El muro, símbolo del aislamiento y de las intenciones de quien lo levanta so pretexto de la auto protección, motivó este domingo una gran concentración de capitalinos que se manifestaron en contra del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su política migratoria.
La marcha dos, la organizada por la señora Wallace, comenzó con el arribo de los contingentes ciudadanos al Hemiciclo a Juárez, donde la activista había citado para caminar sobre Paseo de la Reforma al Ángel de la Independencia.
Más allá de que fuesen dos marchas y no una sola, el mandatario norteamericano y su ridículo muro lograron unificar a los mexicanos en su contra, quienes con pancartas y consignas muy severas, condenaron al magnate y le exigieron su renuncia ante “el peligro que representa para el mundo”.
“La Marcha Ciudadana por el Respeto para México”, como se denominó esta concentración, reunió a unos mil 500 capitalinos, quienes caminaron en orden y gritando consignas contra el mandatario estadunidense.
Sin embargo, la marcha no estuvo desprovista de algunos incidentes, como el que protagonizó un pequeño grupo de personas que, a mitad de la caminata, gritó “asesina” a la señora Miranda de Wallace, aunque por fortuna se desintegró y se apartó de la movilización muy rápido.
El señor Fernando Correa, su esposa, Carolina Zúñiga, y sus dos pequeños hijos, Fernando y Gabriela, vinieron desde la ciudad de Pachuca, Hidalgo, “para decirle a ese loco (Donald Trump), que tiene que respetar a México”.
La señora Margarita Ojeda, por su parte, acudió con su hija Mariana, y dijo que “Trump es un nazi que se va a quedar solo, su aislamiento no va a durar mucho. Él y su Muro van a caer pronto”, afirmó.
En el Ángel de la Independencia un grupo de asistentes levantó un muro de unicel para simbolizar y rechazar lo que hará Trump en la frontera con México, según ha anunciado.
Luego de entonar el himno nacional, ya reunidas las dos marchas, el grupo que levantó aquel muro, comenzó a derrumbarlo “por absurdo e inservible” y por constituir una división inaceptable entre ambos pueblos, México y Estados Unidos.
El movimiento casi teatral de levantar y derribar ell muro de Trump en el Ángel hizo recordar los conciertos de la banda inglesa Pink Floyd, a finales de los años 70 y principios de los 80, cuando en una obra maestra de ingeniería se montaba una enorme valla frente al escenario, que aislaba a los músicos de sus fans, en una fantasía autodestructiva y que al final del espectáculo era destruída para regresar a Roger Waters y compañía a su público, en un reencuentro para siempre.
Alto similar ocurrió este domingo en El Ángel de la Independencia, donde miles de mexicanos lanzaron consignas de todo tipo a ese Muro ficticio, y luego aplaudieron y celebraron su destrucción, porque entre pueblos y naciones como México y Estados Unidos, no habrá barreras que puedan detener la amistad, el flujo migratorio y el comercio que nos hermana, dijo la señora Miranda de Wallace antes de terminar la concentración multitudinaria.