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VIDA POLÍTICA

Pobre Sedesol, con Jorge Morales Barud como delegado. El regreso de Jorge Morales Barud a la vida política local a través de la delegación estatal de la Secretaría de Desarrollo Social, ha provocado malestar entre la sociedad, porque su paso como presidente municipal de Cuernavaca fue más que gris. Ahora, el problema es que por la falta de carácter del nativo de Puente de Ixtla en la oficina federal pueda retrasar la llegada de los programas federales al estado, en tiempo y forma. Aún más, la presencia del ex alcalde de Cuernavaca en la Sedesol significa una gran preocupación hacia los adultos en plenitud, porque los programas de beneficio que reciben como 65 y Más podrían ser desviados hacia otros objetivos. En la capital morelense todos sus habitantes saben que la “honestidad y honradez” de Jorge Morales Barud, con su cara de buena gente, solo es una pantomima y con eso suele lograr distraer el dinero hacia cuestiones meramente personales. Hoy, como delegado de la Sedesol hay el miedo de que los apoyos del gobierno federal hacia sectores vulnerables vayan a parar a su rancho de Austin, Texas, como pasó con los recursos financieros de Cuernavaca. El padrón de beneficiarios de todos los programas remitidos desde la Presidencia de la República podrían ser cambiados, manipulados para que los más de 200 aviadores que tuvo en su gobierno municipal Jorge Morales Barud ahora sean quienes los reciban, a pesar de incumplir con los requisitos de ley. El asunto es que el ixtleco no llega a la Sedesol a cumplir con la sociedad, sino que es el trampolín político para buscar dos candidaturas: primero, la del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al gobierno de Morelos, o -ya de perdida- la de diputado federal plurinominal. Y esa plurinominal es porque Morales Barud ya no logra ni el voto de los que para el 2018 cumplan su mayoría de edad

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