Round de sombra
Este fin de semana PRD y Morena medirán fuerzas y capacidad de convocatoria en la Ciudad de México.
A los perredistas les urge mostrar que están en la pelea, que no los den por muertos, que los por menos siguen dominando el arte de llenar el Zócalo, lo que no todos pueden presumir.
Morena no quiso dejar la plaza libre y se inventó para el domingo un acto de unidad en el Monumento a la Revolución.
Dicen los que saben que ese día emergerán señales de cómo van las cosas para elegir al candidato de ese partido para la Ciudad de México.
Los reporteros estarán buscando perredistas tránsfugas que se unan ese día a la celebración de Morena.
No me ayudes, compadre Kelly
Eso parece decir el gobierno mexicano ante las declaraciones del secretario de Seguridad Interior del gobierno norteamericano.
Durante una comparecencia ante senadores, Kelly alertó sobre la posibilidad de que la elección presidencial del 2018 en México la gane un izquierdista antiestadunidense, lo que, consideró, no sería bueno para ninguno de los dos países.
Lo malo es que en estos momentos los funcionarios del gobierno de Donald Trump son tan impopulares en nuestro país que cada descalificación que realizan se transforma de inmediato en halago político.
De modo que en lugar de descalificar ayudan al político izquierdista antiestadounidense que supuestamente no quieren que gane en el 2018.
La rebatinga
PT y PRD se dan con todo por tener la Medalla de Bronce en el Senado.
Con los reacomodos recientes resulta que la bancada del PT es más numerosa que la del PRD, pero el partido del sol azteca ha dicho que defenderá con todo su posición original.
En el 2012, cuando arrancó la legislatura, ellos tenían 22 senadores y ese es el criterio que debe prevalecer para las ubicaciones que, como adivinará el lector, suponen prerrogativas.
Manuel Bartlett, del PT y Dolores Padierna, del PRD, le han puesto un cerco a la Mesa Directiva de la Cámara Alta para salirse con la suya.
Se disputan oficinas, recursos y escaños. Un botín.
Polémica
En la polémica que rodeó la llegada de Paloma Merodio a una de las cuatro vicepresidencias del INEGI hay aspectos justificables y otros que sobran.
Es válido profundizar sobre el perfil académico, el cual durante el proceso fue cuestionado desde diversos ángulos, como de que no cuenta con el doctorado o que no pertenece al Sistema Nacional de Investigadores,
Pero el debate sobre supuestas paternidades políticos están fuera de lugar, pues parte de un jaloneo propio de otros ámbitos y no para el organismo encargado de normar y coordinar el Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica del país, clave para la toma de decisiones y el diseño de políticas públicas.