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SERPIENTES Y ESCALERAS

 

 

Eolo Pacheco |
2017-03-03

Los problemas de Morelos no son casuales, hay razones concretas que explican el porqué de la situación que padece hoy nuestro estado. Las ausencias del gobernador, su desinterés por los problemas locales, la incapacidad de sus funcionarios, su forma de hacer política y dejar el manejo del estado en otras manos hoy tienen consecuencias.

 

Las últimas semanas han sido muy complicadas en la capital de Morelos, la violencia se ha desatado y los grupos delictivos han mostrado que tienen más fuerza, inteligencia y capacidad de operación que la policía. Como si eso no fuera suficiente, las secretarías de seguridad de Jiutepec y Cuernavaca se vieron envueltas en nuevos escándalos por agresiones cometidas contra turistas. Algo muy malo está ocurriendo en todo Morelos. ¿Dónde está el gobernador?

Se entiende que la presidencia de Graco Ramírez en la Conago (que por cierto, concluye en dos meses) ha dado al gobernador de Morelos el pretexto ideal para atender asuntos de la agenda nacional y hasta para acudir a una gira en los Estados Unidos, desde donde la emprendió a tuitazos contra el presidente Trump. La Conago ha permitido a Graco disfrutar de viajes y entrevistas que nada tuvieran que ver con el desmadre que tiene en el estado.

Lo que los ciudadanos de Morelos no podemos entender (ni aceptar) es que por andar en esos asuntos el tabasqueño deje de lado sus responsabilidades constitucionales; la agenda de la Conago es importante, pero lo distrae de los gravísimos problemas de inseguridad, violencia y crisis económica que prevalece en la entidad que (se supone) gobierna. Graco ofrece resolver los problemas de México cuando no puede con los de su estado.

A lo largo de su administración Graco ha buscado pretextos para no estar en Morelos; el tabasqueño utiliza la gubernatura como una plataforma para fondear su trabajo político nacional, para negociar en los pasillos de poder y entrar a espacios a los que sólo acceden gobernadores. Desde el principio de su administración el perredista definió su estilo, su agenda se dividió entre el estado y la capital del país y hasta su residencia está combinada entre Reforma (Cuernavaca) y Polanco (CDMX).

Graco no es el único mandatario al que atrae la política nacional y juega en esos espacios, pero sí es el único de Morelos que ha abandonado el cargo y dejado su responsabilidad en manos de terceros. Las severas crisis que agobian a nuestra entidad son producto del descuido del tabasqueño en la supervisión del gobierno, de la incompetencia de varios de sus secretarios y la forma tan arrogante como se llevan las riendas del ejecutivo estatal.

Aunque parecía imposible, la debacle de Graco va en aumento: la última evaluación al desempeño de los gobernadores de México coloca al de Morelos en los últimos tres sitios en todos los rubros. Al único que supera el gobernador morelense es a su símil de Chapas Manuel Velasco, el que está enfrentado con la CNTE.

Lo que hemos visto las últimas semanas en Cuernavaca y lo que desde hace varios meses no deja de ocurrir en Morelos es muy grave. La capital se ha vuelto escaparate de grupos delictivos que vienen aquí a depositar los cuerpos mutilados de sus víctimas y desde aquí lanzan mensajes en contra de las autoridades, acusándolos de proteger delincuentes, de ser parte de algunos cárteles y de permitir que la violencia pegue a los ciudadanos.

Las ausencias de Graco le impiden darse cuenta de esto; su estilo represor ha polarizado a la sociedad, ha dividido a Morelos y generado un odio como nunca antes se había visto. Aunado a ello el debate público se ha convertido en un ring de sombras en donde los defensores del jefe del ejecutivo aseguran que todo está bien, que no hay fallas, que vivimos el mejor momento de nuestra historia y el actual es una administración de resultados. Así describen Gracolandia.

Frente a ellos aparecen hechos de violencia imposibles de ocultar: balaceras, descuartizados y hechos delictivos en prácticamente todos los sectores de la sociedad. El miércoles a plena luz del día intentaron robar la tesorería Municipal; un oficial resultó herido y muchas personas terminaron con crisis nerviosa producto de la balacera que se desató a tres cuadras de las oficinas de Graco; lo peor: a decir del alcalde Cuauhtémoc Blanco, los elementos de seguridad que estaban en el lugar (sólo dos policía en el principal centro de recaudación de la capital) no portaba armas.

Se puede entender que a Graco le guste más la política nacional que la administración de un estado, pero no es aceptable que deje el gobierno en manos de terceros y coloque su agenda personal por encima de los múltiples problemas del estado. Esta es la primera vez que el tabasqueño ocupa un cargo administrativo y los saldos de su gobierno representan tres décadas de endeudamiento a los morelenses.

El gobernador y el comisionado de seguridad son apasionados de las redes sociales, se han vuelto fanáticos de los videos y piensan que por ese camino logran ocultar los hechos y callar las voces que reclaman, pero los problemas de Morelos no se van a resolver a tuitazos, ni tampoco con videos en Facebook.

La crisis que agobia al estado y que a últimas fechas se ha acentuado en Cuernavaca tendría que motivar una reflexión profunda en los pasillos de poder: hasta ahora Graco, su equipo y su familia han podido contener los problemas a base de amenazas y dinero, pero esa circunstancia está llegando a su fin al mismo tiempo que el sexenio.

Lo que Graco y aliados están dejando de observar es que en Septiembre arranca el proceso electoral, en marzo (2018) inicia el registro de candidaturas y en 19 meses alguien más estará tomando protesta como gobernador constitucional.

La apuesta de los neovisionistas es muy alta y arriesgada, suponen que volverán a ganar la gubernatura y que de nueva cuenta tendrán el control total de las instituciones para de esa manera prolongar su fuerza en el estado y seguir haciendo su voluntad.

¿Y si pierden? ¿Y si ya no controlan el congreso? ¿Y si el próximo gobierno inicia (como ha sucedido en otros estados) procesos administrativos y penales en contra de funcionarios y familiares de Graco?

Más simple: ¿Y si los gobernantes de mañana les aplican a los poderosos de hoy el mismo trato que ellos brindan a sus enemigos?

En política los amigos son de mentiras, pero los enemigos son de verdad.

La vida, dicen los clásicos, es una rueda de la fortuna.

  • posdata

La historia se cuenta en los pasillos de poder; se trata de una versión no confirmada, pero filtrada por algunos de quienes están cerca de donde se toman decisiones: A Cuau, dicen, lo van a bajar de la carrera por la gubernatura; en marzo quedará fuera.

La historia no es nueva ni sería el primer golpe contra el alcalde de Cuernavaca, sólo que ahora el camino que seguirán será distinto. Añaden: ahora todo se hará desde la Fiscalía; primero caerán otros (ya detuvieron a González Otero), después procesarán a varios perredistas ajenos a la corriente institucional y algunos otros ex alcaldes, como Manuel Martínez Garrigós. Al final el futbolista.

La gente verá que no es una revancha política ni tampoco un ataque directo contra Cuauhtémoc; quedará confirmado que es un actuar institucional en la lucha real que hay en Morelos en contra de la corrupción ¿Cómo podrían entonces acusarnos de revanchismo político? dicen que presume un diputado que se jacta de ser el nuevo operador político del joven dirigente perredista.

En el caso del alcalde de Cuernavaca, siguen la narrativa, el objetivo no es meterlo a la cárcel (aunque ganas no les sobran), simplemente se trata de iniciarle un proceso legal que lo imposibilite para registrarse como candidato a la gubernatura de Morelos en el 2018. Si lo logran, Cuauhtémoc quedaría anulado como candidato. ¡El plan perfecto!

No tengo claro si la historia que me hacen llegar es ciento por ciento real, pero la cantidad de detalles que dan le conceden una alta dosis de veracidad. El punto clave es que los funcionarios en cuestión, todos, tengan asuntos legales que den pie a los procedimientos jurídicos y soporten los expedientes técnicos. Si es así, aunque pudiera tratarse de un acto electoral perverso, no sería ilegal y los acusados (si son corruptos) merecen ser procesados por sus delitos.

La lucha contra la corrupción es algo que todos los gobiernos y todos los partidos nos deben desde hace muchos años a los ciudadanos. Si ahora van a actuar en contra de los corruptos, aunque sea con un trasfondo electoral, personalmente lo aplaudo.

Pero añado: esa lucha debe ir más allá de una coyuntura política y de un personaje en especial; debe seguir e incluir a todos los que han abusado del poder y de los recursos públicos.

Más claro: los carniceros de hoy serán las reces de mañana.

  • nota

Ayer se dio a conocer un nuevo estudio sobre la calificación de todos los gobernadores del país; una vez más el gobernador de Morelos ocupó el penúltimo lugar, solo arriba de Manuel Velasco, el gobernador de Chiapas.

Justo ayer, también, Graco Ramírez volvió a formalizar (por enésima ocasión) su aspiración a la presidencia de la república; esta vez ofreció construir una amplia alianza para transformar a México, como lo ha hecho con Morelos.

La declaración del tabasqueño no es una locura, como piensan algunos; es más bien una señal de su preocupación por su séptimo año como gobernador y las cada vez más claras señales de crisis que se avecinan en su futuro.

De la misma manera cómo él y su familia tratan hoy a sus adversarios, serán tratados cuando dejen de tener poder. Lo que siembra se cosecha.

Algunos le llaman karma.

  • post it

La anécdota es contada por el amigo de la familia de un acaudalado subsecretario que pasó de la medianía a la bonanza económica en cuatro años. La historia es real, aunque la narrativa es una libertad que se toma el escribidor.

“… estamos en un país libre y cada quien puede opinar lo que quiera, pero les quiero decir que están diciendo puras babosadas; no me opongo a que tengan opiniones políticas, pero les informo que en esta casa todos vamos a votar por el PRD. Les recuerdo que todo lo que tienen: la ropa, los coches, la casa en la playa, el yate y los viajes se lo debemos a mi magnífica posición el gobierno. Opinen en las reuniones lo que quieran, pero a la hora de votar, hay que hacerlo por el PRD. ¡Con la comida no se juega!.

El anfitrión calló y los demás observaron sin decir palabra. La fiesta continúo y nadie más volvió a tocar el tema frente a él. Sin el patriarca presente el diálogo se reanudó con una frase: ¡Ni madres que vamos a votar por el PRD!”

  • redes sociales

Así fueron las primeras reacciones del alcalde Cuauhtémoc Blanco tras la balacera ocurrida en la tesorería municipal.

Reportero: Alcalde nada más platícanos ¿está Cuernavaca insoportable? ya viste los casos de los chavos, viste los casos de policías que mataron a un detenido ¿que opinión te merece lo que está pasando en la ciudad? hoy vemos este edificio público baleado ¿cuéntanos que fue lo que paso?

Cuauhtémoc: Lamentable, lamentable, lamentable lo que está pasando, la verdad que yo ya he manifestado que el Mando Único no ha funcionado y ya lo he dicho muchas veces, esto es lo que está pasando, es el día a día, estamos viviendo una inseguridad y el Mando Único no funciona… yo voy a seguir, me voy a seguir aferrando a traer a la gendarmería a Cuernavaca para darle seguridad a todos los ciudadanos.

R: ¿Que informe tienes tu de lo que pasó aquí?

C: Pues… este… un asalto hay dos policías, bueno como vez no tienen armas y es lamentable, no se pueden defender, lamentablemente es lo que está pasando en Cuernavaca ¿y ahora a ver qué va a decir el comisionado Capella? ha pasado esto también el lunes con una persona que supuestamente lo golpearon y fue asesinado por policías; es lamentable lo que esta pasando aquí en Cuernavaca, ojala responda el comisionado y el gobernador ¿Dónde están? ¿Dónde están? ¡ya basta! Necesitamos seguridad en Cuernavaca y por eso necesitamos trabajar de la mano.

  • es viernes

El que se enoja pierde el sosiego, pierde la lucidez, pierda capacidad de respuesta, pierde la galanura, pierde el sentido de la realidad y lo peor de todo, se pierde a sí mismo.

Tomar decisiones a partir de una emoción, sea cual sea, casi siempre trae malos resultados. En la vida, en el trabajo y en la política, el que se enoja pierde. Prudencia es el nombre del juego.

Para los que se enojan, recuerden: Hoy toca.

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