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SERPIENTES Y ESCALERAS

 

La inseguridad fue uno de los principales argumentos de campaña en el 2012 y lo volverá a ser en el 2018. La paz no ha regresado a Morelos y ese aspecto será ampliamente explotado por los partidos en las elecciones que vienen. La reflexión ciudadana es: ¿Cambiar o seguir como vamos?

 

Los tiempos políticos se han adelantado y las circunstancias que enmarcarán el proceso electoral de Morelos han cambiado. Quienes aspiran a competir en el 2018 comenzaron a trabajar desde hace tiempo y diversos actores, sectores y grupos que antes sólo observaban se han vuelto parte activa de la carrera democrática. Las próximas elecciones van a tener elementos distintos a los que vimos en el 2012.

En la contienda del 2012 hubo factores muy concretos que influyeron en el sentido de los votos. La inseguridad que prevaleció durante todo el sexenio de Marco Adame y los malos candidatos que postularon los partidos permitieron al PRD ganar por primera vez las elecciones en Morelos; la gente estaba cansada de la violencia y decepcionada del actuar del gobernador.

Seis años después las cosas no habrán mejorado y por el contrario, empeorarán en muchos sentidos. La inseguridad sigue siendo un problema muy grave en Morelos, la violencia está presente como nunca antes y las acciones de los grupos delictivos afectan a todos los sectores de la sociedad. Con Marco Adame vivimos tiempos complejos, conocimos de la crueldad de los cárteles de la droga y observamos cómo el gobierno fue superado por la criminalidad.

Graco Ramírez prometió en campaña que acabaría con este flagelo, dijo que conocía el problema y también la manera de solucionarlo, muchos de los votos que recibió el perredista obedecieron a esta circunstancia: el tabasqueño era un personaje que por años enarboló la bandera de la inseguridad y parecía ser el idóneo para acabar con la violencia en Morelos. No fue así.

La paz no regresó a Morelos como lo prometió Graco, por el contrario, la violencia se multiplicó y los grupos criminales ampliaron su margen de actuación. Secuestros, extorsiones, levantones, balaceras, cobro de piso, descuartizados, calcinados y muchas mujeres y niños asesinados han marcado el trabajo de seguridad del gobierno del PRD en Morelos. Las cosas no han mejorado en el estado bajo la administración del partido del Sol Azteca, pero la lucha contra la inseguridad ha sido un negocio muy redituable para algunos personajes de la nueva visión.

En el 2018 la inseguridad volverá a ser bandera de campaña de todos los partidos. Desde el PRD se presumirán avances, se dirá que el problema se resolvió y que Morelos dejó de ser uno de los estados más inseguros del país. La estrategia del Mando Único implementada por Graco Ramírez será argumento de campaña perredista junto con las cámaras, las patrullas, los helicópteros y el poderoso (y multimillonario) C5. “Somos ejemplo de seguridad en México” dice Graco cada vez que hace referencia al tema.

Desde otros partidos el discurso será opuesto: la inseguridad no sólo no mejoró, empeoró. Morelos sigue presente en la nota roja nacional y estamos considerados una de las entidades más peligrosas de México. La tierra de Zapata aparece en los primeros cinco lugares de los cinco delitos de alto impacto en el país, según reportes del Sistema Nacional de Seguridad Pública y el INEGI reporta que 8 de cada 10 ciudadanos se siente inseguro. Pero sobre todo, más allá de estadísticas, quienes hagan campaña contra el PRD aprovecharán la percepción ciudadana y el sentimiento popular sombre el tema. La pregunta es simple ¿Te sientes más seguro con Graco como gobernador?

La violencia y el estilo de gobernar de Graco Ramírez van a ser elementos que influirán mucho en el proceso electoral del 2018. En el primer tema es evidente la crisis y son conocidos los problemas; la violencia no da tregua y cada día se da cuenta de hechos en los que personas pierden la vida o son víctimas de diversos delitos.

De manera paralela a lo largo de casi cinco años el jefe del ejecutivo ha mostrado un estilo muy personal de ejercer el poder. Lo mismo que Donald Trump en Estados Unidos, Graco tiene en el Twitter su mejor herramienta de comunicación (y a la vez su peor enemigo), se ha confrontado con todos los sectores, se ha enemistado con muchas personas y ha hecho de la censura y la represión el sello de su gobierno. Como si eso no fuera suficiente, el tabasqueño se ausenta por largas temporadas del estado y aprovecha cualquier pretexto para alejarse de las labores que constitucionalmente le corresponden como jefe del ejecutivo. Desde hace varios años Graco cedió a otros el manejo del estado.

Para los candidatos del PRD va a ser muy difícil superar el enojo social que les heredará el gobierno de nueva visión. Diversos analistas advierten que en el 2018 el PRD peleará el cuarto lugar al Partido Verde y otros auguran que en varios estados los perredistas están en riesgo de perder el registro. En Morelos la historia se complica al doble porque a la inercia nacional se añade el desencanto local y las malas decisiones que se están tomando desde la dirigencia estatal.

Apostar a la compra de voluntades y construir una estrategia a partir de la manipulación del voto no augura buenos resultados; en el 2015 el PRD implementó ese plan en Cuernavaca con pésimos resultados. Cuentan que el operador electoral que ayudó a Marco Adame en el 2012 ya es parte de la estructura de apoyo del PRD en Morelos, pero ningún plan funcionará si el perredismo y sus gobiernos no cambian de actitud y se reconcilian con la sociedad.

El mayor reto del Sol Azteca es hacer las cosas diferentes; cinco años de golpeteo y confrontación los han convertido en el enemigo social y esa circunstancia no cambiará sólo con operación electoral. Si los perredistas quieren refrendar triunfos y ganar las elecciones, el primer paso es dejar de confrontarse, deben aceptar que el sentimiento de frustración social es real y que la peor manera de atajar una crítica es reprimiéndola.

En los últimos meses el PRD ha reclutado a figuras valiosas de otros partidos, pero también se ha llevado a personajes nefastos. El control de las instituciones les garantiza estabilidad operativa en los próximos meses, pero también les generará un enorme rencor social y político que explotará en las campañas.

Quienes han ido a una elección lo entienden: por mucho dinero que se de a la gente, hoy es imposible manipular el voto.

Pregúntenle a Duarte.

  • posdata

La renovación del PRI en Morelos se ha pospuesto varias veces y hasta ahora nadie sabe cuándo ni cómo será el cambio de presidente. La definición de un nuevo dirigente estatal es clave para el partido de los tres colores y ello no sucederá hasta que el comité nacional de luz verde al proceso y emita la convocatoria.

Mientras ello no suceda, lo que se diga o haga en el PRI de Morelos es ocioso, pues sólo queda en el plano de los buenos deseos. Rodolfo Becerril pasará a la historia como uno de los peores dirigentes de ese partido, pues teniendo todos los elementos para cambiarlo se conformó con subsistir y dejar actuar a los grupos que históricamente lo han prostituido.

Legalmente el cambio en el CDE del PRI tendría que darse antes de que inicie el proceso electoral, es decir, antes del próximo mes de septiembre; después ya no puede llevarse a cabo. Hay varios personajes que buscan esa posición: Matías Nazario, Rosalina Mazari, Alberto Martínez y Lisbeth Lecona.

De los cuatro aspirantes, los dos primeros son, además, posibles contendientes a la gubernatura; ambos son ajenos a los grupos de Marisela y Amado, pero los dos también son personajes que generan polémica dentro del PRI.

Alberto y Lisbeth (diputado local y senadora) también quieren dirigir al partido, pero no buscan la candidatura al gobierno estatal. Uno y otra plantean una agenda incluyente, quieren sumar a todos los grupos y estarían pensando en impulsar candidatos diferentes en el 2018.

Quien sea el próximo dirigente del PRI en Morelos tiene mucho trabajo y muy poco tiempo para hacerlo; el Revolucionario Institucional es un partido con mala imagen y mucho desgaste social, desarticulado y dividido, sin liderazgos y sin agenda ciudadana. Además de atender todo lo anterior, el próximo presidente estatal deberá conciliar intereses entre grupos y comenzar de inmediato la identificación de posibles candidatos.

Nada sencilla será la tarea para el futuro dirigente priísta de Morelos. Buscar la unidad y definir una estrategia rumbo al 2018 son apenas algunos de los muchos retos que tiene enfrente. ¿Quién es capaz de sumar y alcanzar acuerdos en el PRI?

  • nota

Morelos no es tan transparente como lo presume el gobernador Graco Ramírez. Según reportes de la Auditoría Superior de Fiscalización, Morelos es el 4 estado con más irregularidades presentadas en el ejercicio 2015. Así lo publica El Financiero:

En la revisión al gasto federalizado de 2015, la Auditoría Superior de la Federación realizó mil 128 auditorías que resultaron en irregularidades determinadas por 65 mil 193 millones de pesos, destacando Michoacán, Ciudad de México y Veracruz como las tres entidades con la mayor proporción de anomalías, respecto al importe asignado a los entes fiscalizados.

Del monto total de irregularidades analizadas en el país, 33 mil 449 millones de pesos fueron por recursos no ejercidos; siete mil 893 millones de pesos por falta de documentación comprobatoria del gasto; 6 mil 106 millones por transferencia de recursos a otras cuentas bancarias; y 4 mil 936 millones de pesos por recursos ejercidos que no cumplen con los objetivos específicos de cada fondo o programa. 

Asimismo, por pago de remuneraciones indebidas o injustificadas al personal fueron 2 mil 639 millones de pesos y por retenciones no enteradas a terceros institucionales, 2 mil 17 millones de pesos.

Las tres entidades federativas que reportaron la mayor proporción del monto de irregularidades con relación al importe asignado a los entes fiscalizados fueron Michoacán con 16.5 por ciento, Ciudad de México con 15.5 por ciento y Veracruz, 15.1 por ciento. 

Les siguen Morelos con 14 por ciento y Guerrero con 13.8 por ciento. Veracruz sobresale en las observaciones pendientes de solventar de 2011 a 2014, más las de 2015, por 34 mil 057 millones de pesos. 

En esta entidad destacó el monto de denuncias de hechos y penales relacionadas con simulación de reintegros por 4 mil 770.2 y mil 268.3 millones de pesos, respectivamente.

  • post it

La dirigencia estatal del PAN está en contra de lo que hace su grupo parlamentario en el congreso local. El comité de Juan Carlos Martínez Terrazas ha reclamado en diversas ocasiones la actuación y los votos de sus diputados, pero pocas veces ha fijado una postura pública sobre los temas que les cuestiona. Simple: critica, pero no propone.

El joven panista ve con desprecio a sus representantes parlamentarios, los regaña y los descalifica públicamente, los exhibe y muestra así las pocas tablas que tiene como líder. En el CDE están buscando candidaturas propias y no toman en cuenta a sus legisladores porque no les tienen respeto ni les guardan simpatía.

Terrazas está cometiendo los mismos errores que por mucho tiempo criticó a la Sagrada Familia: es excluyente, arrogante, irreflexivo y peca de confiado. Puede ser que los liderazgos actuales no gusten al joven panista, pero es con ellos con quienes hoy debe trabajar. Si el PAN llega dividido a la contienda del 2018, sus posibilidades de triunfo bajan.

  • redes sociales

Una encuesta en Twitter no tiene validez; carece de metodología, de estructura y de rigurosidad. Es, así me parece, sólo una herramienta más que proporciona la plataforma para generar contenidos y coadyuvar a la interacción con la comunidad virtual; esas encuestas nos dan cierta idea de la opinión pública, pero su confiabilidad es poca porque es fácilmente alterable a través de cuentas falsas (troles).

A pesar de ello, de que el impacto de este tipo de encuestas es relativo y su credibilidad es poca, a los estrategas de la nueva visión les provoca mucho (muchísimo) nerviosismo y cuando el tema los involucra; cuando eso sucede se apuran a trolear para cambiar las tendencias y hacer creer que la confianza es plena en Graco Ramírez.

El problema de esta administración es que su manejo de comunicación y redes sociales está en manos de improvisados que no entienden que los problemas de un gobierno nunca se resolverán con manejo de medios. Ocultar información o trolear nunca ha dado buenos resultados.

Así como algún asesor cósmico recomendó a la primera dama de Veracruz llenar páginas y páginas con la frase: “Merezco la abundancia”, algún genio de comunicación en Morelos debe haber aconsejado al gober trolear, pagar publicidad en redes… y llenar páginas de “Merezco que me crean”. 

Comentarios para una columna alegre: eolopacheco@elregional.com.mx

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