hablarnos. Pero la cercanía de cuerpos nos llevó a olvidar la discusión. Y entonces hicimos las paces"... FIN.
 

Ámbito: 
Nacional
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