Herzog Flores fue el primer director del Infonavit, además de desempeñarse como secretario de Hacienda en el gobierno de José López Portillo; falleció a la edad de 81 años
Jesús Silva Herzog-Flores (Foto: Cuartoscuro)
CIUDAD DE MÉXICO
El economista y político priista Jesús Silva-Herzog Flores falleció ayer a los 81 años.
El titular del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), David Penchyna, confirmó en Twitter la muerte del exsecretario de hacienda y director fundador del instituto.
“El Infonavit pierde hoy a su primer director. Hombre de Estado y ciudadano ejemplar.
Descanse en paz Don Jesús Silva-Herzog Flores”, escribió en su cuenta Penchyna Grub.
Al acudir a las exequias del también exdiplomático, el exsecretario de Hacienda y ahora canciller, Luis Videgaray, destacó el legado de Silva-Herzog para construir un “México más fuerte” y como “creador de instituciones”.
DESPEDIDA
En el ultimo adiós a Jesus Silva-Herzog Flores, su amigo, el político de izquierda Porfirio Muñoz Ledo, recordó cuando fue a buscarlo a España para proponerle que encabezara una coalición de izquierda.
“¿Y qué le contestó Silva-Herzog?” fue la pregunta de los periodistas que acudieron a una funeraria de la Ciudad de México para dar cuenta de las últimas muestras de cariño que recibió el priista.
“Fue alguien que creía enla continuidad del sistema, en lo que finalmente se equivocó, porque él no estaba con la política económica actual. Él mantuvo el equilibrio, digamos; fue el último secretario de Hacienda de la Revolución Mexicana”, contestó.
Jesús Silva-Herzog Flores nació en mayo de 1935 en la Ciudad de México. Falleció a los 81 años, luego de una vida dedicada al servicio público, la academia y la diplomacia.
Fue hijo de Jesús Silva-Herzog Márquez, renombrado economista durante el sexenio de Lázaro Cárdenas.
“UN BUEN HOMBRE”
Quien fuera jefe de asesores de Silva-Herzog cuando ocupó la Secretaría de Hacienda, afirmó que siempre fue “un hombre bueno con los más jóvenes y un maravilloso ser humano”.
Pedro Aspe Armella fue ese jovencito que estuvo a su lado “para ver si aprendía algo”, y quien lo recuerda como “un gran economista, decente, bueno; de lo mejor que ha tenido este país”.
A despedir a Silva-Herzog llegaron el excandidato presidencial Francisco Labastida; el actual titular del Infonavit, David Penchyna; Ildefonso Guajardo, secretario de Economía; Raúl Salinas de Gortari, entre otros.
Gestionó rescate financiero
El vozarrón de Jesús Silva-Herzog Flores —quien murió ayer a los 81 años— retumbó en los oídos de James Baker, secretario del Tesoro de Estados Unidos, cuando, en el verano de 1982, el entonces secretario de Hacienda de México anunció que su país no tenía ni un dólar partido por la mitad y que se declararía en moratoria, cosa que no sucedía desde tiempos de Benito Juárez.
Lo dicho por Silva-Herzog provocó que Estados Unidos pusiera en marcha un programa de rescate financiero que no solamente benefició a México, sino a otros 37 países del tercer mundo.
Para financiar el déficit fiscal y la deuda externa, merced a la gestión de Silva-Herzog, el gobierno de Miguel de la Madrid recibió un préstamo del exterior y entonces comenzó la privatización de empresas paraestatales.
Anécdotas y vivencias del exsecretario de Hacienda en los primeros cuatro años del presidente De la Madrid, hay muchas, porque pasó por una serie de cargos, siempre de primer nivel.
Como cuando siendo embajador de México en EU, entre 1994 y 1997, y se criticaba en Washington la presencia del narcotráfico en México, Silva-Herzog dijo que le parecía injusta esa apreciación en los medios, porque él no conocía un cártel del Potomac (río de la costa Atlántica de EU), y también se refirió a que la droga no caminaba sola de la frontera mexicana a los centros de distribución en Estados Unidos.
También están los hechos humanos. Cuentan que su padre, Jesús Silva-Herzog, el economista que llevó las riendas de la nacionalización del petróleo del presidente Lázaro Cárdenas, en 1938, quedó ciego desde la juventud, y que por tal motivo fue auxiliado frecuentemente por su hijo para que éste le leyera periódicos y libros.
Silva-Herzog Flores, que fue el primer director del Infonavit —el auditorio de ese instituto lleva su nombre—, entidad que nació en los tiempos del presidente Luis Echeverría, estuvo a punto de abandonar las filas del PRI, cuando el escritor Carlos Fuentes lo colocó como precandidato presidencial por alguna fuerza de izquierda y el partido Centro Democrático, de Manuel Camacho Solís, buscaba ficharlo.
En 1999, Francisco Labastida dejó la Secretaría de Gobernación para convertirse en candidato a la presidencia por el PRI, para las elecciones del 2000, convenció a su amigo El diamante hegro —como era conocido— y colega en el gabinete del presidente Miguel de la Madrid (1982-1988) –Labastida fue secretario de Energía Minas e Industria Paraestatal–, de que no se fuera de ese partido y de participar en la contienda interna priista por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.
Silva-Herzog venció a Roberto Campa en la interna priista, y después perdió ante Andrés Manuel López Obrador, y Labastida ante Vicente Fox.
Jesús Silva- Herzog también fue embajador de México en España, entre 1991 y 1993, en la administración del presidente Carlos Salinas.
A su regreso de Madrid, el originario de la Ciudad de México, cuando todavía era Distrito Federal, fue secretario de Turismo.
Entre mayo y julio de 2015, con motivo de su 80 aniversario Silva-Herzog Flores recibió una serie de homenajes. Uno en el Salón Panamericano de Palacio Nacional, otro por parte de la UNAM y también en el Infonavit.
El primero lo encabezó el entonces titular de Hacienda, Luis Videgaray.
En Palacio Nacional, José Ángel Gurría –titular de Hacienda entre 1998 y 2000–, fue quien puso el acento en la intervención que tuvo Jesús Silva-Herzog en las negociaciones con los bancos extranjeros para que México no declarara la moratoria de su deuda.