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Cuau: otra vez

No obstante que muchos de sus adversarios ya festejaban su derrota y su salida del Ayuntamiento, era previsible que al final la justicia federal concediera el amparo contra el proceso de juicio político al alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco Bravo.

 
 

A pesar de que no se ha hecho extensivo aún, el juzgado primero de distrito con sede en el estado ha considerado improcedente la demanda, al otorgarle el amparo contra el juicio político, y el asunto comienza a favorecer al edil, que de esa manera bien podría aplicar aquella expresión muy característica en él: “me los chingué”.

Como también hemos estado advirtiendo, es casi un hecho que los poderes locales meterán reversa en el intento de llevarlo al banquillo de los acusados, porque, incluso habiendo motivos para tal efecto, el hombre parece ser inmune a la crítica, sobre todo, dependiendo de quienes viene.

Desde la óptica de aquellos que hicieron un gran frente para intentar impedir que llegue vivo a las elecciones del 2018, la denuncia que presentó el jurista Raúl Carrancá y Rivas era algo así como un golpe certero del cual no podría escapar.

El propio abogado se atrevió a anticipar que frente a ello, el alcalde estaba prácticamente indefenso, pues no tenía siquiera derecho al amparo y que por lo tanto sus días al frente del Ayuntamiento estaban contados. Pero los asesores legales del presidente municipal interpusieron una controversia constitucional que avanzó y de esa forma ha venido escapando de cada trampa que le han puesto.

Carrancá no lo aceptaría nunca, pero por lo menos a nivel de percepción popular, su intervención sorpresiva en el conflicto entre los poderes y el alcalde, debió costar una muy buena lana, porque no pudo ser obra de la casualidad que cuando ya se apreciaba que la primera denuncia, basada en la revocación de mandato no tendría éxito, de pronto surgió él con lo del juicio.

Como sea, el Cuau comienza el 2017 con un ambiente muy distinto al que enfrentó la segunda mitad del año anterior. Por lo menos tiene menos presiones, aunque desde el interior de la comuna sus enemigos le siguen haciendo la guerra. Tiene el 75% del Cabildo en su contra y no es porque los regidores en verdad estén defendiendo el interés de los capitalinos, sino porque han sido instruidos desde el exterior para no dejarlo en paz. Sin embargo, ateniéndonos a muchos antecedentes en cuestiones como ésta, también eso debe ser producto de muchas componendas que incluyen compra de consciencias.

La ventaja de Blanco Bravo es que sigue manteniendo un fuerte liderazgo en Cuernavaca, que el grueso de la sociedad le mantiene su apoyo y con ello es suficiente para que sus detractores no logren quitarlo de en medio con fines electorales.

Claro, los integrantes del Cabildo no van a menguar sus ataques, mantendrán su postura porque es casi seguro que les reditúa toda clase de beneficios, y de entrada rechazarán aprobar las cuentas públicas para meterlo en problemas legales en lo sucesivo. Por ahí van las cosas.

Lo más aconsejable es que ya lo dejaran en paz, que por el contrario, mostraran voluntad para apoyar el desarrollo de los capitalinos porque sí hay muchos conflictos de toda naturaleza por falta de recursos. Ayer, vecinos de la colonia prolongación Lauro Ortega, en Lomas de Cortés, se quejaban de una fuga de agua que lleva ya mes y medio y que no ha sido reparada por el SAPAC. Es parte del escenario complicado de Cuernavaca, porque existen algunos interesados en abonar para que fracase el actual gobierno, sin importar el daño que general a sus habitantes.

 

HOY, VIGENTE EL INCREMENTO AL PASAJE

Y en otro tema por demás lastimoso, a partir de hoy, el costo de la parada mínima en el servicio público del transporte es ya de ocho pesos, decisión que es considerada por muchos como una barbarie, porque para nada abona en eso de los famosos acuerdos entre sectores a fin de contener las alzas indiscriminadas.

Como que la Secretaría de Movilidad y Transporte (SMyT) se aceleró, quizás con la intención de apaciguar los ánimos de los concesionarios que, so pretexto del gasolinazo, eran punta de lanza en las movilizaciones, plantones y bloqueos en vialidades, gasolineras y las instalaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Claro, una vez satisfechos sus intereses, el gremio de transportistas le bajó a las protestas y es por eso que acá no vimos acciones del nivel que se registraron en otros estados, porque se prefirió darle otro golpe más al ciudadano, con tal de ir resolviendo el creciente enojo que se advertía y que estaba siendo conducido por los concesionarios.

Como que ya con esto, inicia una severa cuesta de enero que no quedará ahí, porque se irá prolongando durante el resto del año y cada vez con mayor fuerza, es decir, está pendiente que comenzamos a escalar, no parece tener límite al corto plazo, más vale estar preparados y conscientes de todo eso.

Será bastante pesado, porque salarialmente no hay mayores movimientos, o sea los ingresos familiares no se movieron gran cosa, pero a diferencia de años anteriores, en esta ocasión su pérdida de poder adquisitivo ha sido mayúscula, por más que se insista en que se congelarán los precios de la canasta básica.

Si usted lo analiza, en alguna parte del transcurrir del tiempo se liberaron los precios, prácticamente de todos los productos alimenticios. En su momento, el huevo, por ejemplo, mantenía su costo hasta que hubiera un acuerdo con las autoridades, hace mucho que ya no es así, en el único rubro en el que se conserva esa política es en el transporte, pero ya ve que tampoco funciona, porque sin consulta alguna al usuario, se autorizó un incremento desproporcionado.

Así fuera medio maquillado todo, también a ese respecto se contaba con un Consejo Consultivo del Transporte en el que estaban representadas por lo menos tres partes, a decir gobierno estatal,  permisionarios y ciudadanos y cuando se abordaba el asunto de las tarifas, se abría el debate y muchos opinaban, razonando sus argumentos a fin de irle dando forma a las decisiones, ¿dónde quedó dicho consejo?

Queda claro que la población no tuvo la oportunidad de participar de esas decisiones que en todo caso quedaron en manos de la autoridad y los prestadores del servicio, a quienes se permitió despacharse con la cuchara grande, ¿no le parece?

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