Morelos: sin representación real
No hay que ir muy lejos como para darse cuenta de que uno de los más graves problemas que enfrenta el Estado de Morelos es la carencia de una verdadera representación de todos los sectores sociales que lo conforman y que, lejos de eso, de ellos sólo hemos recibido golpes, represión, autoritarismo, desdén, traiciones y sus peores bajezas e hipocresía.
Comencemos por la parte estatal
1.- El desgobernador Graco-Duarte Ramírez se ha concretado a hacer realidad sus proyectos personales y hasta a dar becas a la legión de familiares, propios, putativos y entenados, para que a su vez se despachen con la cuchara grande. Y más aún: para la sociedad y los que considera sus adversarios –léase los que no están de acuerdo con el robo en despoblado y sus represalias-, sólo ha tenido muestras de autoritarismo y actos de represión. El alcalde de Cuernavaca y el rector de la UAEM, así como el Obispo, son apenas algunos de una lista interminable.
2.- El Gracongrueso del Estado se ha puesto de tapete ante el dictador, para cumplir cada uno de sus caprichos y sus venganzas personales –aunque hasta ahora no han podido doblegar a los opositores del tirano-. Estos mediocres fariseos que se rasgan las vestiduras por los supuestos desfalcos ajenos, no ven la viga en el ojo propio con los adeudos y el dinero que no aparece en las arcas del Legislativo. Tampoco ven los despilfarros ni el sobreendeudamiento del dictador, caracterizado por una opacidad descarada.
3.- El Poder Judicial igualmente se ha puesto al servicio del desgobernador, por lo que la justicia en la entidad está muy lejos de cumplirse. Más aún: de no ser porque la Corte se los impidió, habrían sido los verdugos del alcalde de Cuernavaca, como exigía su patrón.
4.- ¿Para qué hablamos de los organismos dizque independientes, como la Comisión Estatal de los Derechos de Graco, o de las autoridades electorales locales, sobre todo el Tribunal, que incluso están dispuestos al ridículo de revertir fallos de las elecciones 2015, con tal de congratularse con el tirano? Así otros por el estilo…
En el plano federal:
1.- Nuestros flamantes diputados federales dicen que no, pero SÍ participaron del gasolinazo, empezando por el que dice ser Presidente de la Cámara de Diputados, Javier Bolaños, que no conforme con la puñalada al pueblo, participa de dos bonos extraordinarios “por sus buenos oficios a favor de Peña”. Y lo peor es que se la pasa en tours de medios diciéndose una blanca palomita que está del lado de la gente y que revertirá el gasolinazo. ¡Ajá!
2.- De los senadores, ni qué decir: el que no anda en campaña para –como Bolaños- ser gobernador de Morelos, simplemente está con el partido del Presidente.
3.- Y ya para qué hablamos de Peña, que se atreve a decir –pero ya consumado- “¿Qué hubieran hecho en mi lugar?”, refiriéndose al gasolinazo. Sobran tantas partidas discrecionales de los tres poderes y de los tres órdenes de gobierno para responderle, pero hay gente que ni con manzanitas…
Lo dicho: el problema de Morelos –como el de muchas otras entidades y del propio país- es que los ciudadanos carecen de representación real que se sujete al mandato ciudadano y verdaderamente vele por los intereses de todos.
No veo, por desgracia, que en 2018 podamos corregir este problema, porque:
1.- Los candidatos llegarán por la vía de los partidos políticos, que sólo representan sus intereses.
2.- No han sido eliminados los plurinominales, esos que llegan por dedazo o que tuvieron el dinero suficiente para comprar una candidatura.
3.- Los independientes deben ser primero evaluados para ver si realmente lo son y que eliminemos el riesgo de que sean comprados. O, en el mejor de los casos, si son realmente honestos, representarán una minoría frente a la jauría de hienas que pelean por la rapiña presupuestal y de negocios.
¿Soluciones?
Lo dicho: la sociedad organizada y con la ley en la mano haciendo valer sus derechos.
Y cuidado con los mesías: ahí tienen a los transportistas, que primero pedían nuestro apoyo contra el Gracobús, con cara de compungidos, alegando que defendían nuestros bolsillos y el empleo de los choferes que explotan, y ahora son uña y mugre con el tirano, desde que les aprobó la puñalada al pueblo con el aumento en las tarifas. Y como esos, puedo citar más…
En la sociedad están las soluciones…