Servilismo legislativo
Los diputados/as integrantes de la legislatura estatal, son una vergüenza, son el prototipo del político/a corrupto, agachón, convenenciero y ladrón, ah, pero también traicionero/a, de esos que muerden la mano a quien les da de tragar, diputadetes, diputadillas repelentes a la lealtad y al cumplimiento de compromisos. Dadivosos con lo ajeno y abusivos con quienes más necesitan.
Hoy los integrantes de la legislatura, cumplen con la regla de buscar ser peores que los anteriores; esa regla que trienio a trienio se cumple, sin embargo, creo que los actuales no podrán ser superados tan fácil, porque han permitido cualquier número de pisoteos a la separación de poderes.
Los diputados presidentes de la Junta Política, Julio Espín(presuntamente vinculado a grupos criminales) y la presidenta de la mesa directiva, Beatriz Viscera, a quien conocí como empleadilla de quinta, casi a nivel de sirvienta de Marisela Sánchez, son sujetos oportunistas, ventajosos, traicioneros y corruptos, profundamente corruptos, tanto que pelean por ver quien complace más al presidente estatal del PRD, Rodrigo Gayosso quien, por cierto, se mueve en el recinto legislativo con más autoridad que cualquier diputadito/ta.
La agachonería y corrupción que priva al interior del Poder Legislativo, acusan que motivó que el Obispo de la Diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro dio una declaración respecto a que en el estado de Morelos había una compra de conciencias en el Congreso del estado, del Poder Judicial, y que era un hecho de corrupción el que se vivía en la entidad.
Y eso es falso, repite con insistencia el disminuido secretario de gobierno, Matías Quiroz y, por eso, dice el gobierno va a buscar un acercamiento con la Conferencia del Episcopado; llega a la estupidez de advertir que el tema será llevado ante el mismísimo Papa Francisco, lo que no pudo menos que arrancar la risa de muchos, por tanta confusión con que se mueven Graco, Rodrigo y sus empleados,incluidos los diputados/as.
Lo que hoy preocupa, es el estado al revés en que se vive en Morelos; en donde el Ejecutivo tiene un poder plenipotenciario, en el que primero golpea con rabia a los trabajadores y luego los soba; en el que el presidente del PRD, Rodrigo Gayosso ordena las modificaciones a la ley electoral y luego el legislativo consuma el capricho, acción abusiva en la que los diputados/as se acomodan las cosas para reelegirse hasta tres veces, para permanecer en el cargo hasta 12 años.
En ese terreno del pleito y el golpe bajo, en que se mueve Gayosso y ocupa a los diputados/as como sus golpeadores, en la reforma electoral, de risa, aplicaron el frágil candado de acreditar 12 años de residencia en Morelos, para poder competir por la gubernatura. El destinatario de esa modificación, Cuauhtémoc Blanco, debe seguir riendo, porque a él no le afectará en absoluto.
Y hoy, con el largo listado de atropellos en que han incurrido, para corresponder el “patrocinio” de Graco y Gayosso, se llaman ofendidos con el hecho de que el Obispo Ramón Castro y Castrohable de la compra de conciencias en el Congreso y se atreven a reconvenirlo.
Los diputados/as son tan imbéciles (diccionario de la Real Academia: adj. Tonto o falto de inteligencia), que se prestan al juego de reprender al líder religioso más influyente de la región y, lo hacen, porque se los ordenó Rodrigo Gayosso; y lo hacen, porque el gobernador Graco Ramírez ordena que se les corresponda con dinero el servicio que le prestan.
Por lo que toca a los ordenamientos que han adecuado para exigir, por ejemplo la paridad en los cargos públicos en los 33 ayuntamientos, sobra mencionar que el problema no es la inclusión, el fondo del asunto está en que haya mujeres con capacidad para desempeñar los cargos, con los parámetros de confianza impuestos por cada alcalde.
El ridículo de los diputados/as desborda, cuando andan a lo largo y ancho del estado regalando basura, que compran con dinero del gobierno y lo entregan como si fuera de su bolsa. Lo que es cierto, es que entre más “ayudan”, más dinero les es entregado por órdenes de Gayosso.
Quienes encabezan la lista de los diputados/as dadivosos, es la presidenta de la mesa directiva, la pintoresca e ignorante, Beatriz Vicera y; el presidente de la junta política, Julio Espín, el mismo al que le encanta entregar dinero en efectivo. Lo que los hace iguales, lo que los sella, es aque entregan 10 y cobran 100 y para conseguirlo, andan consiguiendo personas que se animen a firmar de recibido a cambio de cacahuates.
Y eso, eso lo hacen desde hace años; por ejemplo la señora Víscera Alatriste pedía a gente de las colonias que le firmaran por cantidades diferentes a las que entregaba. Conozco personas a las que les pedía la firma a cambio de frijoles, para justificar miles de pesos “porque ya ves manita, los gastos no paran y no todo se puede comprobar”.
Pero no solo a Julio y Bety les gusta meter la mano donde no deben, agarrar dinero de donde se pueda; en ese listado ocupan un lugar privilegiado los parásitos Francisco Santillán, de Nueva Alianza;Jaime Álvarez Cisneros (el rey de las pelotas de 3 pesos y uniformes de naylon), de Movimiento Ciudadano; los panistas Carlos Alaniz y Alberto Mojica, además del resto de los representantes populares que no hacen más que buscar la compensación “por los servicios prestados”, de levantadedos, de golpeteo a los adversarios o sólo por inclinarse ante Graco y Rodrigo.
Lo que no han entendido los diputados y diputadas que traicionaron a sus partidos a cambio de unos cuántos pesos, es que su carrera política terminó en el momento en que aceptaron el soborno millonario que les entregó Gayosso, a cambio de su voto en el legislativo.
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