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SERPIENTES Y ESCALERAS

La corrupción se ha convertido en el deporte favorito de los políticos. Sin importar origen o color de partido, hombres y mujeres de poder roban con absoluto cinismo. ¿Por qué? Simple: saben que no pasa nada. Mientras no se sancione a los corruptos, no acabaremos con la impunidad.

 

Ya son dos: Jesús González Otero de Cuautla y Miguel Ángel Colín de Temixco. Ambos ex alcaldes fueron detenidos y están encarcelados luego de que las autoridades los procesaron por diversos delitos relacionados con el ejercicio de su cargo. La lista no concluye con ellos, el objetivo es actuar contra otros más que traicionaron la confianza ciudadana y abusaron de los recursos públicos. Cuernavaca y Jiutepec, cuentan, están en la mira.

Hacía mucho tiempo que no veíamos en Morelos una acción contundente en contra de políticos; nos habíamos acostumbrado a la impunidad, a ver pasar a los delincuentes de cuello blanco y a conformarnos con el “váyanse con las manos llenas, pero váyanse”. Hoy parece que la historia cambia.

El problema de corrupción se ha acentuado en Morelos desde hace varios años; autoridades vienen y van, saquean las arcas públicas, se burlan de la ciudadanía y a la vuelta de un tiempo regresan por más. El robo al erario se ha convertido en un deporte de políticos; sin distingo de partidos vemos cómo se abusa de la autoridad y se empobrecen a las instituciones sin que nada pase.

Hace algunos años creíamos que el PRI tenía la patente de la corrupción, que los de los tres colores eran los únicos ladrones y que panistas y perredistas eran diferentes. Entonces llegó el PAN y observamos como, primero, se aumentaron los sueldos con la excusa de que ganando bien “no había necesidad de robar”. No funcionó: los estradistas se convirtieron en funcionarios de lujo, estrenaron camionetas, se llenaron de ayudantes, secretarias, asesores… y robaron.

Con Adame las cosas se pusieron peor: ahí no sólo robaron los funcionarios, la familia, empezando por la esposa del gobernador, emprendió el saqueo del estado. Mayela Alemán fue la gran depredadora del erario y todos los negocios, las compras y los contratos eran aprobados por ella y sus hijos.

Entonces llegó el PRD y las cosas se volvieron caóticas. Morelos ha elevado sustancialmente sus compromisos financieros, el estado está endeudado por tres décadas y pocos saben en dónde está el dinero. Las historias de corrupción se cuentan en todos lados y los reflectores apuntan a varios funcionarios, empezando por los que están en la secretaría de Obras (Beltrán Toto) y la de Salud (Andrik Ruíz). La corrupción, ahora lo sabemos, no distingue partidos.

Uno de los problemas más grandes hoy en México es la corrupción; de ella se derivan otros males igual de críticos como la inseguridad y la violencia. La impunidad ha hecho crecer la corrupción y el problema persiste en los tres poderes y en los tres niveles de gobierno. Ningún partido está libre de escándalos de corrupción.

En los últimos meses hemos visto cómo varios ex gobernadores son sujetos a procesos administrativos y penales como consecuencia de los malos manejos que tuvieron al frente de sus administraciones. Mucho se ha dicho y escrito de casos como el de Duarte, Padrés, Medina, Ebrard, Borge y muchos otros mandatarios que desviaron recursos y empobrecieron a sus pueblos.

De lo que poco se habla, pero es igual de grave, es del saqueo que se ha hecho en la mayor parte de los municipios de México. Ahí comienza el problema de corrupción en los gobiernos y desde ahí se está lastimando más severamente a los ciudadanos. Los alcaldes son el primer contacto de la gente con la autoridad y son quienes tienen a su cargo el manejo y administración de los servicios primarios de la sociedad. Los casos se alcaldes corruptos se cuentan por cientos, pero son muy pocos los que son sancionados por sus malos actos.

El hecho de que en Morelos estemos viendo a dos ex alcaldes encarcelados es algo que llama la atención y alegra. Jesús González Otero y Miguel Ángel Colín son ejemplo de malos gobernantes, fueron permanentemente acusados de corruptos y reiteradamente señalados por sus malos manejos; que estén detenidos abre la esperanza de que finalmente se ponga un alto a la impunidad en Morelos.

Cuentan los que saben que los casos de los ex alcaldes de Cuautla y Temixco son los primeros, pero no los únicos que hemos de ver en las siguientes semanas. Los expedientes sobre otros ex presidentes municipales están vivos, los procesos están caminando y vendrán más acciones similares en contra de munícipes que manejaron mal sus ayuntamientos y están sujetos a investigación. En Cuernavaca y en Jiutepec, aseguran, hay elementos para actuar en contra de varios es funcionarios.

Una cosa es clara: si no se pone un alto a la impunidad, atacando de lleno los casos de corrupción, estamos condenados a seguir padeciendo crisis recurrentes. No hay mejor manera para evitar que las autoridades roben, que castigar a quienes lo hacen; después de que los políticos comiencen a ver a sus similares tras las rejas, pensarán dos veces en actuar como lo hacen ahora.

En independencia del sesgo político que se le de, la decisión de proceder contra autoridades corruptas es acertada. El de Cuautla y el de Temixco son dos casos concretos de alcaldes corruptos, pero no son los únicos.

Si la clase política quiere recuperar un poco de la confianza perdida frente a la gente, el mejor camino es aplicar la ley a los delincuentes. Independientemente de las amenazas que algunos ex alcaldes lanzan al aire tratando de mantener un halo de impunidad, es urgente que los ciudadanos veamos que las leyes se aplican también a los ladrones de cuello blanco.

Aplaudo la detención de dos ex alcaldes. Espero que caigan más.

  • posdata

El gober, cuentan, acudió hace unos días con el Nuncio Apostólico de México para tratar de calmar al Obispo de Cuernavaca. Fue, dicen, un intento desesperado por parar el activismo de Ramón Castro y desactivar la marcha por la paz convocada para el próximo mes de mayo en la capital de Morelos.

Los comunicados oficiales, las cintas que repiten y los periódicos color de rosa resaltaron las bondades del encuentro y los buenos resultados; al leerlos se entendía que hubo un jalón de orejas para el “padrecito” (Graco dixit).

Unos días después del encuentro entre Graco y Franco Coppola el Obispo de Cuernavaca habló con la prensa y reiteró su llamado a marchar por la paz. Más aún: Ramón Castro pidió a la gente no callarse ante las injusticias, no dejarse amedrentar por la delincuencia y alzar la voz frente a la inseguridad. Remató: estamos en un estado donde prevalece el miedo y donde cualquiera que quiera hacer obra, debe primero pagar el 30% como mochada.

Al parecer la reunión con el Nuncio no funcionó. Veremos cuánta gente se reúne en torno al obispo para marchar por la paz.

  • nota

Igual que en el caso de Javier Duarte, donde escucho algunas voces que señalan que su captura es parte de un montaje político para que el PRI gane las elecciones en el estado de México, en el tema de los ex alcaldes morelenses leo opiniones que refieren que las detenciones y encarcelamientos son un distractor político.

Escucho, leo y pienso ¿En verdad los ciudadanos somos tan pendejos como para distraernos de lo esencial por este tipo de detenciones? Explico: en el Estado de México como en el resto del país, hay un profundo voto anti-PRI que (creo) no cambiará porque detengan a un pillo como Duarte. En Morelos también se percibe una sensación de hartazgo de la gente que (espero) no mejorará por el encarcelamiento de algunos ex alcaldes.

Celebro que hayan detenido a Javier Duarte, espero que también procesen a su esposa y aspiro a que las autoridades le hagan regresar la mayor parte de lo que se robó en Veracruz. En el caso de Morelos pienso de la misma manera: que bueno que están encarcelando a políticos corruptos y ojalá les obliguen a resarcir parte del daño que causaron.

¿Hay truco político detrás de las detenciones de ex gobernadores y ex alcaldes? Puede ser, pero me vale madre. Yo estoy de acuerdo que los metan a la cárcel y espero que el ciudadano que votará en el Estado de México lo haga consciente de lo que necesita su estado, más allá de encarcelamientos o discursos políticos. En castellano: que chingue a su madre el PRI (o el PAN o el PRD o MORENA), pero que encarcelen a los ladrones.

No vaya ser que las cosas sucedieran al revés: “Para que la gente no piense que se trata de una cortina de humo, mejor no detenemos a los ladrones”

  • post it

Primero fueron las vacunas contra el piquete de alacrán; dijeron que era agua con almidón. Ahora señalan que son las antitetánicas. Así lo publica El Financiero:

Gobierno de Graco distribuyó vacuna antitetánica caduca

En 2013 se encontraba Mercedes Juan en la secretaria de Salud federal y propuso a todos los gobiernos estatales la compra consolidada de medicamentos incluidos en el cuadro básico para con ello se pudieran obtener descuentos. 

El caso del suero antialacrán falso que el gobierno de Morelos compró –y aplicó a pacientes que en algunos casos murieron–, no es la única irregularidad en la que incurrió la Secretaría de Salud estatal. En algunos municipios se aplicaron vacunas antitetánicas ya caducas.
De acuerdo con documentos oficiales –en poder de El Financiero–, la Secretaría de Salud de Morelos adquirió, el 23 de octubre de 2013, un lote de “toxoides tétanos y difteria (td adulto)” por 212 mil 685 pesos. De acuerdo con esa factura (número A05610), emitida por Laboratorios Birmex, SA de CV, el medicamento tenía fecha de caducidad del 31 de agosto de 2014, es decir, menos de un año de vida útil y, aunque la Ley General de Salud prohíbe la compra de medicamentos cuya caducidad sea menor a un año, esta factura presenta un sello del Departamento de almacén y control de calidad de los Servicios de Salud de Morelos con la leyenda “aceptado” y la firma del encargado.

Este medicamento se aplicó en centros de salud de la entidad incluso pasada su fecha de caducidad, hasta que médicos del Hospital General de Cuernavaca lo detectaron y ordenaron que no se aplicara más. 

En 2013, la entonces secretaria de Salud federal, Mercedes Juan, propuso a todos los gobiernos estatales la compra consolidada de medicamentos incluidos en el cuadro básico para con ello, al adquirir grandes volúmenes, se pudieran obtener descuentos; sin embargo, el gobierno de Morelos rechazó la oferta al asegurar que ya contaba con un buen proveedor.

Se trataba de la empresa Disur, SA de CV, propiedad de Víctor Sánchez, personaje muy cercano al gobernador Graco Ramírez y quien además es dueño de Jardines de México, lugar donde el gobernador organizó varios conciertos, como el del cantante inglés Sting, el de Mijares y Emmanuel, entre otros. 

Sánchez es, además, dueño del equipo de futbol Zacatepec, a cuyo estadio el gobierno estatal destinó varios cientos de millones de pesos para su remodelación.

Se supo que finalmente el gobierno de Morelos rompió relaciones con Disur, SA de CV, debido a un desencuentro con el hijastro de Graco Ramírez, Rodrigo Gayosso, quien buscó a Sánchez para que contribuyera económicamente a sus aspiraciones de buscar la gubernatura del estado, petición que el empresario rechazó.

La administración de Ramírez Garrido Abreu contrató a una nueva empresa distribuidora denominada Advantage, SA de CV, en la que participaría Andrik Ruiz de Chávez, director de Adquisiciones del Sector Salud de la entidad y responsable de la compra del suero antialacrán falso.”

  • redes sociales

El congreso de Morelos está mostrando firmeza al impulsar las investigaciones y los procedimientos en contra de los ex alcaldes corruptos. ¡Bravo!

Ahora falta que actúe de la misma manera contra los actos de corrupción que se cometieron dentro del recinto legislativo. ¿Lo harán?

  • es viernes

Compatriotas: ya casi es mayo. Si ven que las cosas están mal, peor se pondrán con sus quejumbres; hay mucho trabajo y mucha alegría pendientes.

Levantémonos a vivir.

Hoy toca.

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