Y es probable que hoy pocos recuerden que, en el fondo, el escándalo mediático y de deuda fue parte de la guerra por la sucesión presidencial de 2012, ya que fue la Secretaría de Hacienda —jefaturada por Ernesto Cordero—, la que filtró los datos del escándalo. Y fueron Santiago Creel y Juan Molinar los encargados de convertir el endeudamiento de Coahuila en un circo mediático que le costó la cabeza a Moreira.
El escándalo arrancó el 19 de agosto, cuando el Congreso de Coahuila aprobó una deuda de 33 mil millones de pesos para renegociar el déficit estatal de 32 mil millones. Luego de 4 meses de golpeteo mediático, el 2 de diciembre de 2011, Humberto Moreira renunció al cargo de presidente del PRI. Debió hacerlo ante el virtual destape del candidato Enrique Peña.
Y vale el ejercicio memorioso, porque hoy termina el gobierno de Rafael Moreno Valle, y el ex priista y aspirante presidencial del PAN deja el estado de Puebla con una deuda de 76 mil millones de pesos; poco más del doble de la megadeuda de Moreira. ¿Y qué creen?
¡Insólito! Que nadie dice nada. El PAN, su dirigencia y sus candidatos presidenciales prefieren guardar silencio, a pesar de que el endeudamiento en su momento de Humberto Moreira es un juego de niños frente al de Moreno Valle. O si se quiere, Moreira es un santo, frente al despilfarrador Moreno Valle.
¿Dónde están todos los panistas que de agosto a septiembre de 2011 crucificaron al pillo Moreira —gobernador de Coahuila— y que hoy guardan silencio? ¿Dónde está Ricardo Anaya y su discurso de honestidad; dónde está su escudero Santiago Creel, por qué el silencio de Margarita Zavala, del propio Felipe Calderón. Dónde están los integrantes de la Comisión Anticorrupción del PAN? ¿Y dónde está la Secretaría de Hacienda, para denunciar el escandaloso endeudamiento que llevó a cabo Moreno Valle? Y claro, ¿dónde están el Congreso de Puebla y el Congreso de la Unión?
¿A poco veremos un endeudamiento y un linchamiento selectivos; a unos se les manda al infierno y a otros se les perdona? ¿Dónde están los medios, a poco el derroche en Puebla alcanzó para callar las críticas a Moreno Valle?
Hoy, de manera oficial termina el gobierno de Rafael Moreno Valle y tomará posesión del cargo el panista Antonio Gali; sin embargo, Moreno Valle se va cubierto por un velo del engaño a los poblanos y de complicidad del CEN del PAN, que solapa raterías peores que las de Moreira.
Y es que el ambicioso precandidato presidencial deja el gobierno de Puebla con una deuda estatal de 76 mil millones de pesos; ocho veces más alta que en 2011, cuando Moreno Valle asumió el cargo; deuda que duplica los 34 mil millones de pesos que en su momento dejó Humberto Moreira en Coahuila.
¿Cómo fue posible ese colosal endeudamiento?
La respuesta es elemental. Las ambiciones sin límite de Moreno Valle —que quiere ser presidente de México— lo llevaron a endeudar el estado por los próximos 50 años.
Y, para ello, Moreno Valle modificó la Ley de Deuda Pública en 2012 de tal manera que los proyectos de inversión para la prestación de servicios de largo plazo, o los proyectos relacionados con obra pública no se incluyeran en la categoría de deuda pública.
Además, ese mismo año, la Secretaría de Finanzas de Puebla suscribió el Fideicomiso 144, con el cual se pagaron las obligaciones fiscales que contrajo el estado y se creó la empresa Evercore. Dicha compañía permitió al gobernador construir obras y comprometer los ingresos de la entidad sin que las erogaciones se reflejaran en el monto final de la deuda pública.
Según información del Senado, Puebla tiene una deuda que se pagará en más de 25 años, pues muchas obras se construyeron bajo el esquema PPS, con el cual se incrementa el costo de los proyectos hasta en un 50 por ciento.
Por ejemplo, el Museo Barroco fue valuado en 7 mil 280 millones de pesos en diciembre de 2015, pero como fue construido bajo dicho esquema, se pagará en 23 años y con una tasa anual de 9.63 por ciento, es decir, el costo total asciende a 18 mil 337 millones de pesos.
De esa manera, el estado de Puebla se queda más endeudado que nunca y en manos de otro panista, Antonio Gali —tapadera y alcahuete—, que solapará las pillerías del ahora ex gobernador.
¡El engaño y el endeudamiento de todos los poblanos, es la honestidad que pregona Ricardo Anaya! ¿Dejarán impune al pillo de Moreno Valle?
Al tiempo.