I. ¿Cómplices? Una de las alianzas que hay que desmontar es la que, parecería, tienen ciertos jueces con los criminales. Desde aquél que dejó libre a Rafael Caro Quintero y lo envió a casa sin completar su sentencia hasta el que otorgó el reciente amparo a Héctor Beltrán Leyva, arrebatándoselo, de un plumazo, a los estadunidenses. La Procuraduría General de la República apelará. El juez concedió el recurso para dejar sin efecto su extradición al gobierno de Estados Unidos, pues es requerido por la Corte Federal de Distrito de Columbia, por delitos contra la salud. Todo indica que algunos jueces en México se olvidaron de defender a la sociedad. ¿Eso no deja?
II. Claridad. La secretaria de Atención de Estados en Oposición del Partido Revolucionario Institucional, Diva Gastélum, dijo que a los políticos la sociedad no los quiere y, la verdad, no le falta razón. Gran parte de quienes se dedican a la política, que bien aplicada es muy importante para el bien de la comunidad, lo que menos hace es trabajar, legislar y representar los intereses de la población. Han sucumbido ante la corrupción y la ambición del poder. Menos cree la gente en el sistema de partidos que nos rige, pues sus actos están cobijados por la opacidad y el engaño. En un acto de autocrítica, la dirigente priista acepta que han sido demasiados errores empantanados en la corrupción. Destacó que ahora debe ser diferente y la transparencia es fundamental en las tareas partidarias, en particular del Revolucionario Institucional. Que no se quede en dicho y que otras fuerzas políticas se sumen al llamado... a México le urge.
III. ¿Y las soberanías? Los políticos mexicanos son contradictorios. Se molestan cuando un funcionario estadunidense opina sobre temas electorales, pero toman posturas en conflictos extranjeros en los que nada tienen que hacer. El Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional, a través de la Comisión de Asuntos Internacionales, expresó su “total respaldo y solidaridad con los manifestantes venezolanos que en los últimos días han salido a las calles de su país para protestar en contra del gobierno de Nicolás Maduro y para exigir la realización de elecciones libres”. Nada más recuerden que quien se lleva, se aguanta.
IV. Aliados. A unos días de la detención de Tomás Yarrington, exgobernador de Tamaulipas, el gobierno de México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, solicitó al de Italia la extradición del exmandatario tamaulipeco. El Partido Acción Nacional exige que sea Estados Unidos el que lo extradite, para evitar la impunidad. Jorge López Martín, vocero del albiazul en la Cámara de Diputados, aseguró que así se revelaría la red criminal a la que pertenece. Ahora le descubren alianzas con los principales líderes del Cártel del Golfo... pero fue protegido por años. Responsables hay muchos. Ya saldrán.
V. La realidad. Aunque, en teoría, el panorama para México se veía tormentoso, la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos no ha afectado a México. A pesar de las amenazas de imponer nuevos aranceles a las importaciones, ignorando el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el capital estadunidense en la industria maquiladora de Mexicali, Baja California, no se mueve y, mejor aún, se espera la llegada de nuevas inversiones, de acuerdo con Salvador Maese Barraza, presidente de la Asociación de Maquiladoras de la región. Ya lo ven. Trump terminó siendo de salva. México, bien.