El periódico Norte de Ciudad Juárez dio a conocer su cierre definitivo debido a que ‘‘no existen las garantías ni la seguridad para ejercer el periodismo crítico, de contrapeso’’, manifestó Óscar Cantú Murguía, fundador y propietario del rotativo, en una carta publicada este domingo en lo que fue la última edición impresa del matutino, cuyo encabezado principal fue: ‘‘¡Adiós!’’
Argumentó: ‘‘La trágica y sentida muerte de Miroslava Breach –colaboradora de Norte de Ciudad Juárez y corresponsal de La Jornada en Chihuahua– el 23 de marzo, me ha hecho reflexionar sobre las adversas condiciones en que se desarrolla el ejercicio del periodismo. El alto riesgo es el ingrediente principal’’.
Expuso que después de 27 años de informar ‘‘con la mayor veracidad, objetividad, honestidad y transparencia, las agresiones mortales, así como la impunidad para los agresores de los periodistas, han quedado en evidencia, impidiéndonos continuar libremente con nuestro trabajo.
‘‘Tomamos infinidad de causas, de riesgos que se convirtieron en batallas, unas más duras que otras, respetando siempre los valores de libertad, justicia y estado de derecho, movidos por la convicción y el amor a la ciudad y a sus ciudadanos, en la búsqueda incansable de la anhelada calidad de vida.
‘‘Este día, estimado lector, me dirijo a usted para informarle que he tomado la decisión de cerrar este matutino debido a que, entre otras cosas, no existen las garantías ni la seguridad para ejercer el periodismo crítico, de contrapeso. Este ejemplar que tiene en sus manos será la última edición impresa que Norte de Ciudad Juárez publique.
‘‘En estos 27 años, con sus muy honrosas excepciones, se nos dejó solos. Luchamos a contracorriente, recibiendo embates y castigos de particulares y gobiernos por haber evidenciado sus malas prácticas y actos de corrupción, que sólo jugaron en detrimento de nuestra ciudad y de quienes habitamos en ella.
‘‘El irresponsable incumplimiento de las administraciones públicas de los tres niveles de gobierno también nos orilla a tomar esta decisión, ante la soberbia negativa de pagar los adeudos contraídos por la prestación de servicios.
‘‘Me siento satisfecho de haber entregado a esta frontera cientos de empleos, de haber sido escuela y semillero de personalidades que se foguearon en este medio y que ahora ocupan puestos públicos o ejercen sus carreras profesionales con éxito.
‘‘Cumplí como ser humano, como ciudadano, como creí conveniente hacerlo, con convicción y amor por mi ciudad; luché acompañado hasta el final por colaboradores leales, a quienes estoy infinitamente agradecido.
‘‘Todo en la vida tiene un principio y un fin, un precio que pagar. Y si este es la vida, no estoy dispuesto a que lo pague ni uno más de mis colaboradores; tampoco mi persona.’’
Concluye la misiva diciendo: ‘‘Estoy muy agradecido con aquellos anunciantes y lectores que nos acompañaron a lo largo de este viaje. Por mi parte, soy un hombre de combate que seguirá luchando desde otras trincheras, aportando siempre, siendo leal a mis ideales y a mi ciudad. Gracias’’.