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SOMBRERAZOS

EL GOBIERNO DE AMIGOS DE “MANOLO Y SUS SOCIOS” Y UN SUPUESTO “INTENTO DE ASALTO”

Se cumple una semana del incidente que tuvieron los guardaespaldas del presidente municipal de Jiutepec, José Manuel Agüero Tovar. Y son más las dudas que las certezas lo que hay sobre este caso, que se perfila para ser uno más de los múltiples hechos delictivos no resueltos en Morelos.

Tanto el Comisionado Estatal de Seguridad Pública, Alberto Capella Ibarra, como el propio alcalde, se apresuraron el día del incidente a señalar que de ninguna manera se trató de un atentado, sino de un intento de robo, situación que desmienten tanto testigos como propios uniformados que arribaron casi en lo inmediato al lugar de los hechos.

Lo real es que de este “hecho aislado”, el municipio de Jiutepec no tardó en recobrar su normalidad, que actualmente se tiñe de rojo, de impotencia de la población, de miedo, de zozobra, de inoperancia oficial y de predominio de la delincuencia organizada en la totalidad del territorio municipal.

Sin embargo, quien no ha recuperado su normalidad es el propio presidente municipal: el incidente ha marcado un “antes y un después” en la vida pública del ex vocalista del grupo musical Manolo y sus Socios.

Y es que este hecho delictivo puso al descubierto varias de las nuevas facetas en la vida de Manuel Agüero Tovar: el supuesto intento de robo a los escoltas, evidenció de entrada que el munícipe está comenzando una nueva vida familiar, el lugar donde lo hace y con quien. Esto, lo ha mostrado vulnerable y lo ha exhibido en varios sentidos. Y esta parece ser la lectura que le dio el munícipe y varios de los integrantes de su equipo más cercano, donde se prendieron los focos rojos de alarma.

Hoy José Manuel Agüero Tovar luce nervioso por este y otros motivos, pues paralelamente su Gobierno de Amigos se desmorona y con ello le pesa más que abonar a su futuro político. Incluso, ha declarado en eventos que su gobierno “es lento, pero no omiso”. Y vaya que es lento y malo para brindar servicios, para escuchar, para cumplir promesas y hacer válido lo que en el mismo Bando de Policía y Buen Gobierno fijaron como compromiso:

“El lema de la Administración Pública Municipal será ‘Gobierno Amigo’ para el período 2016-2018, y el corazón de la administración pública en todo momento será la Familia por lo tanto, será la base para la vida en comunidad, mientras que la participación ciudadana se considerará como un proceso permanente de diálogo, con una participación activa y comprometida para que al final de estos tres años de gobierno, nos sintamos orgullosos de vivir en Jiutepec, una ciudad segura, modelo en servicios, cultura, educación y valores humanos, con un gobierno caracterizado por ser amigo y cercano a la gente, y lograr ser referente estatal y nacional”. Poesía pura alejada de lo que realmente se construye en Jiutepec.

Aún peor, muchos de los que le apostaron a su proyecto político (incluida su propia familia), hoy se dicen traicionados por el ex legislador federal y local, a quien le hacen la vida imposible y dan detalles de la corrupción imperante en el Gobierno de Amigos con la obra pública, las propiedades de la familia rentadas como oficinas públicas, las comisiones o moches en trámites y servicios, el uso de las grúas, el negocio de la basura y su recolección supuestamente gratuita, la nómina especial para mantener la gobernabilidad donde cobran dirigentes políticos según de oposición, las campañas negras en redes sociales para amedrentar a quien levante la voz, entre muchas otras cosas.

Hoy Jiutepec vive otro trienio perdido más, de desfalco, de corrupción, de desencanto y donde la delincuencia lo ha hecho suyo, mientras un nervioso Manuel Agüero, más solitario que nunca, incrementa descaradamente su peculio y cuenta sus canicas para -de cara al 2018- ver “para qué le alcanza”.

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