Lo penoso del caso es que los protagonistas han gobernado, gobiernan y aspiran a presidentes de los mexicanos. Todo, en medio de la más vulgar ofensa de un político a los ciudadanos: engañarlos y creer que son idiotas.
Como saben, los protagonistas de la historia son Miguel Ángel Yunes y Andrés Manuel López Obrador.
En efecto, el primero montó desde hace meses un circo mediático con la “zanahoria” de la persecución del pillo Javier Duarte. Con ese espectáculo trata de construir su candidatura presidencial.
Pero también es cierto que el segundo, López Obrador, pactó una alianza vergonzosa e inconfesable con Duarte, alianza que consistió en millones de pesos a cambio de apoyar la victoria del PRI en Veracruz.
Todo empezó cuando, repentinamente, AMLO respondió a periodistas sobre el hallazgo de una casa con documentos de Duarte y su familia. Se burló del gobernador Yunes, al que acusó de montar un circo contra Duarte. Luego dijo que Yunes es igual de corrupto y que ni él ni sus hijos tendrían cabida en el cielo, de Morena. Es decir, los condenó al infierno.
En respuesta, el gobernador de Veracruz acusó de ratero a AMLO y dijo tener pruebas de que el gobierno de Duarte entregaba a la franquicia de Morena, en Veracruz, dos y medio millones de pesos mensuales.
La respuesta de AMLO fue inmediata y en un video retó a Yunes a presentar las pruebas “de inmediato” y alardeó que si las presentaba renunciaría a la política. Entonces Yunes respondió con un nuevo reto, el de presentarse el próximo sábado, en Veracruz, a las 7 de la noche, para “debatir y presentar las pruebas”.
Poco antes, en un video, AMLO se adelantó y rompió el reto que lanzó a Yunes, con el cuento de que “como no presentó las pruebas de inmediato”, no renunciaba a la política y continuaba en esa “noble actividad”.
Hasta aquí el espectáculo denigrante y las payasadas de dos gobernantes y políticos bananeros que aspiran a ser presidentes.
Aquí no sabemos si Yunes tiene pruebas de su dicho. Sí sabemos que es un gran mentiroso y que una de sus más recientes mentiras públicas fue cuando dijo —poco después de ganar la elección de Veracruz— que anunciaría una noticia bomba que sacudiría a todo el país. Nunca presentó nada.
Lo que sí sabemos, y durante meses documentamos, es la alianza político-electoral —con dinero de por medio— que pactaron AMLO y Javier Duarte, y la cual confirmó al autor del Itinerario Político el propio ex gobernador de Veracruz. Y de la confesión existen testigos.
Por eso —porque teníamos la confesión—, en el Itinerario Político del 2 de febrero de 2016 revelamos la alianza AMLO-Duarte y dijimos que desde entonces López Obrador guardó silencio acerca de las fechorías de Duarte. Defendía la alianza para arrebatar votos al PAN y PRD. La jugada era que en Veracruz ganaría el PRI, con la ayuda de AMLO y que Morena quedaría como segunda fuerza.
Un mes después, el 2 de marzo, Arturo López Obrador —hermano de Andrés—, ofreció todo su apoyo a Héctor Yunes, el candidato del PRI al gobierno de Veracruz, de quien dijo “es la mejor alternativa”. La declaración provocó una supuesta división entre los hermanos López, pero en realidad se trató de una maniobra engañabobos. Y es que los López siempre apoyaron al PRI y a Duarte en esa entidad.
El 13 de abril el propio AMLO disipó las dudas. De gira por Veracruz dijo: “Mi instinto me dice que Salinas se quiere venir a apoderar de todo Veracruz a través de Yunes Linares”. Y Luego aseguró que la campaña de desprestigio contra Duarte era orquestada por Salinas para apoyar al candidato del PAN, Yunes Linares.
Por eso, en el Itinerario Político del 19 de abril de 2016, dimos cuenta de cómo López Obrador defendió a Duarte y atacó a su rival, Yunes Linares. Lo más curioso es que, a pesar de que Duarte ya era “el villano favorito” de la izquierda y del lopezobradorismo,AMLO era el defensor a ultranza del pillo Duarte.
En el Itinerario Político del 28 de septiembre —Duarte a prisión, AMLO lo defiende—, dijimos que la PGR había iniciado una extensa investigación contra Duarte y que en cuestión de días sería detenido. La respuesta de AMLO, días después, fue: “El PRI está convirtiendo a Duarte en chivo expiatorio”.
¿Así, o más clara la complicidad de AMLO y Javier Duarte?
Al tiempo.