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ITINERARIO POLÍTICO

Calderón y Moreira; “¡pleito de comadres!”

 

Ricardo Alemán

 

Y es que al calor de la “pepena” de votos, en Coahuila se enfrascaron en feos “dimes y diretes” el ex presidente Felipe Calderón y el ex gobernador y ex jefe nacional del PRI Humberto Moreira, quienes al mejor estilo del “pleito de comadres” se dijeron de todo.

Calderón dijo que “los Moreira” terminarán en prisión, “una vez que el PAN gane en Coahuila”, en alusión a graves señalamientos de presunta complicidad criminal de los Moreira.

A su vez, Humberto Moreira enseñó no solo “el cobre”, sino el talante de “fajador callejero” y acusó a Felipe Calderón de una larga lista de insultos y ofensas indignas de un ex presidente.

Moreira dijo que Calderón “usurpó” la Presidencia en 2006 y comparó al ex presidente con “Victoriano Huerta, por borracho, ratero, usurpador, hocicón, represor y asesino”.

Pero lo sorprendente no es el ridículo al que arrastra la temporada electoral a reputados políticos mexicanos; tampoco sorprende el florido lenguaje y menos la desmemoria propia de la política bananera.

No, lo que asombra e indigna es que años después de ocurridos los eventos que refieren los “fajadores” en “el pleito de comadres”, hasta ahora se atrevan a ventilar lo que, en su momento, no denunciaron y menos sancionaron.

Es decir, una década después, nos vienen con historias que, en rigor, de ser ciertas, serían motivo de una denuncia legal.

La pelea comenzó durante el registro oficial de Guillermo Anaya como candidato del PAN a la gubernatura de Coahuila; evento en donde Calderón rechazó afirmaciones de Humberto Moreira, quien había dicho que el ex mandatario “lo exoneró” por “la megadeuda” de 36 mil millones pesos que dejó en la entidad.

En respuesta, Calderón dijo que durante su gobierno, y cuando envió a la Marina a Coahuila para combatir al narco,Moreira le pidió que retirara a los marinos “porque Coahuila no tiene mar”. El ex presidente también señaló que con Moreira como gobernador, “líderes de Los Zetas vivieron cómodamente en Coahuila”. La insinuación de complicidad fue directa.

En respuesta, Moreira calificó a Calderón como un mentiroso y lo acusó de “usurpar” la Presidencia en 2006, cuando en realidad —según Moreira— quien ganó fue López Obrador.

Pero el ex líder del PRI fue más allá e incluso dijo que Calderón ofreció “el oro y el moro” a los gobernadores de aquél entonces con tal de que firmaran una carta para reconocer su victoria. Y comparó al panista con Victoriano Huerta, por “borracho, ratero, usurpador, hocicón, represor y asesino”.

¡Así se llevan!

Pero hay más de fondo. Como saben, Humberto Moreira busca una diputación local —en los comicios de junio próximo—, lo que se interpreta como un intento del ex jefe nacional del PRI para obtener impunidad del fuero legislativo.

Y es que Humberto no solo abrió un frente de conflicto con Calderón y con el PAN de Coahuila, sino que mantiene una feroz batalla con el PRI estatal y nacional y contra su hermano, el gobernador saliente de Coahuila, Rubén Moreira, a quien encaminó para conseguir que el clan familiar mantuviera el poder por 12 años consecutivos.

A su vez, Calderón pretende apuntalar a su amigo y ex colaborador, Guillermo Anaya, candidato al gobierno de Coahuila. Por eso el activismo del ex presidente y la disputa con el ex gobernador y ex jefe nacional del PRI.

Sin embargo el espectáculo que ofrecen Calderón y Moreira los coloca en un nivel por debajo de los políticos que fueron y que dicen seguir siendo.

Y es que resulta preocupante —y censurable, por decir lo menos—, que un ex presidente como Felipe Calderón venga a decir que cuando era jefe de las instituciones tenía evidencias de que un gobernador era tapadera de una de las principales bandas criminales.

¿Por qué no lo dijo en su momento, presidente Calderón? ¿Por qué no lo denunció y actuó legalmente? ¿Por qué hoy utiliza el señalamiento con fines político electorales? ¿Qué otras cosas conoce que pueden ser utilizadas con fines electorales?

Pero Humberto Moreira no se queda atrás. ¿Resulta indigno, ofensivo, propio de un desequilibrio mental, que el ex presidente del partido político en el poder diga que una elección como la de 2006 no la ganó Calderón y que acuse a un ex presidente de “borracho, ratero, usurpador, hocicón, represor y asesino”.

¿Dónde están las pruebas, señor Moreira? ¿Por qué no denunció todo eso en su momento? ¿Por qué hasta ahora?

La política de cloaca.

Y mientras tanto, en Coahuila el PRI se va, se va, se…

Al tiempo.

Ámbito: 
Nacional
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