TRIFE sanciona a Graco por autopromoción
La Sala Superior del Tribunal Federal Electoral ratificó la multa que el Instituto Nacional Electoral impuso al desgobernador de Morelos, Graco Ramírez, por la autopromoción que en todo el país el tabasqueño ha emprendido, evidenciándolo como lo que aquí ya le conocemos: un marrullero que en su beneficio no tiene empacho en violar la ley.
Ciertamente, el Graco-Duarte trató de defenderse argumentando que envió una carta a la revista que, gratuitamente, por voluntad y convencimiento propio, dicen que colocó espectaculares en todo el país sin reparar en la factura, supuestamente con sus propios recursos. En la misiva, dice el desgobierno de Graco, pidió a la revista que retirara los espectaculares, lo cual no ocurrió.
Pero entre las marrullerías del desgobernador figura el hecho de que no pudo comprobar al INE y al TRIFE que efectivamente entregó la carta y que ésta fue recibida. En síntesis, para las autoridades electorales Graco mintió y por eso fue sancionado.
No obstante, quedaron algunas cosas pendientes: verificar si esa promoción se pagó con recursos públicos, que la multa sea cubierta de la bolsa del tabasqueño y que, efectivamente, los espectaculares sean retirados en todo el país con cargo a la revista y no a los morelenses.
De cara al nuevo modelo de comunicación política que se construye para normar la elección 2018 y que aplicará en todas las entidades, se ha propuesto que las entrevistas y publicaciones lleven la aclaración de publicidad pagada.
Para algunos, es un exceso de la autoridad electoral y un atentado contra la libertad de expresión, pretextando las molestias que incluso provocará en todos los medios y comunicadores tener que aclarar cuándo es una información y cuándo una publicidad pagada.
Molesto o no y con todos sus bemoles, personalmente me parece que es una puerta abierta para, por ejemplo, identificar los casos en los que, como el del desgobernador de Morelos, realiza tours de medios en los noticiarios radiofónicos y televisivos locales y nacionales con cargo al erario público, fiscalizarlos y/o sancionarlos según sea el caso, como el de la autopromoción, como es el caso Morelos.
Igualmente, hará posible la identificación, como el caso del Graco-Duarte, de quienes realizan actos anticipados de campaña con recursos públicos, lo mismo que medir con mayor exactitud cuánto realmente están gastando en la autopromoción con dinero del pueblo.
La mejor promoción que un gobernante o un representante popular puede hacer de su gestión es su propia obra y no la sistemática repetición del mundo raro y que no existe, similar al paraíso terrenal, que tienen que promocionar para que la gente se las crea.
En el caso Morelos, ni el desgobernador ni los integrantes de su Gracongrueso pueden brillar por sus obras o por su gestión. Aquí no nos engañan, porque los conocemos y los padecemos. Y en el plano nacional, hay que advertir al resto que el Duarte de Veracruz no es el único, porque hay aprendices en todo el país, como Graco.
Hay que estar atentos a las nuevas formas de autopromoción a las que recurrirá ahora el Graco-Duarte, después de la exhibida que le dieron el INE y el TRIFE, para no permitirlas, porque van con cargo a nuestro bolsillo.