Incognitapro

VIDA POLÍTICA

LA SILLA VACÍA EN MORELOS

Decían los viejos políticos que los primeros dos años de un buen gobierno eran evaluados en el tercero, basado en los cambios que había en los procesos electorales y en la figura que tenía el gobernador con su pueblo, el cuarto año era el de la decadencia y el inicio del despido, el quinto prácticamente ya dejaba de ser el líder popular y el sexto el Jefe del Ejecutivo ya no importaba.

Tanto han cambiado los tiempos en Morelos que hoy el primer año de gobierno fue de mentiras y discursos bonitos que todos los habitantes creyeron, el segundo fue decayendo la imagen del gobernante, el tercero ya no existía y casi estuvo a punto de caer, pero para el cuarto ya no hay gobierno en el estado.

Morelos, actualmente está carente de liderazgos y la evidencia está en el renacimiento de ciertas instituciones que a pesar de las campañas de odio, son las que salvan al estado de una mayor ingobernabilidad.

En cuatro años, la izquierda morelense sigue sin conquistar el liderazgo que tenía al llegar al gobierno estatal, lo peor es que todavía sigue sin asumir el control de la institución y cayó en la corrupción que criticó del Partido Revolucionario Institucional.

La ausencia de gobernabilidad en Morelos sigue sin verse y hay síntomas de ingobernabilidad severos, no sólo en el rubro de seguridad pública, también en otros como son: deuda pública o finanzas, mando y orden en el Ejecutivo y hasta en la separación partido-gobierno.

Morelos está sumido en una encrucijada en la que tiene mayor importancia las reuniones de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) a la seguridad de los habitantes, quienes diariamente soportan balaceras, robos, asaltos y hasta la burla de servidores públicos menores.

La corrupción es otro asunto que priva dentro del gobierno estatal, solamente basta asomarse al sector Salud en donde no hay ni una jeringa en las unidades, clínicas y hospitales.

En el sector educativo hasta lo gritón se le quitó al director general del IEBEM, Fernando Pacheco Godínez, quien ni ata ni desata dentro del sector y hay un evidente alejamiento y pugna con los sindicatos.

Para muestra basta un botón: a partir del primero de febrero las huelgas dentro del sector educativo llegarán inevitablemente, pero no son por incrementos salariales emergentes.

Sabe la Secretaría de Educación estatal que hay un desvío de recursos económicos y materiales que desde el gobierno federal estaban dirigidos en apoyos hacia los académicos del nivel medio superior y superior.

Es por ello que tanto el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep) como el Colegio de Bachilleres (COBAEM) para el mes de febrero estallarán en el paro total de labores, debido a que en prestaciones sociales hacia sus trabajadores rebasan los 100 millones de pesos, que fueron enviados por el gobierno federal y jamás entregados por el estatal.

Quizá por lo anterior que Graco Ramírez determinó el cambio de Contralor y asumir la posición de su anterior secretaria de Hacienda, Adriana Flores Garza, en sustitución de José Enrique Félix Iñesta.

El cambio anunciado tiene un objetivo: limpiar la corrupción en que incurre el gobernador desde hace cuatro años, en la que hay millones de pesos gastados absurdamente hasta en un estadio de futbol inconcluso y con múltiples fallas estructurales.

Incluso, no es de descartar que Graco Ramírez como Javier Duarte en Veracruz utilizó agua “oxigenada” en lugar de otros medicamentos para la atención de personas enfermas con cáncer, porque la empresa que suministró los medicamentos al sector salud es fantasma y “Ramírez Vázquez” tiene su domicilio fiscal en el municipio de Axochiapan, en la calle Ignacio Zaragoza número 8, en donde hay una farmacia de Similares.

Y no es lo único, todavía están algunos otros desvíos de recursos como son las presuntas obras realizadas, que son publicitadas en medios de comunicación televisivos, como el Paso Exprés, la carretera Siglo XXI, la México-Cuautla, el edificio del Congreso local (todas sin concluir) que presuntamente son con recursos locales, pero en la realidad son del gobierno federal.

En cuatro años y dos meses y medio las mentiras del gobierno de la nueva visión, progresista o visión Morelos son cada vez mayores y forman parte de un sexenio que ya caducó antes de lo previsto.

Ya la sociedad dio cuenta que dentro del Ejecutivo hay una silla vacía, la que ya no puede ser gobernada desde la residencial colonia Polanco de la Ciudad de México, porque hay un rebase social y la revuelta no ha llegado porque la lucha del pueblo es como las reyertas de los niños de las primarias populares con su coloquial frase: “nos vemos a la salida”.

Así es que nos vemos en el 2018.

Ámbito: 
Local