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LA CRÓNICA DE HOY: Más centroamericanos piden refugio en México

Entrevista. Humberto Roque Villanueva, subsecretario de Gobernación en temas de Migración y Asuntos Religiosos, dice a Crónica que México no frenará el flujo de migrantes de manera radical ◗ La política mexicana dirigida a personas que ingresan al país provenientes del Triángulo del Norte (Honduras, Guatemala y El Salvador) es que se haga de forma ordenada, señalaMéxico no pretende frenar la inmigración de indocumentados centroamericanos de manera radical, pero sí quiere ordenarla, expresó el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos, de la Secretaría de Gobernación, Humberto Roque Villanueva.

En entrevista con Crónica, el funcionario dijo que desde hace dos años se estabilizó el flujo de migrantes centroamericanos hacia México, como país de tránsito a Estados Unidos como destino final; a la par, en el último año, se incrementó el número de solicitudes de refugio.

 

Dos son las razones principales por las que la gente abandona su país de origen y emigra, sobre todo hacia Estados Unidos: violencia, en el caso de Honduras y El Salvador, y económico, en el caso de Guatemala.

En un intento por controlar el ingreso de gente proveniente del llamado Triángulo del Norte (Honduras, El Salvador y Guatemala, los países en los que los funcionarios de Trump han puesto los ojos en el tema migratoio), las autoridades migratorias mexicanas otorgan dos tipos de autorización: la Tarjeta para Trabajadores Fronterizos y el Permiso de Visitante Regional. Además existe la posibilidad de que sean acogidos como refugiados.

“Hay todo un programa que es particularmente aplicado para Guatemala y Belice, que se llama Trabajador Fronterizo Temporal, y también está el de Visitante  Regional”, dijo el también ex legislador.

El año pasado, refirió, se otorgaron 15 mil 499 tarjetas de trabajadores fronterizos, y 94 mil 502 permisos de Visitante Regional.

En este año, al 28 de febrero, se han entregado dos mil 646 tarjetas de trabajadores temporales fronterizos y once mil 102 permisos de Visitantes regionales.

Respecto a las solicitudes para refugio, refirió el subsecretario, se recibieron el año pasado nueve mil, sobre todo de Honduras y de El Salvador, cifra que se ha incrementado notablemente, ya que antes se recibían, en promedio entre dos mil y tres mil solicitudes al año.

México acepta un 60 por ciento, luego de revisar un conjunto de criterios y  requisitos para acreditar a condición de refugiado.

Aunado al ingreso de indocumentados centroamericanos, dijo, se sumaron, el año pasado, la presencia de personas procedentes de Cuba y de Haití, estos últimos asentados actualmente en las ciudades de Tijuana y Mexicali, en Baja California.

Roque Villanueva señala que aún es prematuro saber con exactitud las consecuencias del endurecimiento de las medidas antiinmigrantes del gobierno estadunidense, pero consideró que, en el caso de los centroamericanos, podría ocurrir que sabedores de que no podrán ser aceptados en Estados Unidos, busquen la forma de quedarse en México, pero en la frontera sur.

“No sabemos porque apenas está empezando esta nueva circunstancia. Pero lo que sí puedo decir es que seguramente va a reducirse el traslado de centroamericanos y mexicanos hacia Estados Unidos. ¿En qué proporción? No lo sabemos todavía”, expresó.

AGREGADOS. De los 190 mil migrantes que ingresan a México por la frontera sur cada año, desde hace dos, unos 160 mil son centroamericanos.

El año pasado, refirió Roque Villanueva, ocurrió el arribo extraordinario de cubanos y haitianos de estos últimos se registró la llegada de 17 mil que cruzaron la frontera sur, provenientes de Brasil, y se dirigieron hacia el norte, con la intención de entrar a la Unión Americana.

“De esos 17 mil, aproximadamente ahorita hay nada más, entre Tijuana y Mexicali, que son las dos ciudades que tienen el mayor número de haitianos, alrededor de tres mil 550.

“Este asunto tiene ya varios caminos de desfogue, uno de ellos  es que está el Instituto Nacional Migración otorgando visas humanitarias  con derecho a trabajo remunerado, y más o menos han aplicado como unas 400 solicitudes de parte de los haitianos”, refirió Roque Villanueva.

DEVOLUCIÓN. Destacó que son varios los canales que hay para regularizar y poner orden al flujo migratorio desde la frontera sur, “lo que pasa es que cuando no hay ninguna  de estas circunstancias, ni se trata de personas que realmente tengan condiciones de refugio, ni son gente que les interesa trabajar en México, ni tampoco que les interese visitar regionalmente a los estados fronterizos, entonces sí ya estamos hablando de un flujo migratorio que lo que quiere es llegar a Estados Unidos.

“Y como no hay certeza de que vayan a ser aceptados en Estados Unidos y el tránsito por México puede ser riesgoso, sobre todo si es por la vía del Golfo, creemos que lo más  acertado, con el respeto a los derechos humanos y de acuerdo a los tres países centroamericanos (Guatemala, Hondura, El Salvador),  es un mecanismo de retorno asistido, que en el caso de cuando se  trata de niñas, niños y adolescentes no acompañados, inclusive el gobierno mexicano patrocina, por la vía aérea, cuando es necesario, y sino por la vía terrestre, que estos niñas, niños y adolescentes no acompañados vayan bajo la supervisión para respeto a sus derechos humanos de lo que se llama OPIs (Oficiales de Protección a la Infancia)”, señaló el subsecretario.

Al preguntarle cuánto le cuesta a México repatriar a los centroamericanos, el funcionario dijo desconocer la cantidad exacta, ya que el presupuesto del Instituto Nacional de Migración “se nutre fundamentalmente de la Ley (Federal) de Derechos, más que del Presupuesto de Egresos de la Federación, entonces es una caja común, ahí se atiende lo mismo los repatriados, que el pago de toda la gente que tenemos en los aeropuertos, puertos, estaciones migratorias, más todo lo  que es la alimentación de las estaciones migratorias. Pero tampoco es algo que a nosotros nos desequilibra”.

El subsecretario consideró que Estados Unidos está interesado en frenar el flujo migratorio centroamericano “ porque para ellos es un problema de opinión pública norteamericana”.

“Pero eso no quiere decir que México se preste a que no lleguen; México está obligado a que el flujo migratorio se haga ordenado y sea de común acuerdo con los países”.

DEPURACIÓN. Respecto a las críticas que ha tenido la autoridad migratoria por incurrir en actos de corrupción, Roque Villanueva dijo que “para fortuna nuestra, y lo he comentado a las autoridades del Instituto Nacional de Migración, son muy pocas ya las observaciones que se nos hacen en materia de derechos humanos o de corrupción; de corrupción prácticamente tenemos un mínimo de quejas, relativamente casi nada”.

Y añadió: “Pero que no le hagan caso a la Secretaría de Gobernación, que consulten el anuario estadístico de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, ahí verán, y nosotros no tenemos ninguna forma de influir, y verán que la Comisión Nacional de Derechos Humanos supervisa todas las estaciones migratorias, particularmente las que están en el sur de nuestro país, y sí, hay un número interesante de quejas, pero entre esas quejas y la comprobación de la misma prácticamente hay muy pocos casos acreditados.

“Diría que si redondeamos en 200 mil, por decir algo, todo lo que transita por el país, de los distintos países, ya dijimos que casi la mayoría son de Centroamérica, quejas todavía sin comprobar es menos del medio punto porcentual. Nada”.

Destacó que se lleva a cabo un programa de depuración “intensísimo”, por el que el IM ha depurado al 50 por ciento de su personal.

INTENTO DE AYUDA. En la visita que en febrero hicieron los secretarios de Estado, Rex Tillerson, y de Seguridad Interior, John Kelly, se anunció que México y Estados Unidos convocarían a los países centroamericanos para abordar el tema de la migración de indocumentados y tratar de encontrar una solución conjunta.

Al respecto, Roque Villanueva dijo que hasta el momento no se ha acordado nada.

“En este momento no hay ningún acuerdo con Estados Unidos, desconozco si en la nueva formulación presupuestal que ya es próxima en Estados Unidos vuelvan a aplicar recursos; en el pasado me parece que fueron alrededor de cien millones de dólares que aprobó el Congreso de Estados Unidos para ayudar a los países centroamericanos, desconozco si vendrá o no esta nueva asignación”, dijo.

Añadió que han habido varios intentos por avanzar en el tema, “el último se hizo con el gobierno del presidente (Barack) Obama, que consistía en que para solicitar la condición de refugiado de cualquier centroamericano, no hubiera necesidad de pasar por todo nuestro país para llegar a la frontera de Estados Unidos, y se llegó a pensar en algún tercer país que pudiera ser plataforma para el análisis de la condición de refugiados. Se llegó a pensar en Belice, inclusive. Todo esto quedó en teoría, se agotó el tiempo del presidente Barack Obama y nunca se pudo concretar. Desde ese punto de vista, sí ha habido interés de Estados Unidos por coadyuvar de alguna manera.

“La otra solución, la de fondo, y depende mucho del Congreso de Estados Unidos, es la aplicación de recursos económicos y financieros para favorecer el crecimiento económico de estos tres países”.

 

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