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TEMPLO MAYOR

VAYA DILEMA enfrenta el PRI en Nayarit: el que era su principal activo electoral, el gobernador Roberto Sandoval, se ha convertido en un cartucho quemado, luego de la aprehensión Edgar Veytia, el fiscal general del estado.

HACE apenas unos días, el dirigente nacional priista, Enrique Ochoa Reza, confiaba en que su partido se llevaría carro completo en Nayarit: la gubernatura, el Congreso local y las 20 alcaldías. Mucho de esto se debía a lo que, aparentemente, era el buen legado del mandatario estatal.

SIN EMBARGO, con eso de que quien fuera mano derecha de Sandoval está preso en Estados Unidos acusado de narcotráfico, el gobernador perdió prácticamente todo su capital político y se convirtió en un lastre para su partido. De hecho, la oposición ya exigió que se separe del cargo en lo que se investiga su relación con Veytia.

AHORA el PRI debe decidir si mantiene a Sandoval en la gubernatura por los meses que le restan a su sexenio, arriesgándose a perder la elección; o si, de plano, le pide que se haga a un lado, en un intento por salvar lo que se pueda.

 

 
POR CIERTO que las elecciones nayaritas lograron el milagro de unir a la izquierda: ayer se vio juntos a Andrés Manuel López Obrador, de Morena; Alberto Anaya, del PT; y Alejandra Barrales, del PRD.

¡TRANQUILOS! Que nadie se vaya con la finta. Se les vio juntos en el vuelo que los llevó de CDMX a Tepic, pero... cada quien por su lado. Ni los cacahuates compartieron, no sean malpensados.

 

 
LOS PANISTAS de Guanajuato se preguntan con qué cara su partido denuncia el uso de apoyos gubernamentales en favor del PRI en el Estado de México. Porque allá por el Cerro del Cubilete, Diego Sinhué Rodríguez no canta mal las rancheras.

SE TRATA del delfín del gobernador Miguel Márquez quien desde la Secretaría de Desarrollo Social anda imitando -y superando- los vicios tricolores, como el de alinear en favor de sus aspiraciones los recursos públicos.

COSA DE VER, dicen que ayer mismo se regaló un mitin de apoyo con 20 de los 26 alcaldes panistas en la entidad, a quienes les interesa muchísimo quedar bien con quien decide pa' dónde van los programas sociales.

OBVIAMENTE, los más desconcertados con este asunto son los otros aspirantes panistas a la gubernatura, como el senador Fernando Torres Graciano y el ex diputado Alberto "El Moches" Villarreal, que nomás no ven cómo competir con quien trae detrás el poder del gobierno estatal.

Ámbito: 
Nacional
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