I. Una unión muy dividida. Alejandra Barrales, líder nacional del Partido de la Revolución Democrática, aseguró que recuperarán la confianza de la gente y además presumió de unidad, pero durante una movilización en el Zócalo, en la que aseguró: “Somos la izquierda histórica, tenemos que salir a luchar para transformar a México”, efectivamente, sus tribus lucharon, pero a golpes, pues militantes de las delegaciones Iztapalapa y Gustavo A. Madero se enfrentaron mientras sus dirigentes se despedían. “El PRD está más fuerte que nunca y estamos dispuestos a morir en la raya”, les dijo. Se ve que Barrales no es la política que México necesita. Muchos, pero enfrentados,
así no funciona.
II. Diabólico. Édgar Veytia, exprocurador general de Nayarit, dijo ser inocente de narcotráfico y dos cargos más que se le imputan, durante su presentación ante la corte de Nueva York, luego de su traslado desde la ciudad de San Diego, California, donde fue arrestado en marzo pasado durante su ingreso a Estados Unidos. Además, Veytia expresó su no culpabilidad de los cargos relacionados con su presunta conspiración para importar y distribuir heroína, cocaína, metanfetamina y mariguana en la Unión Americana, entre enero de 2013 y febrero de 2017. En teoría, el acusado diseñó una red criminal y los documentos asientan además que Veytia era conocido por los apodos de El diablo, Eepp y Lic Veytia. Una blanca
paloma no es.
III. Sin descanso. Las Fuerzas Armadas de México siempre cumplen su papel histórico de proteger a la población y se encuentran listas para la “Operación Salvavidas Semana Santa 2017”, periodo en el que se contará con cuatro mil 486 elementos entre almirantes, capitanes, oficiales, clases y marinería. Apoyados con 48 buques, 99 embarcaciones menores, 14 aeronaves y 192 vehículos terrestres. En este periodo vacacional, la Operación se implementará en 160 playas, con puestos de socorro y rescate. ¿Y los militares a los cuarteles?, y la Ley Nacional de Seguridad, ¿para cuándo? Los soldados no son policías, salvo en México.
IV. Trabajador. Mientras las izquierdas se reparten simpatías el fin de semana, Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, hace labor en Los Ángeles, California, donde inició una nueva política de solidaridad y, junto con el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, coincidió en continuar con la defensa de los migrantes que viven en Estados Unidos. “Esta casa, la ciudad de Los Ángeles, es mejor que la Casa Blanca”, dijo Garcetti, al reiterar su apoyo y protección a los connacionales. Hay quienes sí trabajan con miras en el presente y en 2018. Otros sólo se ilusionan.
V. Buenos escenarios. En una semana azarosa en términos internacionales debido a, entre otras cosas, los misiles lanzados a Siria por Estados Unidos, el peso mexicano no se debilitó, por el contrario, se recuperó y esto fue gracias en gran parte a que el petróleo continúa subiendo de precio, lo que siempre ayuda a México en general. También influyó la mezcla Brent, que se ubica a 55.09 dólares; el West Texas Intermediate a 52.21, y a que marzo no fue un buen mes para el empleo en la Unión Americana, lo que debilita al dólar e impulsa al peso. El analista Scott Petruska, del banco Silicon Valley, dio sus pronósticos para el peso de aquí hasta 2018 y afirma que “lo peor ya pasó”. El miedo se diluye.