LA ILEGAL HUELGA EN LA UAEM Y LOS DEMONIOS QUE LA ORQUESTARON
¿Qué acuerdo pactaron la dirigente del Sindicato de Trabajadores Administrativos de la Universidad Autónoma del Estado, Virginia Paz Morales, y el gobernador Graco Ramírez?
Una pregunta que hasta sus mismos compañeros sindicalizados tratan de buscar respuestas, porque saben que la huelga iniciada ayer al mediodía era totalmente ilegal, que incluso contó con todo el apoyo de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje sin problemas, incluso hasta trabajadores del Poder Ejecutivo acudieron para colocar las banderas rojinegras y hacer una abierta publicación sobre un movimiento que afecta más al estado, porque reitera que hay síntomas de ingobernabilidad y ausencia de liderazgo en el gobierno.
El sustento del movimiento huelguístico promovido por la dirigente del STAUAEM fue por violaciones a su contrato colectivo, al no pagarse completamente el aguinaldo el pasado mes de diciembre.
Sin embargo, Virginia Paz Morales había firmado un acuerdo en las oficinas de la Secretaría de Educación Pública, del que aceptó que por única ocasión y ante la crisis financiera en la UAEM recibirían en diciembre el 50 por ciento del aguinaldo y para el mes de enero la segunda parte.
Posteriormente, la secretaria General del STAUAEM trató de sustentar el movimiento del paro total de labores con el anunció del rector de la probabilidad de no pagar la primera catorcena del mes de enero del año en curso.
Pero ayer, la SEP informó que los recursos fueron transferidos a temprana hora a la cuenta del gobierno estatal y ahora le corresponde hacer lo propio a la Tesorería Universitaria, a fin de que la comunidad laboral universitaria reciba puntualmente su salario.
Para sus propios compañeros, Virginia Paz Morales desde diciembre pasado mantiene una actitud extraña, sobre todo porque hay un acuerdo de lucha y solidaridad en apoyo al rector Alejandro Vera Jiménez, al que al parecer lo traicionó por un plato de frijoles.
La dirigente de los trabajadores de base universitarios incurrió en diversas faltas graves en la que destaca la traición no sólo al rector, también a sus compañeros que los utiliza para un beneficio personal que quizá no sea visto en estos días, pero tal vez en la temporada electoral del 2017-2018.
No es la única que violó el marco del estado de derecho, hubo el apoyo de una cómplice quien debe ser sancionada con todo el rigor de la ley, responde al nombre de Rogelia Gómez Vargas y es la presidenta de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCyA).
“Los pecados” de la abogada Rogelia Gómez Vargas están relacionados con la violación a la Ley Federal del Trabajo y deberá presentar de inmediato su renuncia al cargo, de ser inhabilitada por utilizar la institución para una venganza con carácter político y no ser la mediadora en un asunto que perjudica a miles de jóvenes.
Además, la servidora pública dejó en riesgo la imparcialidad de la JLCyA, sobre todo porque la parte patronal y la misma sindical la dejan como una persona desconfiable.
El daño que hicieron a los jóvenes universitarios por cumplir un berrinche del presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores y jefe del Ejecutivo en Morelos, Graco Ramírez, vulneró la autonomía universitaria, dejó en evidencia que en la entidad está roto el Estado de Derecho y cualquier persona puede ser agredida porque así lo demanda “el señor gobernador”.
El gobierno federal a través del Poder Ejecutivo, Legislativo y el Judicial han tomado nota de lo que sucede en Morelos, porque no es la única ocasión que son vulnerados los derechos de las mayorías por una persona como lo es Graco Ramírez.
La agresión a la Universidad Autónoma del Estado de Morelos no fue hacia el rector Alejandro Vera Jiménez, es un golpe directo hacia todos los morelenses por parte de una administración que solamente busca el beneficio personal sin importar el daño que hace a los más de un millón 800 mil habitantes que hoy habitan la tierra del agrarismo.
La suspensión provisional 65/2017-F otorgada por el Juzgado Séptimo de Distrito con sede en Cuernavaca a la máxima casa de estudios morelense no es una concesión simple, que también tendrá consecuencias sociales contra quienes han violentado la autonomía universitaria y ahora con el apoyo de una mujer que no traicionó a Alejandro Vera Jiménez, sino a toda una comunidad y a un pueblo.
Es lamentable que la mano que mece la cuna contra la comunidad universitaria sea el mismo Ejecutivo, de quien los morelenses quieren que salga de inmediato a China y por allá se quedé, al menos lo que resta de su desgobierno.
La huelga luego entonces es ilegal y con propósitos que no son a favor de los trabajadores universitarios, sino el utilizarlos para beneficios personales a futuro. ¡Puras vergüenzas!