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SOMBRERAZOS

JAIME ÁLVAREZ CISNEROS: CARO, CORRUPTO E IMPRODUCTIVO

Movimiento Ciudadano se derrumba en Morelos. Las causas son varias, como la falta de liderazgo de su dirigente formal, Jessica Ortega de la Cruz, y la corrupción que caracteriza a su dirigente real: Jaime Álvarez Cisneros. Pero esto qué importa: llegado el momento electoral, no faltará quien rente el emblema, el nombre, los principios, el color naranja o lo que sea necesario, para ser candidato y obtenga los votos requeridos para que los dueños de la franquicia, puedan acceder a posiciones de poder por la vía plurinominal o la negociación.

En 20 años, Movimiento Ciudadano Morelos solo ha tenido tres presidentes de partido: Jaime Álvarez, Luis Machuca y Jessica Ortega. Los tres han sido diputados locales, excepto Jaime Álvarez, quien ha sido ya en tres ocasiones diputado, dos veces local y una federal. Claro, todos por la vía plurinominal.

Pero pese a esta experiencia legislativa, nunca había sido tan lamentable el papel desempeñado por Jaime Álvarez, ya que en esta legislatura es uno de los cinco diputados integrantes de la “burbuja legislativa”, los que mandan pues, los que determinan el rumbo de la agenda, los que deciden qué aprobar y qué no, los que se reparten el presupuesto y negocian todo lo que deba pasar por el órgano legislativo.

En todo lo anterior está involucrado Jaime Álvarez, que es quien hace llamadas a alcaldes para determinar el “moche” si desea renegociar deuda para su municipio, que se le autorice algún empréstito o realizar algún trámite que deba contar con el Vo Bo de los diputados. También es de los que “operan” los encargos del Ejecutivo estatal, o los nombramientos que le corresponden a los diputados como es el caso de magistrados, del titular de la Comisión de Derechos Humanos, del Fiscal, entre otros.

Ya ni qué decir si de aprobar el presupuesto estatal o de algún municipio se trata, o de mandar alguna auditoría para doblar a Ayuntamientos con alcaldes que se resistan a ser parte del negocio, o para determinar proveedores. En todo esto está desde el inicio de esta legislatura Jaime Álvarez Cisneros. Pero pese a este “poder” o más bien a causa de éste, resultó ser el tercer legislador con más negativos en contra, más odiado pues, sólo detrás de Francisco Moreno Merino y Hortensia Figueroa Peralta.

Por lo anterior, para este año levantó la mano y pidió ser el fiel de la balanza para contratar a nombre del Congreso espacios en medios de comunicación, con la consigna de promocionarlo y “revertir” la mala imagen que se tiene de su persona de cara al proceso electoral del 2018. Pero esto ha resultado difícil, porque no hay nada noble que informar de este legislador, precisamente por eso, porque no ha legislado: en 18 meses que tiene actualmente como diputado, no hay una sola ley que los morelenses le deban, ni tan siquiera iniciativas. No hay tiempo para ello, sólo para los negocios que le dejen beneficio económico.

Jaime Álvarez sumó de manera irregular a Movimiento Ciudadano el pasado 3 de noviembre al expulsado de Morena, Manuel Nava Amores, tal vez el diputado más improductivo y gris que ha tenido Morelos en muchos años. Así que las cerca de 30 plazas legislativas que Movimiento Ciudadano tiene a su disposición, las dietas, el salario, los jugosos bonos de sus dos diputados, ¿en que se devengan o qué beneficio tienen para los morelenses, si ninguno de los dos legisla?

La “adquisición” de Nava Amores es nada si tomamos en cuenta que de los tres presidentes municipales que ganaron con sus siglas en el pasado proceso electoral, el de Jonacatepec, Israel Andrade Zavala, se ha sumado a las filas del PRD; el de Tepoztlán, Lauro Salazar Garrido, ha roto relaciones con Movimiento Ciudadano y el de Mazatepec, Jorge Toledo, que ganó por el Humanista pero que esperaban en Movimiento Ciudadano, ya está en las filas del Movimiento Nacional por la Esperanza, del mismísimo René Bejarano.

De sus regidores y síndicos, la mayoría de los 21 que lograron en los 33 ayuntamientos, navegan a su suerte sin abanderar la agenda política que presumen los naranjas, si no es que ya se han sumado a otros partidos. Una muestra de ello, es que el pasado 10 y 11 de febrero, de los 21 sólo cinco asistieron a la Ciudad de México al seminario “Un Nuevo Federalismo y Buenos Gobiernos”, aún y cuando desde la coordinación estatal a cargo de Jessica Ortega, se les pidió ir obligatoriamente.

Esta es hoy la realidad en Morelos del partido fundado por Dante Delgado Rannauro, quien por cierto el 25 de enero pasado anunció desde la capital del país que su partido haría alianzas este año sólo con la sociedad, con ningún partido político, además de lamentar “que México tenga hoy una clase política sin clase, sin honor, sin principios y sin preparación. Un estado que intenta censurar a los medios y a las redes. Que desinforma. Que miente” (¿en quien pensaba Dante al decir esto, que describe a la perfección a su protegido en nuestro estado?)

En Morelos tan sólo un día después de lo dicho por Dante Delgado, esto es el 26 de enero, Jaime Álvarez refrendó su subordinación al proyecto de gobierno de Graco Ramírez y de Rodrigo Gayosso, al estar presente en el evento de Fortalecimiento para la participación política de la mujer, que sirvió de marco para anunciar que la presidenta del Congreso, Beatriz Vicera Alatriste se sumaba al PRD. En redes, Jaime Álvarez festinó: “Un gusto acompañar a mi amigo Rodrigo Gayosso en importante reunión de mujeres progresistas en Morelos”, y obvio, sonriente apareció al lado de la nueva perredista.

Así, entre contradicciones, falta de liderazgo, servilismo en extremo al gobierno estatal en turno, pero sobre todo por la corrupción que representa, promueve y tolera Jaime Álvarez Cisneros, Movimiento Ciudadano Morelos es una verdadera caricatura de lo que es su historia, de lo que pregona su dirigente nacional y que lo ha llevado a ser opción real de gobierno en entidades como Jalisco, Veracruz e incluso Guerrero.

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