Para Nueva Izquierda, el escenario para el PRD en 2018 es que ocupe el cuarto lugar, situación de la que acusa a Andrés Manuel López Obrador, presidente de Morena, de ser el factor de polarización en la izquierda.
En un análisis elaborado por los dirigen-tes de la corriente, conocida también como Los Chuchos, entre ellos Jesús Ortega, aceptan también que las ideas del partido se volvieron anacrónicas y obsoletas, con una rutina que se volvió costumbre y, por lo tanto, estéril.
En medio de la división que se ha generado en el PRD por la definición de algunos de sus militantes por apoyar a López Obrador, también analiza escenarios de cara a las elecciones federales de 2018, en los que califican a López Obrador como uno de los principales factores de polarización, en los que el PRD quedaría —en algunos escenarios— en un cuarto lugar de los comicios presidenciales.
“López Obrador contra candidato del PRI. La tercera posición la ocuparía el o la candidata panista y, en un cuarto lugar, el abanderado perredista o un independiente. Aspirante del PAN contra López Obrador; el PRI en tercer lugar y el PRD en una cuarta posición; y el candidato del PAN contra el del PRI. López Obrador en tercer lugar y el candidato del PRD, igual que en los escenarios anteriores, ocuparía un cuarto sitio”, indicaron.
“Como podemos observar, López Obrador polariza en dos de los tres más probables escenarios. Es así debido a que el tabasqueño ha logrado consolidarse como el mayor receptor de las inconformidades y rencores de una buena parte de los ciudadanos. Estos sentimientos y resentimientos sociales han sido muy bien aprovechados por López Obrador, pues ha actuado con oportunidad, eficacia y, desde luego, haciendo gala de audacia y desparpajo.
“Cuando opina sobre un acontecimiento nacional o internacional lo hace con tal simplismo que —aun siendo un disparate— todos pueden entenderlo y muchos compartirlo. Sus opiniones no son complejas, aunque no sean soluciones. Miente con frecuencia —como otros lo hacen—, pero es de los pocos que pueden hacerlo sin rubor y sin perturbación alguna, aunque sea en asuntos tan trascendentes, como los de la economía o la inseguridad. Este singular comportamiento, junto a un largo camino de 21 años como protagonista del monólogo escenificado, primero en el PRD (tres años como presidente del partido, seis años como jefe de gobierno, 12 más como candidato presidencial) y segundo, en Morena (cuatro años) le hacen el único candidato presidencial que se encuentra en plena campaña y, sin duda, el más fuerte”, sostienen.
Nueva Izquierda señala también que los candidatos del PAN están electoralmente en ascenso; gobiernan buen número de entidades federativas y, aunque algunos de sus gobernadores han participado de los más escandalosos actos de corrupción, no han experimentado —debido a una eficiente estrategia de control de daños— efectos tan destructivos como con el PRI y el PRD.
“Guillermo Padrés, el ex gobernador de Sonora es tan bandido como Duarte, el veracruzano; Reynoso el ex gobernador de Aguascalientes es tan ladrón como lo es Borge; Anaya vive en Estados Unidos y de esos escándalos ha podido resbalar, si no a todo, sí a una buena parte del estiércol”, aseveran.
Aceptan que el Partido de la Revolución Democrática se ha debilitado. Sin embargo, “el partido tiene vigencia y seguirá siendo decisorio en la redefinición de las estructuras del poder político en México”.
“En estos días, los del año 2017, pasamos por momentos complejos, tan difíciles como los que antes ha pasado la izquierda en el mundo y, desde luego, en México.
“Entramos en una espiral de repetirnos, repetirnos y repetirnos hasta que nuestras ideas —en algún tiempo innovadoras— se volvieron anacrónicas, obsoletas; nos repetimos y repetimos hasta que nuestra acción política se volvió rutina, costumbre y, por ello mismo, estéril, impotente e incapaz de convencer a la ciudadanía y, menos aún, de tener fuerza y capacidad para reformar, para transformar al Estado y la nación. Nos repetimos en nuestros errores hasta hacernos parte del status quo, de ese que, durante décadas, la izquierda y el PRD quisimos terminar”, enfatiza.