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ITINERARIO POLÍTICO

¡El "superchingón"!

 

Dice el viejo refranero que si tiene cola de pato, patas de pato y grazna como pato, tenemos derecho a suponer que se trata de un pato.

A partir de esa premisa, tenemos derecho a suponer que el mandamás en México y Estados Unidos se llama Luis Videgaray. ¿Por qué?

Porque la legión de idiotas se empeña en hacer creer que el que decide y manda en México es Luis Videgaray, en tanto la prensa y los medios de EU se empeñan en hacer creer al mundo que Trump es un pelele del mexicano Videgaray.

Y, claro, si en México y EU existe un superchingón capaz de convertir en títeres a los presidentes Peña y Trump, entonces es tiempo de pregonar al mundo que el hombre más poderoso del orbe es un mexicano; que México es potencia en la gestación de prohombres capaces de pendejear a presidentes como Trump y que el poder de México es tal que su canciller ordena qué decir al presidente de EU.

¡Qué chingón es Videgaray…! El mexicano que tiene en un puño a dos presidentes, Peña de México y al gringo Trump. ¡Chingones que somos los mexicanos…

Lo curioso es el contraste entre el chingón servidor público que resultó Videgaray —según los idiotas útiles y la chabacana prensa gringa— y la mediocridad mostrada por el Congreso mexicano; senadores y diputados que no entienden las bondades de que sea mexicano el superchingón del orbe y que reclaman la comparecencia de Videgaray para lograr lo imposible en la historia de la humanidad: que revele los secretos para llegar al control del poder, sin estar en el poder.

Resulta de risa loca —si no es que digno de la legión de idiotas o de los idiotas útiles— que a estas alturas haya mexicanos y hasta legisladores que sigan creyendo la patraña engañabobos de que Videgaray es mandamás del gobierno mexicano y que Peña es una figura decorativa.

Pero más ridículo —y más grotesco— es que se crean el cuento de que Videgaray arrastró el lápiz para modificar un discurso del sátrapa Trump.

¿De verdad, en serio, alguien cree que eso es posible? Si alguien lo cree, entonces debemos creer la estupidez de que Videgaray debe ser presidente… pero de EU. Del tamaño de esa tontería es la estupidez difundida por la prensa gringa y comprada por cierta prensa mexicana.

Y se entiende que los idiotas de la legión crean ese cuento y que los idiotas útiles den valor a esas ridículas versiones. Al final de cuentas ese es su trabajo, sembrar odio y división.

Pero es descabellado que senadores y diputados se traguen la pesada rueda de molino de que Videgaray mueve a Peña Nieto y le cambia el discurso a Trump.

No somos y no podemos parecer un país de idiotas.

Al tiempo.

Ámbito: 
Nacional
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