VAYA que a la Constitución de la CDMX le está lloviendo sobre mojado... y lo que le falta.
PRIMERO, por las ¡siete! impugnaciones ante la Suprema Corte que presentaron Presidencia, la PGR, la CNDH, el Tribunal Superior de Justicia local, Morena, Nueva Alianza y la Junta de Conciliación.
PERO CUANDO -si es que- esas controversias se resuelvan vendrá otro tema aún más complicado: ¿de dónde saldrá el dinero para que se cumplan los nuevos derechos incluidos en el texto?
DICEN que las comparaciones son odiosas, pero en Estados Unidos hay mecanismos legales como la Antideficiency Act y las disposiciones sobre las Appropriations (asignaciones presupuestales) que prohíben a las tres ramas del gobierno contraer obligaciones legales que no tengan garantizado al 100 por ciento los fondos para ser cumplidas.
EN CONTRASTE, la Carta Magna de la CDMX garantiza a los capitalinos un seguro de desempleo, un "mínimo vital" para llevar una vida digna, y otros derechos que suenan muy bien, pero no garantiza los fondos para hacerlos realidad.
POR ELLO, a pesar de que está aprobada y publicada, aún está por verse si la Constitución local entrará en vigor el 17 de septiembre del 2018 como está previsto... y si podrá ser cumplida a cabalidad.
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QUÉ QUEMADOTA se dieron en el Departamento de Estado de EU el jueves cuando su vocero, Mark Toner, dijo a periodistas que no tenía conocimiento de que Luis Videgaray estuviera en Washington.
A PESAR de que su jefe Rex Tillerson es la contraparte del titular de la SRE, Toner no sabía que el mexicano no sólo estaba en la capital de Estados Unidos... sino en la mera Casa Blanca.
Y AUNQUE Videgaray dijo más tarde que desde el miércoles había hablado con Tillerson y la embajadora Roberta Jacobson sobre su viaje, la visita del canciller a la sede del gobierno de Donald Trump sin pasar antes por el Departamento de Estado dejó mal parada a la diplomacia estadounidense... una de cal, pues.
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QUIENES han seguido de cerca la gestión de Enrique Ochoa al frente del PRI le reconocen algo: está haciendo cambios.
HAY UNA NUEVA secretaria general, Claudia Ruiz Massieu; se renovaron la mitad de las 18 dirigencias estatales que estaban pendientes, y fueron reemplazados casi todos los líderes de los sectores del partido.
LA DUDA es si los cambios tendrán efectos positivos en el otrora partidazo que anda de capa caída desde el año pasado y entró en plena crisis tras el gasolinazo. Porque ya se han dado casos en los que tooodo cambia... para quedar igual.