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AL PARECER Donald Trump se tomó en serio eso de que "quien bien te quiere, te hará sufrir", pues tras cada elogio le receta a México un trancazo.
Y AUNQUE ya hay voces importantes que piden cancelar la visita presidencial de la próxima semana, otros consideran que la operación de Luis Videgaray logró atemperar el discurso incendiario del magnate.
LA DELEGACIÓN mexicana se enteró en pleno vuelo que ayer se ordenaría construir el muro. Por lo mismo, al aterrizar en Washington, expresó su molestia. Videgaray advirtió a sus anfitriones que esperaría que el discurso del presidente no fuera ofensivo con México.
ESTO, aseguran, habría movido a Trump a moderar el tono hacia México. ¿Resultado? La recuperación del peso ante el dólar en una sola tarde.
BAJO esta lógica, dicen que sería contraproducente que Enrique Peña Nieto cancelara su visita a Washington, pues al tipo de cambio le va mejor con el diálogo que con los desplantes.
OTROS DICEN que, en realidad, lo único que pidió Videgaray fue que Trump no dijera que México pagará el muro... y que eso salvó el encuentro de los mandatarios.
POR CIERTO que a más de uno llamó la atención que del gabinete presidencial sólo José Calzada dijera, con todas sus letras, que el muro "es una ofensa".
A DIFERENCIA del resto de sus compañeros, el de Agricultura fue el único que, aunque fuera en redes sociales, rompió la conformidad del resto, lo que lo acerca a gobernadores priistas que han sido mucho más críticos y activos, como la sonorense Claudia Pavlovich y el jalisciense Aristóteles Sandoval.
QUIENES conocen cómo se condimenta el chorizo toluqueño, no se sorprenden del naufragio de la alianza entre el PAN y el PRD.
COSA DE VER, dicen, que las mayores resistencias al acuerdo provinieron de los caciques mexiquenses de cada partido: el panista Ulises Ramírez y el perredista Héctor Bautista.
LO CURIOSO es que su enérgica defensa de ir a la contienda con candidatos propios, en realidad, a quien más beneficia es... ¡al PRI! De ahí que los malpensados consideran que los hilos de esa operación llevan hasta el Palacio de Gobierno en Toluca.
SE AGRADECE la austeridad, pero no el cinismo. Tanto quiso presumir el senador Emilio Gamboa que la plenaria de su bancada será austera, que terminó por revelar lo que le costaban a los mexicanos esas pachangas: ¡dos millones de pesos!
ACOSTUMBRADO a que las plenarias se llevaban a cabo en lujosos resorts, con barra libre internacional y buffet gourmet, el pastor tricolor dijo que esta vez "sólo" se gastarán 130 mil pesos, pues la reunión será -¡genios!- en la propia sede del Senado.