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ITINERARIO POLÍTICO

¡No huyan corruptos; AMLO los perdonará!

 

Como todos los católicos saben, los actuales son días de perdón y arrepentimiento.

Lo que pocos saben —sean católicos, protestantes o pertenecientes a otros credos— es que desde diciembre de 2018 y todos los días y años por venir, serán de gloria y perdón; días y años en donde corruptos, rateros y criminales serán perdonados por igual, con sólo declarar su fe a la nueva Morena —la de AMLO—, no la Guadalupana. 

Y es que cuando López Obrador sea presidente de los mexicanos, todos los días, los meses y los años serán Semana Santa; arrepentimiento y perdón. ¿Lo dudan?

No se trata de una broma. Tampoco de una metáfora y menos un juego de palabras. Simple y llanamente seguimos al pie de la letra la doctrina del mesías presidencial.

Y es que el 11 de agosto de 2016 —ante un auditorio de hombres de dinero y empresa—, López Obrador pronunció lo que desde esa fecha se conoce como “el Sermón del Perdón”.

Prometió: “Les decimos a los integrantes del grupo en el poder que, a pesar del gran daño que le han causado al pueblo y a la nación, no les guardamos ningún rencor y les aseguramos que, ante su posible derrota, en 2018, no habrá represalias o persecución para nadie. Declaramos esta amnistía anticipada, porque lo que se necesita es justicia, no venganza”.

¿Qué tal…? Pero que nadie sea asuste, no se trató de una declaración “banquetera”, de una improvisación y menos de una suplantación. En realidad se trató de discurso cuidadosamente preparado, para una audiencia selecta y leído con puntualidad por AMLO.

¿Y qué quiere decir el mensaje?

Que desde hoy, Obrador regala indulgencias, perdón a corruptos y ratas del poder. Y es que “el gobierno de AMLO” será una permanente Semana Santa; jornadas de perdón, redención y sábados de gloria.

Pero tampoco fue todo. Obrador profundizó: “Respetamos a quienes sostienen la máxima de, ni perdón ni olvido, pero no la compartimos. Podríamos decir: olvido no, perdón sí. En esta virtud, igual que en la honestidad, reside la esperanza de un mejor porvenir. Si hacemos a un lado el odio y optamos por el perdón, podremos caminar con el emblema de la honestidad hacia una sociedad mejor”.

Lo anterior significa que en Los Pinos no habrá un presidente y menos un político. Y no se diga un estadista.

A partir del 1 de diciembre de 2018, en la casa presidencial despachará un predicador que escuchará los pecados de los pillos de la política y del crimen, que les exigirá una penitencia y luego les otorgará el perdón.

Por eso, de nada deben preocuparse Tomás Yarrington, ex gobernador de Tamaulipas preso en Italia por transa; nada debe alterar la paz del ex fiscal Veitya de Nayarit, ni los Duarte de Veracruz y Chihuahua. ¿Por qué no deben preocuparse?

Porque una vez que el nuevo mesías sea coronado, pillos y ratas serán perdonados. Y si aún mantienen dudas, basta ver la “cargada” de pillos y ratas que salen de todos los partidos y engordan las filas de Morena. Y los pillos de los pillos —como Manuel Bartlett— hoy son prohombres de Morena.

¿Y por qué, si Bartlett y muchos otros, han sido purificados en las aguas de la Morena de AMLO, no serán perdonados, rehabilitados y reinstalados en sus puestos los 17 gobernadores rateros que han sido acusados de transas en los últimos 16 años. ¿Saben quiénes son?

Resulta que en los últimos 16 años, gobernadores del PRI; PAN y PRD han sido investigados por rateros, de los cuales seis están presos, cuatro siguen siendo investigados y los restantes siete pisaron la cárcel pero han sido absueltos.

Actualmente se encuentran presos Guillermo Padrés, ex gobernador del PAN en Sonora; Jesús Reyna García, ex gobernador interino del PRI en Michoacán; Andrés Granier, priísta que gobernó Tabasco; Mario Villanueva, ex gobernador del PRI en Quintana Roo, y Luis Armando Reynoso Femat, ex gobernador del PAN en Aguascalientes.

Como saben, en días pasados fue detenido en Italia Tomás Yarrington, gobernador priísta de Tamaulipas, quien podría no regresar a México.

También salió de la cárcel —con el beneficio de la prisión domiciliaria, por prescripción médica—, Flavino Ríos, ex gobernador interino de Veracruz.

Pero han pisado la cárcel y salido por diversas razones, Rodrigo Medina, ex gobernador de Nuevo León, Humberto Moreira, ex mandatario de Coahuila, Pablo Salazar, ex gobernador de Chiapas, Narciso Agúndez, ex mandatario de Baja California y Juan Sabines, de Chiapas.

Y siguen prófugos Javier y César Duarte, de Veracruz y Chihuahua, y Roberto Borge, de Quintana Roo.

¡Qué nadie se preocupe, AMLO los perdonará a todos!

Al tiempo.

Ámbito: 
Nacional
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