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SERPIENTES Y ESCALERAS

Otra vez parece repetirse la historia. De nueva cuenta hay señales de que la delincuencia y las autoridades del estado trabajan juntas. Ojalá no sea así. Esperemos que la maldición no vuelva a caer sobre Morelos.

 

Confianza pide el comisionado de seguridad en Morelos a los ciudadanos, luego de la aparición de un vídeo en el que se señalan vínculos entre jefes policiacos y funcionarios del gobierno del estado con narcotraficantes. Confianza pide, pero sin dar razones ni argumentos que generen confianza y hagan creer en su palabra o el actuar de sus elementos. Confianza, es algo que Alberto Capella no inspira.

Las acusaciones que hacen contra altos mandos policiacos y funcionarios de este gobierno no son menores, son señales que advierten la posibilidad, una vez más, de que se repita aquella historia que vivimos en el Morelos de Jorge Carrillo Olea y el jefe Miyazawa, con Sergio Estrada y el comandante Montiel, o con Marco Adame y el secretario Cabeza de Vaca. Veinte años después las cosas no parecen haber cambiado mucho.

Las acusaciones del Eddy en un video no aportan elementos de prueba, señalan hechos, momentos y circunstancias, pero sin elementos comprobables; el vídeo parece un montaje, algo armado para exhibir, causar nerviosismo y dañar la imagen de la policía Morelos. Pero aparece en un momento crítico para el estado, en medio de un clima de violencia e impunidad; además,  el Eddy aporta muchos detalles.

De primera instancia se podría pensar que el video es, como lo afirma el comisionado Capella y el secretario Matías, un mensaje sin fundamento, pero la acusación se vuelve más llamativa al saber que El Eddy, el joven que habla en el video, fue ejecutado y descuartizado después de hacer las acusaciones. Ese hecho da una connotación distinta a la denuncia.

Los dichos del Eddy no deben ser tomados en cuenta por la sociedad, pide el comisionado Alberto Capella en otro vídeo; no confíen en un delincuente, solicita a los ciudadanos en un mensaje sobreactuado e iluminado por la luz de una patrulla. El problema es que dado el funcionamiento y los resultados del Mando Único y la forma como se conduce esa oficina, tampoco hay muchas razones para confiar en Capella ni en este gobierno.

Los vídeos son hoy el eje de la estrategia de Alberto Capella y en un video los grupos delictivos lo acusan; cualquier incidente violento, cualquier hecho delictivo o cualquier circunstancia anómala sirve de pretexto al comisionado para ponerse frente a una cámara y aparecer en las redes sociales; el Mando Único no da buenos resultados, pero su titular se está consolidando como un YouTuber.

En Morelos los delitos aumentan y la gente denuncia abusos policiacos, el estado aparece en las estadísticas rojas nacionales y la percepción de inseguridad es de cada vez mayor. Por si eso fuera poco el jefe de la policía de Morelos es arrogante, insensible, ajeno a esta tierra y déspota con su gente ¿Cómo podemos confiar y creer en un sujeto así?

Nadie quiere darle credibilidad a las palabras de un delincuente; El Eddy, así se describió él mismo, formaba parte de un grupo delictivo responsable de ejecuciones, descuartizamientos, balaceras, atentados y un sin número de hechos delictivos. ¿Pero quien es Capella? Un comisionado de seguridad que no da resultados, que desprecia a los morelenses, al que no le duele el sufrimiento de la gente, que está más preocupado por sus propios intereses y que sólo rinde cuentas a una persona: a su amigo, a su jefe, a su mentor, a Graco Ramírez.

¿Cómo confiar en el comisionado de seguridad Alberto Capella cuando dice que es falso el contenido del vídeo del Eddy? ¿Por que creerle? ¿Por que no investiga antes de descalificar una serie de señalamientos tan duros y delicados? ¿Por que no revisa a sus mandos policiacos y confirma que en verdad siguen siendo leales a los intereses de los morelenses? ¿Por que no observa sin prejuicios lo que sucede frente a sus ojos y detrás de los vidrios blindados que siempre le protege? ¿Por qué desecha todas las críticas sin antes corroborar que sean falsas?

¿De verdad es imposible, como lo afirma Capella, una reunión entre grupos criminales en Morelos? ¿En serio es imposible que alguno de sus jefes policiacos estén relacionados con grupos criminales, como sucedió en el pasado? ¿Alberto Capella metería las manos al fuego por todo su personal, empezando por aquellos que trajo de Tijuana? ¿No le da miedo quemarse, cómo se quemó Jorge Carrillo Olea, Sergio Estrada Cajigal y Marco Adame Castillo?

La historia debe estudiarse porque se repite: en Morelos ha sucedido con temas de seguridad, violencia y vínculos de funcionarios con la delincuencia organizada. Desde Jorge Carrillo Olea hasta Marco Adame Castillo la constante es la misma: delincuentes que perforan la estructura gubernamental y policías al servicio de grupos delictivos; funcionarios que se dejan tentar por el narcotráfico y se convierten en empleados de criminales. ¿Es imposible que vuelva a suceder?

Los vínculos entre la delincuencia organizada y el gobierno ocurrieron con Carrillo Olea, volvieron a suceder con Sergio Estrada y se repitieron con Marco Adame. ¿Porque sería diferente con Graco Ramírez? ¿Qué certeza tenemos los ciudadanos de que eso no volverá a suceder? ¿Sólo porque Capella lo dice? Eso mismo decía Miyazawa, Montiel y Cabeza de Vaca.

Alberto Capella pide no hacer caso a ese tipo de información y solicita compartir los vídeos que él graba; tenemos un secretario al que le encantan los likes, es fanático del dedito arriba y se emociona con cada RT... Pero nuestro jefe policiaco no observa lo qué pasa más allá de su entorno, ni acepta críticas de ningún tipo. El robusto policía presume la detención de delincuentes, de sicarios, de capos, pero no le preocupa que al ama de casa la asalten en la ruta, que al empleado lo roben en la calle, que al comerciante le saqueen el negocio o que a los estudiantes les quiten lo que llevan al escuela.

Eso no le duele a Capella, eso no le importa, eso no parece en sus cifras ni mucho menos en su discurso. Al comisionado le gusta cantar en conciertos, dar entrevistas a nivel nacional y hablar de grandes resultados, pero dejar actuar con absoluta libertad al delincuente común, ese que hace mucho daño a la sociedad, porque pega directamente en el bolsillo de los ciudadanos. Eso no le importa a Capella, pero eso es lo que más le duele a la gente.

No sé si las acusaciones del Eddy contra la policía y el gobierno de Morelos son reales; quisiera creer que no. De lo que si estoy convencido es que dados los antecedentes que tenemos como entidad en los últimos gobiernos, lo menos que debería hacer Graco Ramírez es revisar lo que pasa con su policía.

Si vuelve A repetirse la historia en Morelos, si otra vez se confirman los vínculos entre la delincuencia y la estructura de seguridad, Graco no será inocente.

Está avisado. Si no actúa, será cómplice.

  • posdata

La carga social que trae a cuestas el PRD por el actuar de su gobierno estatal es enorme. No importa cuanta estructura tengan, cuanta publicidad contraten, cuantas acciones lleven a cabo; Si no hay un cambio sustancial en el manejo del gobierno estatal, el 2018 será una pesadilla para los perredistas.

Hay muchas cosas que se pueden resaltar de este gobierno: acciones, decisiones, obras… pero nada podrá apreciarse si no existe un cambio de actitud en el titular y una mejora sustancial en la estrategia de comunicación. En ese último rubro el gobierno de Nueva Visión ha ido de mal en peor desde el primer año.

A unos meses de que inicie el proceso electoral es urgente que el jefe del ejecutivo tome acciones de fondo; ya no tiene tiempo de seguir soportando a funcionarios simuladores, ni tampoco fuerza para enfrentar a todos los enemigos que ha creado a lo largo de cinco años. Graco Ramírez debe preparar su salida y entender que el verdadero problema para él y a los suyos será cuando ya no tenga poder.

El gobernador de Morelos tiene muchos enemigos enfrente, genta lastimada por funcionarios oficiosos que a lo largo de cinco años imaginaron que golpeando a los críticos ayudaban a su jefe. El debacle de la nueva visión es por una razón sustantiva: dentro del gobierno estatal hay muchos pendejos con iniciativa.

  • nota

El video del Eddy pudo pasar como un golpe mediático más en contra de este gobierno, hasta que se supo que el joven que aparece a cuadro fue asesinado y su cuerpo desmembrado luego de realizar dichos señalamientos. Ese hecho cambia todo y hace que se observe de manera distinta el material.

Los datos, los nombres, las circunstancias y los momentos que narra El Eddy ameritarían, al menos, una investigación de parte de las autoridades. Se puede entender que el comisionado Capella defienda su feudo, pero esto no debiera ocurrir sin antes revisar que todo camine de manera correcta.

El video del Eddy, cuentan los que saben, ya está en las oficinas de Gobernación, de la Presidencia de la República y también de la Sedena. Allá no se tomó el asunto a la ligera como en Morelos; allá, dicen, se está revisando, analizando e investigando el contenido, incluyendo la mención del hijo de un delegado federal.

¿En quién se puede confiar en Morelos?

  • post it

El tiempo ya está encima de los partidos; los plazos se acortan y cada institución debería estar metida ya en la elaboración de la estrategia electoral que seguirán en el 2018 y la ubicación de aquellas figuras que podrían representarlos en las urnas.

Ningún partido, hasta ahora, parece tener idea clara de lo que debe hacer en las próximas elecciones; el que más se mueve es el PRD, pero ese partido es también quien mayor trabajo debe hacer debido al desgaste que le deja el ejercicio de gobierno estatal. Para los perredistas el esfuerzo es doble: primero detener su desgaste social y luego tratar de convencer al votante.

En el PRI las cosas no se mueven, el dirigente está dormido mientras el delegado federal insiste en posponer la renovación para quedarse al frente del partido hasta el día que se instalen las urnas. Simple: Charlestón ya negoció y espera obtener dividendos económicos de la derrota electoral del tricolor.

Acción Nacional es quien tendría que ir más avanzado: las circunstancias le favorecen y la inercia nacional está de su lado; empero el joven dirigente no aparece por ningún lado, está fuera de la agenda política, de la social y peleado con su grupo parlamentario. Terrazas es una decepción en todos los sentidos.

Morena tampoco luce muy bien. La dirigencia estatal es de chocolate, deambula en el limbo y presume una estrategia reciclada del PRI de hace 20 años. Siendo la oferta política más atractiva en este momento, en Morelos el movimiento de AMLO no tiene pies ni cabeza; tampoco liderazgo e imagen.

Nada está escrito aún para nadie en la carrera electoral de Morelos. En la tierra de Zapata el voto diferenciado es una realidad desde hace años.

  • redes sociales

Se puede comprender que en esta nueva era digital, algunos funcionarios se apoyen más en medios alternativos que en medios tradicionales para compartir información. Es válido que dada la efectividad y rapidez de las redes sociales, más de un político se vuelquen en ellas para intentar establecer una relación más directa con sus representados.

Lo que llama la atención es la forma tan boba como lo hacen, la poca efectividad de sus mensajes y lo trasquilados que salen siempre que lanzan un mensaje por esas vías. Tuitear no es comunicar; contratar publicidad tampoco garantiza éxito.

Participar en redes sociales es fácil (hasta un político puede hacerlo); lo interesante es captar el interés de la gente, ganar su confianza y establecer un vínculo informativo de ida y vuelta.

Nada de eso hacen en la nueva visión. Obvio: el interés del área que comunica es económico, por ello la contratación millonaria de asesores y empresas que comparten ganancias con el titular a cambio de que se mantengan los contratos sin que se fiscalicen los resultados.

Es un negocio donde algunos ganan y el jefe pierde.

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