El Banco de México no baja la guardia. Ayer, en su comunicado de política monetaria, anunció un aumento de 25 puntos base a la tasa de referencia, para llevarla a 6.50 por ciento, un nivel no visto desde 2009. Con ello, acumuló ocho aumentos en los últimos 18 meses y confirmó ser el banco central más agresivo del mundo en ese periodo.
Con este nuevo ajuste, la autoridad monetaria acumula 350 puntos base de incremento de diciembre de 2015 a la fecha, muy por arriba, no solo de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), que ha subido 75 puntos base, sino de toda una muestra de 38 bancos centrales monitoreada por Bloomberg.
Colombia y Sri Lanka son los dos bancos que le siguen al banco mexicano, con incrementos acumulados por 175 y 125 puntos base, respectivamente.
…Y PREVÉN MÁS AUMENTOS
De acuerdo con especialistas, el Banco de México seguirá aumentando su tasa objetivo este año, aunque a un menor ritmo que el que mantuvo el año pasado.
“El trabajo del banco central no ha terminado y esperamos que por lo menos Banxico siga a la Fed en lo que resta de 2017, con dos alzas más de 25 puntos base cada banco central”, comentó Guillermo Aboumrad, director de estrategias de mercado de Finamex Casa de Bolsa.
Alberto Ramos, economista en jefe para México en Goldman Sachs, coincidió, pero advirtió que esto sólo pasará si se cumplen algunas condiciones tanto internas como externas.
“Hacia adelante, asumiendo que el peso se mantenga estable, que no haya evidencia de efectos de segundo orden por los recientes choques de precios, y que se contenga la inflación y sus expectativas, esperaríamos que Banxico se mantenga en sintonía con la normalización en tasa de la Fed”, advirtió.
LOS ARGUMENTOS
La decisión de aumentar en 25 puntos base la tasa objetivo, según el organismo, se tomó para evitar contagios en la formación de precios y anclar las expectativas inflacionarias, así como contribuir al proceso de convergencia de la inflación a su meta.
Para el instituto, los factores que han incidido en el comportamiento de la inflación son, principalmente, los aumentos en los precios de los energéticos, así como la depreciación del tipo de cambio, sin embargo, aseguró que no existen riesgos adicionales.
“Se considera que el balance de riesgos para la inflación no mostró un deterioro adicional”, se lee en el comunicado.
Hacia el futuro, el Banco de México señaló que prevalece el riesgo de que puedan elevarse las expectativas de inflación, en caso de que el peso experimente nuevos episodios de depreciación derivados de la incertidumbre que persiste en el entorno externo.
“El banco central probablemente se mantendrá vigilante y centrado en anclar la dinámica de inflación y del peso, pero también atento al riesgo latente de que él mismo sobreactúe en el frente monetario, es decir, que adopte una postura monetaria excesivamente restrictiva, y que se autoconvierta en un riesgo para la economía”, dijo Ramos.