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SERPIENTES Y ESCALERAS

 

Para que a Graco Ramírez le apliquen la misma fórmula que a Javier Duarte se deben conjugar varios elementos. No sólo se requiere de la inconformidad social, también es necesario que se combinen los elementos políticos necesarios para que el gobierno federal suelte a uno de sus hijos predilectos.

 

El gobernador de Morelos se nota nervioso por lo convulsionado del escenario nacional. El tabasqueño ya no muestra esa sonrisa socarrona que le identificó por muchos años, ni tampoco la arrogancia que le hacía resaltar de entre sus colegas gobernadores. El perredista de hoy es uno muy distinto al de hace 5 años: se nota temeroso, preocupado y tenso por el ambiente político y el reclamo social. ¿Puede Graco seguir la misma suerte que Javier Duarte?

La política cambia de acuerdo a las circunstancias y se modifica según los escenarios a su alrededor. Actualmente en México la política se mueve más por la presión ciudadana que por el interés de los actores de poder; la gente está molesta, exige, denuncia y reclama que la ley se aplique por igual. Ya no es tan fácil burlar el destino porque son muchas las voces ciudadanas que demandan justicia.

Lo que vemos actualmente en el panorama nacional es algo inédito: varios gobernadores están sujetos a proceso penal por malos manejos en su administración; algunos de ellos ya están tras las rejas y otros más andan a salto de mata. Nunca como hoy el oficio de gobernar ha sido tan peligroso: se acabó la regla de oro de no tocar al que se va; hoy lo más atractivo es perseguir al gobernante saliente.

Los priístas han pagado muy alto el costo de sus errores; varios de sus ex gobernadores están bajo proceso y algunos de ellos son tratados como lo que son: criminales. El PAN también ha pagado una cuota alta: sus mandatarios son investigados y uno ya purga pena en una cárcel de alta seguridad. El único partido que hasta ahora no ha aportado su cuota en esta historia es el PRD.

Es ahí donde entra a escena el gobernador de Morelos. En los pasillos de poder de México a Graco Ramírez se le ha comenzado a colocar desde hace algunos meses en el mismo nivel que a ex mandatarios prófugos de la justicia y de manera muy concreta se le compara con el veracruzano Javier Duarte. Cómo lo hacía el priísta de Veracruz, el perredista de Morelos presume solvencia moral, disciplina financiera, transparencia en el manejo de los recursos y eficiencia en el trabajo. Graco Ramírez tiene el mismo perfil y discurso que Javier Duarte antes de que huyera.

Recordemos que aún siendo gobernador, Duarte glorificaba su estrategia de seguridad y la solvencia de su gobierno: “Veracruz es un estado seguro y ejemplo a nivel nacional, nuestros logros son el resultado de una gran inversión en tecnología y la constante depuración de los cuerpos policiacos”.

En materia financiera Duarte también festinaba sus éxitos: “Somos un gobierno permanentemente auditado por la ASF, tenemos reconocimiento nacional por el buen desempeño financiero y actuamos con absoluta transparencia. Todo lo que hacemos puede ser consultado en línea y todos los contratos que celebra el gobierno se hacen conforme a la ley. Mi familia nada tiene que ver con el manejo de los recursos públicos”.

A nivel nacional Javier Duarte hablaba de sus logros personales y también de los éxitos de su gobierno; nada estaba mal a los ojos del veracruzano, todo se hacía de forma transparente en un gobierno progresista, como él mismo lo definía.

Frente a la crítica Javier Duarte siempre tenía una salida: son unos cuantos, son aquellos a quienes se han tocado sus intereses, son los que sirven a grupos opositores, son los que se benefician del caos, son los que están coludidos con criminales, son mis enemigos políticos...

A Javier Duarte se le fueron complicando las cosas de principio a fin: el problema delictivo, la inseguridad y la violencia agobió al pueblo veracruzano y los escándalos políticos se volvieron cosa común en el puerto. Balaceras, levantones, secuestros, extorsiones y todo tipo de delincuencia se multiplicó en aquella entidad frente a la ineficacia (o complicidad) de una policía a la que los ciudadanos acusaban de ineficiente, de represora, de fabricar delincuentes y de estar coludida con la delincuencia organizada.

La gente denunciaban actos de corrupción: decían que los contratos y las obras se asignaban de manera directa a empresas ligadas a la familia y que la esposa del gobernador era quien palomeaba a los proveedores del estado. En el Veracruz de Duarte se habló durante mucho tiempo de desvío de recursos y del enriquecimiento inexplicable de la familia del gobernador; desde varios puntos se señalaron a los operadores de la familia en las áreas financieras del gobierno, pero la respuesta institucional siempre fue la misma: no es cierto.

Javier Duarte se peleó con la prensa de su estado y también con los diferentes grupos sociales, empresariales y ciudadanos. El veracruzano vivió en una burbuja por varios años, persiguió a sus críticos, suspendió el trato con quien le resultaba incómodo y marcó distancia con todos aquellos que opinaban diferente. En sus actos públicos el gobernador comenzó a endurecer las medidas de seguridad para que sólo algunos, los incondicionales, pudieran estar cerca de él en sus eventos; las entrevistas periodísticas que concedía Duarte sólo eran en la Ciudad de México.

El gobernador de Veracruz fue un hombre muy cercano a Enrique Peña Nieto: el priísta apoyó financieramente la campaña presidencial y tuvo una fuerte amistad con el presidente de la república, pero cuando las cosas se descompusieron localmente y la imagen de Duarte comenzó a ser sinónimo de corrupción y mal gobierno, Peña simplemente se alejó, le retiró el manto protector y permitió que la ley se aplicara.

Mucho de lo que se vio en el Veracruz de Javier Duarte se está viendo ahora en Morelos. En ambos estados se repiten historias, hay escenarios similares y circunstancias que comienzan a mostrar un peligroso paralelismo social.

Graco conoce los pasillos de poder, sabe que su escenario ya cambió y que las probabilidades de que se repita en él la historia de Javier Duarte se incrementan día a día. El gobernador de Morelos ya no es una gente cercana al presidente, está distanciado del secretario de gobernación y ha perdido capital político para negociar. Como si eso no fuera suficiente, el panorama estatal se le ha complicado y entre la clase política nacional le señalan como el personaje del PRD que deberá pagar las cuentas gubernamentales que ya han saldado los otros partidos.

La preocupación de Graco Ramírez se nota en el rostro. A pesar de su discurso público, el mandatario entiende que su suerte cambió, que su futuro es incierto y que cualquier descuido lo puede volver un futuro prófugo de la justicia. Igual que como ocurrió en el puerto, en la tierra de Zapata ya hay una profunda descomposición social y un claro distanciamiento entre la autoridad estatal y el poder central del país.

En este momento la prioridad de Graco Ramírez ya no es refrendar el triunfo de su partido en Morelos; su nueva meta es evitar que las circunstancias políticas nacionales lo coloquen como el próximo Javier Duarte.

  • posdata

Dentro del gabinete de Nueva Visión hay algunos personajes más preocupados que otros. Si la cloaca se destapa, como parece que sucederá, algunos actores serán claves en la historia. Andrik Ruíz de Chávez en Salud y Sergio Beltrán Toto en Obras, son dos nombres que hemos de escuchar de manera recurrente en el futuro y que probablemente tendrán que poner tierra de por medio una vez que concluya esta administración.

Este par de funcionarios han sido señalados de manera reiterada por manejar discrecionalmente los recursos que tienen a su cargo; los dos, por cierto, han logrado acumular una considerable fortuna integrada por casas, autos, yates y viajes que les gusta presumir entre sus allegados. Ninguno ha sido discreto, ambos muestran a los cuatro vientos su estilo de vida y uno de ellos, el de obras, sobresale más por el contraste entre su origen humilde y su nuevo poderío económico.

Puede ser que con el tiempo y los acuerdos políticos Graco Ramírez alcance un salvoconducto y eluda el brazo de la justicia, así es la política en México; lo que resulta imposible es que tanto Beltrán Toto como Andrik Ruíz de Chávez eviten ser procesados por la manera como han manejado los recursos del estado. La propia gente cercana a ellos ha comenzado a detallar la forma como operan y a documentar los negocios que llevan a cabo.

Los partidos y los aspirantes a la gubernatura en el 2018 lo tienen claro: si se trata de destapar la cloaca en Morelos, los primeros que deberán ser investigados son estos dos personajes. En las campañas, ambos nombres estarán en más de un discurso.

Al tiempo.

  • nota

En el congreso del estado se advierte de nuevo tiempos de cambio. La mañana de ayer fue intensa en rumores, se habló de ajustes en los órganos de dirección y reacomodo de fuerzas. Al final, sin los votos necesarios, todo quedó en rumor.

En corto los diputados confirmaron que algo ocurría y que había interés de reacomodar piezas. Desde el PRD la ex coordinadora Hortencia Figueroa aclaró en Twitter que nada era cierto.

Nada se movió ayer en el congreso, pero no hay garantía de que nada se moverá.

  • post it

Así lo publicó el periódico El Financiero: Graco Ramírez compró suero antialacrán falso; era agua y almidón.

En Morelos, alrededor de 50 personas al día son víctimas de picaduras de alacrán, cuya especie endémica es potencialmente más venenosa que la de cualquier otra entidad del país. 

Durante varios meses, las picaduras de este insecto fueron atendidas con agua destilada y almidón; es decir, la Secretaría de Salud del gobierno de Graco Ramírez adquirió “antídoto” falso, lo que provocó incluso decesos.

En marzo pasado, el doctor Agustín Benítez, médico adscrito al área de urgencias del Hospital General de Cuernavaca, junto con un grupo de médicos, denunció este hecho ante la Comisión Federal para la Prevención de Riesgos Sanitarios (Cofepris) y, luego de diversos exámenes de laboratorio, se determinó que el suero antialacrán era falso, por lo que ordenó que fuera retirado de inmediato.

En entrevista con El Financiero, Benítez dijo que “los médicos nos dimos cuenta de que este medicamento es falso debido a que los pacientes no presentaban los resultados adecuados, por lo que se hizo la denuncia correspondiente.

“Tenemos algunos frascos de este antídoto, que lo mandamos al laboratorio y de inmediato se emitió una alerta sanitaria, donde la Cofepris le ordena al gobierno del estado retirar ese lote en virtud de que se sospecha de una compra irregular. Después, la misma Cofepris concluye que efectivamente se trata de un medicamento falso”, comentó el médico.

Señaló que “aquí lo grave del asunto es que se compró un medicamento que se determinó que era falso y que se estuvo aplicando, ese es el asunto de fondo”.
Estos hechos fueron denunciados por Benítez en marzo pasado y la respuesta del gobierno de Graco Ramírez fue correrlo de su trabajo, argumentando “abandono de empleo”; sin embargo, el propio médico señala que “no existió ningún abandono de mi trabajo, me fui de vacaciones de Semana Santa, que me fueron autorizadas por la dirección del hospital”.

Sobre el número aproximado de dosis que se administraron, Benítez señaló: “Sí puedo asegurar que la cifra fue muy alta”.

Agustín Benítez apuntó que, “aunque el suero falso ya fue retirado, esta semana presentaré una denuncia penal ante la PGR contra quien resulte responsable de la compra de este medicamento falso, porque hubo personas que, por no recibir el medicamento adecuado, murieron”.

De acuerdo con Benítez, “la picadura de alacrán provoca salivación excesiva, sensación de un cuerpo extraño en la laringe, el paciente no puede respirar, tiene escozor en la narina, siente que se le cierra la garganta, por lo que, de no recibir rápidamente el antídoto, puede morir”.

  • redes sociales

La secretaria de turismo informó que en las pasadas vacaciones de Semana Santa, Morelos recibió casi el triple de visitantes que Acapulco.

Los datos que aportó Mónica Reyes Fuchs son contundentes: “A la entidad arribaron 2 millones 785 mil personas; más que el año pasado y casi tres veces las que visitaron el puerto de Acapulco en el mismo periodo”

Tomando en cuenta que Morelos tiene una población de 1,9 millones de personas y que en la semana santa 2017 Acapulco recibió 1 millón 97 mil habitantes, los datos de la secretaria son sorprendentes.

¿En verdad tuvimos más turismo que Acapulco?

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