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TEMPLO MAYOR

EN LOS altos círculos del gobierno mexicano dicen que Donald Trump "is measuring the water to the sweet potatoes". Es decir, que le está midiendo el agua a los camotes con las supuestas filtraciones de la conversación telefónica de una hora que sostuvo con Enrique Peña Nieto.

DE ESTE LADO no tienen duda que fue en Washington donde se filtraron las versiones -que por supuesto descalifican por falsas- en el sentido de que Trump estaría dispuesto a enviar tropas a combatir al narco.

ANTE ESTO, más de uno se pregunta si no valdría la pena quitarse de problemas y liberar, verbatim, la transcripción íntegra de la plática "amable" que sostuvieron Trump y Peña.

 

 
NO ES por amargarle a nadie en el gobierno federal los tamales del Día de la Candelaria, pero... ¿ya decidieron qué van a hacer con el gasolinazo de febrero?

LAS PRESIONES, peticiones y reclamos para que no se aplique el nuevo precio a los combustibles programado para el sábado, tienen a la administración de Enrique Peña Nieto ante una disyuntiva: hacerle caso al sentido común o mantenerse firme en la ortodoxia económica.

PORQUE una y otra vez José Antonio Meade insistió, al defender el primer gasolinazo, que no se trataba de una decisión política, sino de un asunto estrictamente técnico. De ahí que meter ahora reversa en los ajustes equivaldría a comerse sus propias palabras.

PESE a eso, todo indica que los genios de la SHCP ya le hallaron la cuadratura al círculo para desdecirse, aunque no lo parezca.

 

 
A VER si Miguel Ángel Yunes, como denuncia, ¡prueba! Porque hasta ahora, según el titular de la Cofepris, Julio Sánchez y Tépoz, nomás no hay evidencias de que se haya suministrado agua destilada, en lugar de quimioterapia, a niños con cáncer en Veracruz.

DIJO QUE ya revisaron 20 hospitales y clínicas, y más de 150 expedientes y nomás no se sostiene la acusación, por lo que pidió que si tiene pruebas, las aporte.

NO VAYA a ser que lo de Yunes, en realidad, sea sólo una campaña... y no precisamente de vacunación.

 

 
DE VERDAD que son excéntricos los británicos: no sólo manejan por la izquierda, sino que además sus legisladores tienen la extraña costumbre de respetar el mandato de sus electores.

AYER se vio cómo la Cámara de los Comunes aprobó el proceso para romper con la Unión Europea, a pesar de que la mayoría de sus integrantes, en lo personal, se opone al Brexit. No obstante, dijeron que no podían traicionar la decisión de sus representados y por eso votaron en consecuencia. ¡Qué raros!
 

Ámbito: 
Nacional
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