En 2012, por razones que nadie ha explicado, pero que sugieren una bronca entre las izquierdas, Movimiento Ciudadano y Partido del Trabajo la postularon para ganar en un municipio que había sido bastión perredista y que de 2009 a 2012 había sido gobernado por el PRI. Ganó con 36 mil 892 votos, 34 por ciento de la votación. Por encima del PRD y de la coalición priista.
He revisado algunos datos sobre su gestión. Nada sobresale, nada es un desastre. Un municipio más de esa zona del Estado de México. Medianamente endeudado, azotado por la delincuencia, tan pobre como los municipios vecinos. Sobre esto, por cierto, vale la pena el ejercicio que realizó el portal Sinembargo.
En 2015 se hizo diputada plurinominal por Morena. Nada especial que decir de su actuación ahí. El año pasado Andrés Manuel López Obrador la hizo “promotora del voto” y después le hizo su precampaña, y todas esas semanas no había acto donde no fuera él quien hablara.
Delfina, quien por cierto no lo hace mal con la gente en sus mítines, se limitó semanas a hacer un jueguito de “adiós al PRI” que entusiasmaba a los asistentes.
Una cosa es cierta: hasta hace muy poco nadie fuera de Texcoco sabía quién era Delfina.
Y después de unos días de campaña, tampoco lo tenemos muy claro. He leído todo lo que se puede sobre sus propuestas, que no es mucho porque, curiosamente, Morena ni siquiera había habilitado, hasta ayer, la página web que Delfina anuncia en su propaganda. www.delfina.si.
De lo poco que hay, nada nuevo. Nada interesante. Austeridad, apoyos a adultos mayores y madres solteras, foco en la educación, “mejorar” el transporte, programas de prevención contra la inseguridad y un par de generalidades no muy emocionantes y eso sí muchísima honestidad. No hay mucho más.
La oferta es, yo soy honesta, yo soy austera.
Seamos francos, votar por Delfina será un poco votar a ciegas.
Lo harán así los seguidores de Andrés Manuel López Obrador, que construyó un partido que depende todo de él, y lo harán tapándose los ojos frente a la urna, convencidos de que su líder eligió a la persona correcta.
El problema son los otros que necesita para dar el campanazo.
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