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SERPIENTES Y ESCALERAS

Muchos políticos han dicho que quieren gobernar Morelos en el 2018, pero no todos tienen la capacidad ni los elementos para hacerlo. El triunfo en la elección que viene depende de muchas cosas, empezando por la imagen de quienes aspiren a ocupar esa posición. El candidato pesará mucho más que el partido.

 

Para varios, la carrera por la gubernatura comenzó desde hace varias semanas. Independientemente de lo que hagan sus partidos, algunos personajes de la vida política estatal comienzan a construir el andamiaje para competir en el 2018. Hay muchas figuras que desde ahora creen que es posible arrebatar el gobierno al PRD y otras que consideran que la siguiente contienda será el refrendo a su propuesta. Para ganar las próximas elecciones se necesita algo más que estructura.

El partido de la Revolución Democrática es quien gobierna el estado desde el 2012 y por supuesto aspira a mantener el control de las instituciones. Varias figuras aparecen en el escenario amarillo, pero una es la que más destaca de todas: el hijo del gobernador.

Rodrigo Gayosso ha dicho que quiere competir por la gubernatura y teje alianzas políticas con ese fin. El hijo del tabasqueño tiene un plan que incluye la suma de liderazgos de todos los colores para arropar su candidatura. En el papel la idea no es mala, el problema es que el joven dirigente perredista ha cometido muy serio errores y se ha convertido en un personaje fuertemente criticado por tantas personas con las que se ha enemistado. Gayosso apuesta a la fuerza del dinero y del estado para imponerse (primero) como candidato y luego para ganar en las urnas, pero olvida que los sentimientos ciudadanos en Morelos han anulado varias veces este tipo de estrategias.

Rodrigo Gayosso tiene la edad, los recursos y la fuerza gubernamental necesaria para ser candidato, pero ha equivocado la forma de hacer política. El joven es irascible, se ha confrontado con muchos y descuidó seriamente su imagen. Hasta hace unos meses muy pocos lo conocían y era factible volverlo un candidato rentable (a pesar del peso de Graco), pero su forma de actuar le ha vuelto tristemente célebre y muy criticado en muchos espacios; sus arrebatos personales le colocaron en un escenario de desgaste permanente y sus negativos ahora serán muy difíciles de borrar. Si Rodrigo Gayosso quiere ser candidato (a lo que sea) lo primero que debería hacer es mejorar su imagen y tejer más y mejores alianzas, igual que lo hizo Graco antes del 2012.

En el PAN la figura que sobresale es Javier Bolaños. Pocos dentro de ese partido ven a alguien con más rentabilidad que el diputado federal, aunque también se menciona como un posible candidato al coordinador local panista Víctor Caballero. Bolaños es un personaje que ha ido creciendo en imagen y en todas las encuestas aparece como el mejor posicionado de su partido, pero aún no tiene la estructura ni el manejo social suficiente para considerarse un contendiente fuerte en las urnas.

En un par de meses Javier Bolaños dejará la presidencia del congreso de la unión y seguramente enfocará su tiempo y su agenda a lo local. El panista sabe que su partido llegará con altas posibilidades de triunfo al 2018 y que él en lo personal tiene una oportunidad única de ganar las próximas elecciones. El reto de Javier es socializar su propuesta y hacerse electoralmente más rentable, pasar del reconocimiento en el restaurant a las calles y dejar su espacio de confort. Recordemos que los triunfos electorales de Acción Nacional no son resultado de su estructura, sino de la empatía que logran con la sociedad y hoy ni el PAN ni Javier Bolaños tienen esa condición. Una noticia buena para el PAN: visto lo ocurrido en el Estado de México y Coahuila, es casi imposible que se consolide una alianza con el PRD en Morelos. Les va mejor solos que acompañados por el PRD.

El PRI tiene muchos tiradores, pero pocos personajes con capacidad para competir con posibilidades reales de triunfo. En Morelos el PRI está desdibujado y sin rumbo, carece de agenda social y no tiene una propuesta política o social que se vea capaz de ganar una elección. En las encuestas los mejores posicionados del PRI son Marisela Velázquez y Matías Nazario, pero ninguno de los dos luce con los tamaños para entregarle a su partido buenas cuentas en las próximas elecciones.

El dilema del PRI en el siguiente proceso es definir con quien ir a campaña, quién es capaz de unir a todos los grupos, quién está en condiciones de convencer al electorado y quién puede obtener los apoyos económicos necesarios para dar la batalla en las calles. En ese escenario los propios priístas mencionan a Matías Nazario, le conceden más posibilidades por sus amarres nacionales, su cercanía con varios gobernadores y el padrinazgo del líder nacional el SNTE. Pero esos mismos opinan que Matías puede ser candidato, pero es incapaz de ganar la elección: no tiene imagen, no tiene arraigo ni tampoco podrá hacer que el PRI se una. Si el PRI quiere recuperar el estado (lo cual sería altamente conveniente para los priístas), su apuesta tendría que ser con un personaje distinto.

Morena parece el enemigo a vencer en el próximo proceso electoral. El Movimiento de López Obrador llama la atención, genera simpatías y perecería ser el camino más atractivo para la sociedad. Morena está atrayendo muchos liderazgos sociales y políticos, luce fresco y ajeno a los vicios tradicionales de los partidos y sobre todo goza de la influencia positiva de Andrés Manuel López Obrador.

En Morena el candidato puede ser el senador Rabín Salazar, aunque algunos opinan que esa candidatura también la podría ocupar el rector Alejandro Vera. Rabín Salazar es gente cercana a López Obrador, fue de los primeros personajes que se sumaron a Morena y tiene el control del partido en el estado a través de su hermano Radamés.

Rabín Salazar es un personaje que a pesar de haber sido presidente municipal de Jiutepec, no tiene presencia el estado. Rabín es uno de los senadores que más ha viajado por el mundo con cargo al erario, ha dedicado muchísimo tiempo en estos cuatro años a esa afición y poco ha estado en la entidad. Ni Rabín ni Morena tienen  una estructura sólida y simplemente apuestan a la ola social que generará López Obrador. Aunque en charlas privadas el senador ha dicho que la candidatura al gobierno estatal será para quien este mejor posicionado, no se ve dispuesto a soltar ese espacio. Morena puede ganar el gobierno de Morelos en el 2018, pero requiere de mucho más de lo que han hecho hasta ahora. En el 2015 AMLO ganó Morelos, pero Morena perdió.

Los candidatos independientes también jugarán un rol importante en el 2018. La figura que más sobresale es Cuauhtémoc Blanco. El alcalde capitalino no tiene partido y aunque varios partidos pequeños (como el PES) le han ofrecido la candidatura, es altamente probable que compita sin siglas. Blanco es el personaje mejor posicionado de todos y hasta ahora en todas las encuestas, aparece como ganador. El problema del futbolista es su estilo de gobernar, sus pocas alianzas y la pobreza intelectual del equipo que le acompaña. El 2018 no se ganará sólo con autógrafos.

El rector de la UAEM Alejandro Vera también se perfila como un candidato independiente a la gubernatura. El líder universitario tiene buena fama pública y a pesar del desgaste que le provocó el enfrentamiento con el gobernador, sigue siendo una figura mucho más rentable que la mayoría de los aspirantes de los partidos. El reto de Vera es sortear este año y librar la crisis financiera de nuestra máxima casa de estudios. Si lo hace, Alejandro se convertirá en un personaje muy atractivo para la sociedad y para los partidos.

El ex alcalde capitalino Manuel Martínez Garrigós también se ha destapado como un aspirante al gobierno del estado. Seis años después de su declive como figura pública y luego de haber ganado jurídicamente todos los procesos que le iniciaron, el joven ex priísta utiliza una fundación como plataforma de lanzamiento social. Manuel tiene que superar el desgaste público que le dejó su paso por Cuernavaca, aunque habrá que recordar que es uno de los políticos locales que mejor sabe hacer campaña en las calles. Cuauhtémoc Blanco es un ejemplo de lo que puede hacer Garrigós como estratega electoral.

La carrera rumbo al 2018 en Morelos ha comenzado y todavía se van a ver muchas cosas que influirán en el ánimo del electorado. El triunfo en las urnas depende en buena medida del rumbo que siga el gobierno de Graco (PRD) y el cierre de la administración del Peña (PRI), pero sobre todo del perfil e imagen de quienes compitan en las próximas elecciones.

  • posdata

La que viene es una contienda que representa la calificación hacia el gobierno que concluye. En el 2018 los morelenses votaremos en un sentido que representará la validación del trabajo hecho por Graco Ramírez o rechazando su manera de ejercer el poder; un voto a favor del PRD es una calificación aprobatoria al desempeño del tabasqueño; un voto en contra representa una calificación negativa a su mandato.

Los candidatos del Sol Azteca llevarán en sus propuestas lo hecho por la Nueva Visión y obviamente, ofertarán la continuación de lo mismo. Para otros partidos, todos los demás quizá, la promesa será cambiar el rumbo, hacer las cosas diferente y sobre todo, proceder en contra de Graco Ramírez y de su familia.

En las elecciones del año pasado la idea que imperó en muchas campañas fue esa: meter a la cárcel al gobernador saliente. Más allá de las propuestas, lo que el ciudadano apreció fue el compromiso de acabar con la impunidad y proceder contra quienes traicionaron la confianza ciudadana y saquearon al estado.

Esa misma propuesta puede aparecer en Morelos en el 2018 y seguramente será la que más atención, simpatía y votos atraiga.

  • nota

Hace algunas semanas el periódico El Financiero realizó una encuesta en Morelos sobre la aprobación del gobernador Graco Ramírez. Estos son los resultados que reportó el rotativo:

“El gobernador de Morelos, Graco Ramírez, tiene a la opinión pública de su estado mayoritariamente en contra. De acuerdo con una encuesta de El Financiero, el gobernador cuenta con el 23 por ciento de aprobación ciudadana a su trabajo y con un 73 por ciento de desaprobación.

Además, el estudio revela que el 80 por ciento de entrevistados está insatisfecho con la manera en que marchan las cosas en el estado, mientras que 20 por ciento se dijo satisfecho. 
La encuesta, realizada con entrevistas telefónicas arroja que el 75 por ciento de los consultados considera que el principal problema del estado es la inseguridad.

Al evaluar distintos rubros de gobierno, la seguridad pública es lo que se evalúa más negativamente de la actual administración, con un 86 por ciento de opiniones desfavorables por sólo 6 por ciento favorables. 

Le sigue el combate a la corrupción, con 83 por ciento de opinión desfavorable y 7 por ciento favorable.

En la encuesta se preguntó si la gente estaría a favor o en contra de que haya un mecanismo ciudadano para refrendar o revocar el mandato del gobernador, como alguna vez lo sugirió el propio Graco Ramírez. 

Al respecto, 73 por ciento de los entrevistados dijo estar a favor de tener esa posibilidad y 20 estuvo en contra, con un 7 por ciento que no expresó opinión. 
Si hubiera esa posibilidad de refrendo o revocación, el 15 por ciento dijo que mantendría al gobernador Graco Ramírez en su cargo, mientras que el 80 por ciento manifestó que revocaría su mandato. 

Según el sondeo, el porcentaje que revocaría el mandato del gobernador es de 66 por ciento entre los entrevistados que dijeron haber votado por él, y asciende a 90 por ciento entre los que no lo apoyaron en las urnas. 

La aprobación a la gestión del gobernador entre esos mismos grupos es de 36 por ciento entre los que sí votaron por él y de 19 por ciento entre los que votaron por otra opción política. 

El tema de la revocación de Cuauhtémoc Blanco como alcalde de Cuernavaca también se abordó en la encuesta. Como resultado, el 67 por ciento de los entrevistados dijo estar enterado de que el Congreso estatal venía estudiando la posibilidad de la revocación. 
Si hubiera esa posibilidad, el 30 por ciento manifestó que mantendría a Blanco en su cargo; mientras, el 56 por ciento revocaría su mandato. 

El mandatario morelense, desde 2013, ha sido denunciado por prácticas de nepotismo.”

  • post it

Una vez más el alcalde de Cuernavaca se anotó un gol a favor. Es la quinta ocasión que obtiene un resultado satisfactorio en su lucha contra quienes buscan destituirlo del cargo.

Una de tres: 1.- Sus adversarios tienen malos abogados y son muy malos armando procedimientos jurídicos 2- El equipo legal del presidente municipal es muy bueno 3- Alguien está protegiendo muy bien al ex futbolista.

Como sea, el marcados va 5-0 favor Cuau.

  • redes sociales

Las redes sociales son parte esencial de cualquier estrategia de campaña. La información que se mueve en esos espacios define agendas políticas y algunas veces (pregúntenle a Trump) genera crisis en todo un país.

El manejo de información en estos espacios es clave para cualquier gobierno, representan imagen, gobernabilidad y cada tres años, votos. Las redes sociales son el cielo o el infierno de los políticos. A Graco le sirvieron para ganar la gubernatura en el 2012 y luego le hicieron perder toda la confianza de los ciudadanos.

Comentarios para una columna sonriente: eolopacheco@elregional.com.mx

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