¡'Narcopolítica' en Nayarit!, ¿nadie sabía nada?
Dice el refranero popular: “¡En política no hay sorpresas, hay sorprendidos!”
Y vale la memoria porque resulta que abundan políticos y gobernantes que se dicen sorprendidos por la captura, en Estados Unidos, de Édgar Veytia, fiscal de Justicia de Nayarit.
Resulta que para la justicia gringa era un pájaro de cuenta mientras la sabiduría popular nayarita consideraba como vox populi los vínculos de Veytia con el crimen organizado. Aun así, ninguna autoridad municipal, estatal y/o federal dice saber nada.
Y es que al parecer, los tres poderes y los tres órdenes de gobierno desconocían que un narcotraficante era el responsable de “procurar la justicia” en Nayarit.
Sin embargo —y como los ciudadanos no se chupan el dedo y tampoco son idiotas—, podemos suponer que para que un funcionario de primer nivel en la impartición de justicia —como Édgar Veytia— llegue a un cargo como el de fiscal de un estado no lo consigue “por su cara bonita” y tampoco por ser “un artista del disfraz”. No, por eso los ciudadanos tienen derecho a suponer que pudo existir complicidad.
Y si dudan, pueden recurrir a otro refrán popular —igual de sabio que el primero—: “¡Solo hay dos cosas en la vida que no se pueden ocultar: lo ratero y lo pendejo!” Y, en efecto, la vox populi dice que el fiscal de Nayarit es dueño de una fortuna que está a la vista de todos; visible por donde se quisiera ver y calculada en 500 millones de dólares, suficiente como para financiar campañas políticas como las de El Bronco en Nuevo León y Layín en Nayarit, los dos grandes amigos del fiscal caído en desgracia.
Por eso obligan las preguntas.
¿De verdad no sabía nada el gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval? ¿No sabía que su reputado colaborador es pájaro de cuenta del crimen y el narcotráfico? ¿Nunca escuchó la voz popular, la voz del pueblo, que es la voz de Dios? Si el mandatario dice que no sabía nada, solo caben dos hipótesis: la del gobernante incapaz o la del gobernador cómplice.
¿No sabía nada el Congreso de Nayarit; no sabían los partidos presentes en el Congreso local? ¿A cuántos partidos, políticos, campañas, legisladores, alcaldes y gobernadores financió Édgar Veytia con el dinero del narcotráfico? Muchas voces dicen que financió muchas campañas. Y es que desde la imposición de los Abarca en Iguala —por parte de AMLO—, hasta la imposición de Veytia como fiscal, vivimos el florecimiento de la narcopolítica.
Y si a escala municipal y estatal nada sabían, y si el propio gobernador Sandoval —responsable directo de nombrar al fiscal— nada sabe, entonces las interrogantes se extienden al gobierno federal.
¿Qué sabía el Cisen de los presuntos vínculos del fiscal de Nayarit con las bandas del crimen organizado y el narcotráfico? ¿No sabía nada el titular de Hacienda y quienes fiscalizan el lavado de dinero? ¿Por qué la PGR nada sabe y nada dice saber sobre los vínculos del fiscal de Nayarit con el crimen organizado?
Más aún, resulta preocupante que el gobierno de Trump haya ejercido acción penal contra un funcionario de alto rango —de una entidad federativa en México—, y que nada se haya informado previamente al gobierno de México.
Pero acaso la mayor duda está en el papel de la Marina, que apenas en febrero había realizado un exitoso operativo en Nayarit, que terminó con la muerte del principal operador del cártel de los Beltrán Leyva, El H2. ¿Nada supo la Marina de los vínculos de Édgar Veytia con los grupos criminales?
Pero tampoco se trata de un caso aislado.
En junio de 2006 fue detenido el titular de la fiscalía general del estado de Tamaulipas por colaborar con el narco y cobrar 30 millones de dólares del tráfico de drogas.
Jorge González Nicolás: el ex fiscal chihuahuense fue investigado por delitos de corrupción y acusado de no esclarecer asesinatos como el de la activista política Marisela Escobedo durante su gestión, además de trabajar con grupos de narcotraficantes.
Luis Ángel Bravo Contreras, señalado por Miguel Ángel Yunes de solapar la corrupción y el crimen organizado en la entidad veracruzana. Bravo Contreras estuvo al frente de la fiscalía del estado por 34 meses, en los que se presentaron casos como el hallazgo de 200 restos humanos en el municipio de Colinas de Santa Fe.
Luis Carlos Nájera: al ex fiscal estatal de Jalisco se le atribuyen nexos con grupos de la delincuencia organizada, específicamente de proteger al cártel Nueva Generación de acusaciones presentadas en mantas desplegadas en diversos puntos del estado, así como por declaraciones anónimas de policías estatales.
La narcopolítica todo lo pudre.
Al tiempo.