Tiempo de Maromeros
Maromero: Que es oportunista y varía de opinión o partido según las circunstancias (RAE).
El principio de este 2017 se tornó intenso a causa de la justificada inconformidad social por el llamado gasolinazo, que ha motivado un incremento en precios de productos y servicios. Fueron días de reclamo social, y lo siguen siendo, solo que esta semana la clase política en Morelos ha dado de que hablar y reclama su vacuo pero protagónico lugar.
Y no es precisamente lo mejor de la clase política, si es que lo hay, quien ha ganado reflectores y espacios en medios de comunicación, sino los llamados maromeros, que no son otros más que los que cambian de camiseta política a conveniencia. Esta semana, los maromeros protagonizaron dos actos que no les resultaron del todo bien, pero si evidenciaron una vez más, en su mayoría, el cobre que los caracteriza.
El martes los integrantes del Morena anunciaron que vendría a Morelos su secretaria general, Yeidckol Polevnsky, para darle la bienvenida a nuevos cuadros que dejarían el PRD. Sin embargo, hubo muchas más dudas que certezas y al final, lograron sólo un discreto impacto mediático, pero nada más.
De entrada, los promotores de la austeridad republicana convocaron en uno de los espacios nada austeros del centro de Cuernavaca, además de que por un retraso en la agenda de Yeidckol Polevnsky, fue el senador Rabindranath Salazar Solorio quien encabezó el evento.
Este sólo hecho, descalificó la intención del evento, ya que el “Senador Rabín” por conveniencia económica y según consta en el directorio del Senado, es parte del grupo parlamentario del PRD, luego entonces, es perredista al igual que su suplente y dirigente de Morena en Morelos.
Así que en los hechos, un perredista le dio la bienvenida a ex perredistas a Morena, que es esperanza de millones de mexicanos, pero que en Morelos, su principal cuadro político está más interesado en su beneficio personal, en gozar su posición, en no perder privilegio alguno aún cuando ello implique incongruencia y ser más parte del partido y mafia ligada a Graco Ramírez que al proyecto de Andrés Manuel López Obrador.
Peor aún, uno de los cuadros que supuestamente deja el PRD para sumarse a Morena, es el ex alcalde en dos ocasiones de Yautepec y el poder tras el trono en la actual administración: Agustín Cornelio Alonso Mendoza, de quien hay que recordar, es hechura del actual gobernador Graco Ramírez y del rapaz Jorge López Flores, uno de los principales beneficiados del actual gobierno, donde se desempeñó como secretario de Comunicación e Información y aún “opera” para el grupo perredista que dice gobernar Morelos. Así, Agustín Alonso no es más que una de las varias cuñas que el graquismo ha colocado dentro del Morena Morelos.
No llegaron a Morena, como se esperaba, el diputado federal, Héctor Javier García Chávez, ni algún presidente municipal en funciones, legislador local o liderazgo con fuerte presencia social. Sólo les valió el haber sumado a quien podría ser su próximo legislador, Juan Ángel Flores Bustamante, y al próximo candidato al municipio de Ayala, Víctor Nájera Medina. Los demás, fueron menos de lo mismo que poco o nada suman.
Y este jueves, para variar, acompañado de la secretaria general perredista, Beatriz Mojica Murga y para hacer frente a lo sucedido dos días antes, el dirigente del PRD Morelos, Rodrigo Gayosso Cepeda, convocó a medios de comunicación para anunciar la afiliación de los alcaldes de Puente de Ixtla, Axochiapan y Jonacatepec. Pero en algo que sólo evidenció su desesperación, fue el anuncio de que ahora sí, formalmente se sumaban al PRD, los alcaldes de Jiutepec y de Yautepec, Manuel Agüero y Agustín Alonso Jr, respectivamente.
Fueron tan deslucidos estos anuncios, que lo relevante fue que no se concretó la incorporación del diputado local panista, Carlos Alanis Romero y de una diputada más, pues un día antes fuentes perredistas filtraron que se sumarían dos diputados locales más. No hubo más diputados, pero tampoco se formalizó la llegada de Lauro Salazar de Tepoztlán, ni de otros presidentes municipales que han venido “trabajando” los perredistas.
Así que hasta ahora no ha existido ni desbandada alguna, ni huecos difíciles de llenar en los partidos políticos. Tan sólo se ha dado un pequeño adelanto de lo que viene: un proceso electoral donde las ideologías, los colores, los principios, las trayectorias, los perfiles y lo que preocupa a los ciudadanos, poco valdrán para los partidos políticos.