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VIDA POLÍTICA

EL CUAUH Y SU CABILDO, DEBEN SER YA, SEPARADOS DEL CARGO Y ENCARCELADOS POR OMISIÓN Y DESACATO EN PROBLEMAS TAN SERIOS COMO LA FALTA DE AGUA POTABLE EN CUERNAVACA Y LA NO APROBACIÓN DE PENSIONES POR MANDATO JUDICIAL….

El presidente municipal de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco, junto con su Cabildo han incurrido en diversas acciones de irresponsabilidad que pueden traer como consecuencia actos delitivos, en perjuicio de la sociedad citadina.

El que actualmente haya 60 pozos de distribución del agua potable sin funcionar por la falta de pagos a la Comisión Federal de Electricidad y más de 100 mil habitantes sin el servicio, por incumplimiento en los pagos, es un hecho histórico y sin precedentes en la capital morelense, en donde por cierto abunda el agua.

Sin embargo, como el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca es la caja chica del ayuntamiento y en el que los concejales suelen utilizar, para también dar chamba a sus familiares o compañeros de partido, el resultado es la quiebra financiera.

Bimestralmente, con la aportación del 70 por ciento de los usuarios del SAPAC, hay un 30 por ciento de morosidad por parte de algunos ciudadanos e instituciones públicas tanto estatales como federales, el organismo descentralizado logra reunir 25 millones de pesos, de los que 10 serían para el pago de servicios como la energía eléctrica y el resto a gasto operativo y nómina.

Sin embargo, la abultada nómina del Sistema de Agua Potable convertida así por los regidores, es que su gasto corriente es de 23 millones de pesos, los dos millones restantes siguen sin clarificar hacia dónde son remitidos y eso tiene como consecuencia que haya una quiebra.

A eso es necesario añadir la irresponsabilidad del alcalde Cuauhtémoc Blanco Bravo, la ambición del secretario Técnico, José Manuel Sanz, como de la Síndico Municipal y el cuerpo edilicio que para gastos personales toman como propio el dinero que ingresa al SAPAC.

Y mientras los ambiciosos concejales comen en buenos lugares y adquieren autos de lujo, que jamás en su vida habían soñado tener, hay más de 100 mil nativos y residentes de Cuernavaca sin una gota de agua.

El asunto no es menor ni tampoco de echarse culpas entre los miembros del Cabildo citadino, es preocupante porque todos están sumados en actos de omisión, a los que suman ordenamientos judiciales en materia de pensiones, todo esto,  en perjuicio de una sociedad y que también el asunto ha sido aprovechado para cuestiones con características electoreras.

Hoy, la irresponsabilidad de Cuauhtémoc Blanco y quienes lo acompañan es efectivamente un asunto que también encuera a muchos personajes con aspiraciones personales, como el secretario de Gobierno, Matías Quiroz Medina, quien desde el cargo y deslealtad al que le dio chamba utiliza los carros-tanque (pipas) de agua para distribuirlos en colonias de Cuernavaca, con su logotipo de precampaña. ¿Y el Impepac, apá?.

Pero también hay la ignorancia supina de un diputado como es el panista-perredista Carlos Alaníz Romero, quien con total desconocimiento de causa pide la no privatización del SAPAC, cuando esto, es un asunto que no está en la agenda de ningún orden de gobierno.

El pobre hombre que solamente actúa como se lo pide su tío Luis Miguel Ramírez Romero, tiene la brújula perdida como el cerebro y no eso lo ha demostrado hasta en sendos y mal hechos comunicados de prensa que él ordena.

Vale la pena destacar que por la irresponsabilidad de Cuauhtémoc Blanco en crear una crisis de distribución de agua potable en Cuernavaca es motivo de un juicio político serio junto con todos sus concejales, sin un trasfondo partidista como sucedió en el pasado.

Pero que también es motivo que la capital morelense cuente con un Concejo Municipal sin militancia partidista, con hombres honestos y serios que tampoco se dejen llevar por los negocios de algunos personajes.

Es el momento de que Cuernavaca tenga un cambio real, en el que se acaben los negocios de algunos y ganen sus habitantes, que desde hace cinco años solamente han visto pérdidas con una ciudad abandonada, con adeudos y sin servicios públicos.

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