I. Calma. Luis Videgaray Caso, secretario de Relaciones Exteriores, tiene un panorama optimista acerca de la futura convivencia con Estados Unidos. Tanto, que descartó que haya una crisis diplomática con el gobierno de Donald Trump. Enfatizó que a Estados Unidos le conviene tener una relación de comercio abierta con México. En Fráncfort se reunió con jefes de misiones diplomáticas de México en Europa. Los coordinadores parlamentarios de diputados y senadores se reunirán esta semana con Videgaray. Es buen momento para darle el voto de confianza. Se lo ha ganado. Si le va bien al titular de Relaciones Exteriores, le va bien al país.
II. Sincerándose. Alejandro Sánchez Camacho, secretario de Acción Política Estratégica del Comité Ejecutivo Nacional del Partido de la Revolución Democrática, admitió que las elecciones en el Estado de México pueden generarle la peor de sus derrotas, si sus precandidatos a la gubernatura convierten el proceso interno en un escándalo. “Si el proceso interno se nos descompone, téngalo por seguro que perderíamos toda expectativa de tener buenos resultados, con qué cara vamos a pedir el voto de la población si nuestro resultado electoral es de acusaciones, de judicializar el proceso, así no vamos a tener autoridad moral”. Así de mal se ven.
III. ¿Por fin? Los coordinadores de los senadores de Acción Nacional, Fernando Herrera, y del Partido de la Revolución Democrática, Luis Miguel Barbosa, exigieron al gobierno federal frenar los gasolinazos y dar marcha atrás a la decisión de la variación diaria de los precios de combustibles. Se dijeron seguros de que el alza del precio no se origina en un acto de responsabilidad administrativa, sino en una posición política. Aunque sus respectivas bancadas avalaron que en este 2017 se adelantara la liberalización de precios, los líderes de la oposición en el Senado ahora dicen que se debe postergar, a fin de no dañar el bolsillo de los mexicanos. ¿Son o no son?
IV. Segunda llamada, segunda. Salvador Cienfuegos Zepeda, secretario de la Defensa Nacional, instó al Congreso de la Unión a legislar una ley “multidimensional” que permita a los municipios y estados responsabilizarse y rendir cuentas. Que cada quien se haga cargo de su seguridad. Hace unas semanas, a diez años de iniciada la llamada guerra contra el narcotráfico, el secretario apuntó en su discurso: “No estudiamos para perseguir delincuentes. Es necesario un marco jurídico para definir las funciones de los integrantes de las Fuerzas Armadas”. ¿Y la ley de seguridad interior? Con demoras y regateos, durmiendo el sueño de los justos.
V. Sobrevalorados. Durante un seminario en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde se discutió si debe reducirse el costo de nuestro sistema político, se ventiló que, de acuerdo con análisis especializados, la democracia mexicana es la más cara de América Latina, en alrededor de 18 dólares por voto contra, por ejemplo, 29 centavos de dólar en Brasil. María Amparo Casar, investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y presidenta de Mexicanos contra la Corrupción, señaló que, por ejemplo, se destinaron a los 22 mil burócratas 37 mil millones de pesos, que equivale al presupuesto anual de la UNAM. Nuestros políticos, ¿lo valen?