En reunión privada con los coordinadores parlamentarios, Videgaray contestó así a una crítica del ex dirigente nacional del PRD Agustín Basave, quien cuestionó la visita de Trump al país durante su campaña y espetó al canciller que su discurso es bueno, ‘‘pero no está en los hechos’’.
El audio de la respuesta en el encuentro privado con la Junta de Coordinación Política fue hecho llegar a La Jornada. En él, el funcionario expuso que el gobierno de México reaccionará de la siguiente forma a las políticas de Donald Trump: ‘‘Si nos ponen un impuesto a las exportaciones mexicanas, les vamos a poner uno a ellos, pero mejor, porque vamos a escoger cuáles les duelen’’.
A continuación, el texto de las respuestas del canciller:
‘‘El haber aguantado un poquito, a pesar de los tratos no sólo contra el protocolo diplomático, sino francamente hostiles, nos da un argumento muy importante de legitimidad, no necesariamente frente al gobierno, que también nos lo da, sino frente a aliados potenciales, incluido en el Congreso americano.
‘‘Hoy, y eso lo ganamos en esos días, nadie le puede al gobierno de México decir que no ha tenido voluntad. Y si vamos a ir a una estrategia de confrontación y vamos a tener posiciones abiertamente distintas, hoy nadie nos puede reclamar que el gobierno de México, en su momento, no extendió la mano.
‘‘Y eso es muy importante cuando hablamos con legisladores demócratas y republicanos. Cuando hablamos con los centros académicos, con los grupos empresariales. A todo mundo le queda claro que el gobierno mexicano no es el que empezó con una lógica de confrontación. Y, por supuesto, son decisiones que se tienen que tomar en tiempo real.
‘‘Y si usted cree que soy ajeno a lo que se decía en México, claro que no lo soy. Pero estamos aquí preparándonos para una batalla que va a ser larga; esto no se va a resolver en tres días.
‘‘Coincido plenamente con usted en otra cosa, en los tiempos. No me cabe la menor duda de que el secretario Kelly quisiera llegar mañana y ponerse de acuerdo con el secretario de Gobernación, y vamos a hacer esto, vamos a hacer lo otro. Eso no nos conviene.
‘‘El tiempo, desde el punto de vista de la negociación, claro que corre a nuestro favor, no indefinidamente. Y no me refiero a los mercados, me refiero a muchas decisiones de inversión y de contratación de personal que hoy están esperando a ver qué pasa. No podemos dejar congelado al sector manufacturero demasiado tiempo, pero hoy coincido plenamente con usted: como objetivo estratégico y táctico, no nos conviene apresurarnos y yo creo que ellos empiezan a sentir prisa.
‘‘Es bien interesante comparar cómo se ven las cosas aquí y allá. Nuestra visita a Washington, la primera, y la cancelación, fue vista allá como un gran fracaso de Trump. Ahí están los medios estadunidenses, véanlos. Se ven siempre las cosas diferentes en un país y en otro. Empieza a sentirse una presión política porque logre algo con México. Y eso es algo que hoy corre a nuestro favor. No indefinidamente, no podemos quedarnos con este nivel de indefinición.
‘‘Creo también, y en esto intuyo por algunos comentarios en los que coincidimos, que el paso del tiempo ha ido desgastando al propio presidente Trump; ha tenido algunos tropiezos importantes que lo han ubicado en una realidad de un sistema de pesos y de la no omnipotencia de un presidente de Estados Unidos, que es un presidente acotado. Eso es algo que ha quedado evidente y el ímpetu que pretendía, con el cual se pretendía imponer cosas a México, se ve aminorado o mitigado en parte por esa realidad.
‘‘Creo también que el hecho de que México ha dicho ‘ya no’ generó un precedente también muy favorable para la negociación. Por algo llegaron el día de hoy juntos dos secretarios. En los anteriores dos secretarios de Estado de Estados Unidos, John Kerry y antes Hillary Clinton, visitaron uno seis veces el Medio Oriente y la otra siete antes de venir a México. El secretario John Kerry tardó 18 meses en venir a México.
‘‘El hecho de que esté el secretario de Estado hoy en México no hace más que confirmar lo que usted me está diciendo. Ellos tienen la necesidad de llegar a un acuerdo con México, por más que la retórica del presidente Trump diga lo contrario. Coincido plenamente con usted. Debemos tener paciencia en esta negociación.
‘‘Con respecto, y no quiero entrar en los calificativos de si estridencias o firmezas, etcétera, pero claramente este es un proceso en el cual tenemos que marcar límites y en la diplomacia éstos se marcan en privado y en público. A veces es necesario hacerlo en público solamente. A veces sólo en privado. A veces las dos.
‘‘Esta reunión de mañana es extraordinariamente importante y creo que es un momento de inflexión, de definición, que debemos aprovechar a nuestro favor. No quiero que se pretenda aquí que estoy diciendo les vamos a manotear en la mesa y vamos a lograr lo que nosotros queremos. Usted lo sabe igual que yo, que a Donald Trump no le vamos a cambiar la forma de pensar, no lo vamos a convencer, y va a seguir siendo presidente por un buen rato. Pero tenemos que reconocer que sí tenemos ventajas y fortalezas estratégicas en este proceso de diálogo y eventual negociación.
‘‘Sobre la visita del año pasado, lo dije públicamente, lo repito: creo fue un acierto tener el acercamiento, haberlo invitado; definitivamente se cometieron errores, algunos yo los cometí, yo asumo la responsabilidad política. Entre ellos el uso de algunos símbolos nacionales, coincido, fue un error.
‘‘En materia de cooperación en seguridad, narcotráfico, terrorismo y migración, pues claro, es lo que a ellos les interesa, están ávidos. A nosotros nos interesa que se resuelvan otras cosas. Y, o se resuelve en paquete o no se resuelve nada. Es un principio de integralidad y se los hemos dicho en privado y en público. No necesariamente hay que decirnos todas las cosas todo el tiempo; depende del interlocutor y de los momentos.
‘‘Esto de los mecanismos para cobrar el muro, por cierto hay algo bastante grotesco; tal vez a ellos ya se les olvidó, sí dijeron que nos iban a cobrar el muro con un cheque; hay un memorándum que le envía él (Trump) al Washington Post durante la campaña, donde le preguntan, naturalmente muy escépticos, sobre el cobro del muro a México; le mandan por escrito un cuestionario y Trump contesta, dice y es público; la expectativa es que en los primeros cinco días de gobierno ya habría mandado un cheque.
‘‘Tan grotesca es esa postura que evidentemente ya no es la postura del gobierno. Después pasó a decir que nos lo iba a cobrar después, que iba a ser un rembolso. Después pasó a decir que ya no iba a ser un rembolso como tal, que nos lo iba a cobrar por un mecanismo indirecto y primero dijeron que iba a ser esto de un impuesto de 20 por ciento, lo cual se desmoronó muy rápido. No hemos escuchado hasta ahorita de la administración otra propuesta. Dicen que tienen muchos mecanismos. Lo que he dicho públicamente en entrevistas en Estados Unidos, que tal vez se ven menos acá, qué bueno que tengan propuestas, pero nosotros sólo tenemos una sola respuesta: la respuesta es no y ya.
‘‘Ahora, ¿que si estamos dispuestos a reaccionar? ¡Claro que vamos a reaccionar! No solamente dispuestos a reaccionar, reaccionaríamos. Si nos ponen un impuesto a las exportaciones mexicanas les vamos a poner uno a las de ellos, pero además lo vamos a hacer mejor, porque vamos a escoger cuáles les duelen, y las vamos a escoger conforme al mapa de la integración del Congreso, como alguna vez se ensayó con éxito en la diplomacia mexicana.
‘‘Y por supuesto que estamos dispuestos para contestar y ellos lo saben, y es importante que se los hagamos saber a los distintos actores políticos en Estados Unidos, incluyendo al Congreso.
‘‘La mayor efectividad la tiene el Ejecutivo en algunos de los planteamientos. Ahí es importantísima la expresión pública del Congreso y la diplomacia parlamentaria. Hay que decírselos. Hay que hacerles ver que es en serio, que esto no nada más es postura para dar tranquilidad a la opinión pública mexicana. Hay una realidad: no queremos crear un clima de disuasión a la inversión en México’’.