I. Enfoquen la lupa. Está visto que la política implementada por el expresidente Felipe Calderón, de abatir al narcotráfico, sólo tuvo el efecto Gremlin. Esta semana se dio a conocer un video en el que supuestos miembros del Cártel del Pacífico rezan, armados hasta los dientes, en una calle oscura, antes de cometer sus ataques. En once años, el número de asociaciones del crimen organizado pasó de seis, a dos, que son el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel del Pacífico, pero aparecieron 280 organizaciones regionales, resaltó Guillermo Valdez, exdirector del CISEN. “De 1990 a 2016 en el país se tenían detectadas de seis a ocho bandas nacionales, y lo que tenemos hoy son 280 bandas”, dijo. Es una de esas historias en las que la solución viene viciada de raíz. Y la degradación sigue.
II. Una de cal... Ahora saben qué sentimos los ciudadanos ante la impunidad. Mauricio Fernández, el alcalde panista de San Pedro, en Nuevo León, estalló en furia. El edil se lanzó contra el Poder Judicial, particularmente contra los criterios de los jueces, ya que, asegura, el municipio detiene criminales y ellos los liberan. Afirma que no sirve de mucho la organización si se va a soltar a los delincuentes, a pesar de tener las pruebas sobre la mesa. Pero su enojo se desató por la reciente detención de un sujeto con tarjetas clonadas y su posterior liberación. “¿De qué nos sirve hacer tanto esfuerzo en detener delincuentes si el Poder Judicial está soltando a todo mundo?”, cuestionó. A este ritmo, el exgobernador Rodrigo Medina la tiene aún más fácil.
III. Para reflexionar. Para algunos, el encierro al que fue sometido José Manuel Mireles Valverde, exlíder de autodefensas en Michoacán, fue justo y se lo ganó, puesto que dirigir a un grupo de civiles armados no es legal. Pero tres años después de su encarcelamiento, el llamado comandante Mireles libró la prisión y en breve abandonará el penal federal de Tepic, Nayarit. El partido Movimiento Ciudadano celebró la decisión, e inclusive exigió su absolución. No es para tanto. Un juzgado federal le concedió la sustitución de la prisión preventiva, pero continuará su proceso en libertad. Se le impuso una fianza por 30 mil pesos y Mireles no puede salir del país. Debe quedar libre esta misma mañana. ¿Retomará las armas?
IV. Ociosidad. Hay iniciativas de ley absurdas y otras que rayan en la incredulidad. Una de ésas es la presentada por el diputado Elías Octavio Íñiguez Mejía, quien advirtió, en nombre del PAN, que los tatuajes contribuyen “al deterioro de los valores de la sociedad” y que es “inconcebible” que existan muchos niños y jóvenes que tengan el gusto y “padecimiento de exhibirlos”, a pesar de las consecuencias sociales, familiares, educativas, culturales y sicológicas que conllevan. En voz de su compañera Claudia Sánchez Juárez, presentó una iniciativa para castigar a las empresas de todos los rubros que introduzcan en sus productos tatuajes temporales, “porque incitan a los menores de edad a utilizarlos”. Lo que envilece a México es la corrupción, los moches panistas y sus otras prácticas de política desleal, no de la tinta sobre la piel.
V. Rebatinga. Ante un INAI dividido, hoy competirán por la presidencia de ese organismo cuatro comisionados. Los aspirantes Patricia Kurczyn Villalobos, Javier Acuña Llamas, Óscar Guerra Ford y Eugenio Monterrey Chepov presentarán su propuesta de trabajo ante los tres comisionados restantes, para luego definir quién ocupará el cargo que deja Ximena Puente de la Mora. El periodo en el que fungirá el elegido es 2017-2020. Llevan semanas determinando las reglas para esta designación, cuando lo importante es respondan las dudas de los ciudadanos. Un instituto de transparencia, que no transparenta, sirve de muy poco.