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LA COLUMNA DE HIERRO

Sin justicia, los gobiernos son bandas criminales

En una marcha por la paz, el obispo Ramón Castro convocó a la guerra, por lo menos a la guerra de conciencias, cuando acomodo las célebres palabras del
discurso de Colosio, Morelos tiene hambre y sed de justicia, alguien en su equipo debió haber sido cercano a Luis Donaldo, y el único que encuadra en ese rubro es Arnulfo Mon-
tes Cuén, quien escribe estupendamente y fue amigo personal del malogrado candidato del PRI, y es el presidente del Patronato para la restauración de la Catedral de Cuernavaca.
Por ahí asoman algunos mensajes que son tambores e guerra, cuando hablan de que es una pena que los poderes estén comprados, palabras muy fuertes, pero muy ciertas.
Si el obispo viola la ley, desde luego, anexamos el artículo 130 competo, para que saque usted sus conclusiones. También la
Violaron Hidalgo, Morelos, y Mariano Matamoros, entre otros 117 curas que hicieron la Guerra de Independencia, y abanderaron a la Virgen como escudo nacional, y nos dieron
Patria.

La pieza oratoria del obispo llena de amor, de sabiduría de inteligencia y de citas bíblicos y del amor de Jesús está bien envuelta en huevo, como para no
desafiar a los poderes fácticos, pero los desafió.
Y no sin motivo Morelos esta ahogado en pobreza, sangre, muerte y violencia, si Ramón violó la Constitución, fue seguido por la multitud
que inundó las calles, tantos fieles no pueden estar equivocados.

Si vaticina que la gene está al borde del desborde social, es porque es cierto, y si hace un llamado a que seamos responsables y cuidemos la paz.

Es una llamada de alerta. El gobierno federal hasta mero arriba debe parar oreja, te lo digo Pancho para que me lo entiendas
Poncho. Morelos es una muestra del tablero podrido de ajedrez en que se ha convertido el territorito mexicano. Mucho le podremos criticar a este pas-
tor católico, menos que le falten huevos , ni que sea fiel a su credo y doctrina, su fe y su creencia le dictan ayudar a los que están en
estado de dolor y sufrimiento y así lo hizo, y le salió bien.

Ya encarrerado el señor obispo dijo así con inspirado acento: Parafraseando a San Agustín: Los gobiernos despojados de Jus-
ticia, son solo bandas de criminales” dijo el obispo Ramón Castro. En la célebre homilía realizada en el atrio de la Catedral ante
miles de asistentes.El purpurado elegantemente ataviado, agregó que la justicia es lo esencial en los gobiernos, porque la justicia
tiene como base la verdad, y sin verdades no puede haber un gobierno transparente que nos lleve a un clima de paz para vivir con
serenidad y con amor.

Manifestó ante las aclamaciones de sus feligreses, que la verdad no puede existir cuando los encargados de gobernar, mien-
ten, solapan, y encubren a otros para que hagan el mal, sobre todo cuando ese mal se convierte en p ersecución, dolor y muerte de las personas inocentes,
que esperan todo lo mejor de su gobierno y son traicionados por quién debe protegerlos.

Exhortó a la concurrencia a mantener la fe, y a seguir las enseñanza de Cristo, a estar pendientes y atentos, no dejar que las cosas
pasen, citó a un poeta español, a Machado, Antonio: “Caminante no hay camino se hace el camino al andar”. Nosotros citamos a
Manuel su hermano, “ Dios quiere más a los malos cuando son más que los buenos.

Ramón castro ex diplomático en El Vaticano, hombre de recursos ideológicos y culteranos, logró su propósito de convertir una pro-
testa de fieles católicos en un mensaje político subliminal c que llegó al gobierno federal, y seguramente a la presencia de la República
, porque “orejas· hubo por todos lados desde la Policía del Mando Único que tomaba fotos,hasta seudo agentes de inteligencia y falsos
fotógrafos que no fallan a todos los eventos,pero que no trabajan en ningún medio de comunicación, y cobran en el gobierno; los
diputados locales presentes como Aristeo Rodríguez de la CNC con su sempiterno sombrero, y el nieto de Don
Lauro Mario Chávez Ortega que llenos de fervor aplaudieron a monseñor en un día de gloria terrenal para la prelatura.

Castro y Castro eufórico hablaba con emoción de amor, de la muerte, y de la vida, de Jesús y de los malos gobiernos, azuzan-
do a la masa a no dejarse, a estar pendiente, porque como dice la Biblia: “ El enemigo como León rugiente está buscando a quien devorar”.
Micrófono en ristre, subido en un temple te en el atrio de la Catedral de Cuernavaca, que estaba lleno a reventar por los cuatro
costados, con feligreses vestidos de blanco, acarreados de todas las parroquias de la entidad, --la política sin acarreo no funciona--, al
menos en este país.(También fueron acarreados los que asistieron por la tarde a mirar a López Obrador, y mucho mas los que al día
siguiente pintaron de amarillo la plaza convertido en perredista) muchos de los acarreados asistimos las tres marchas, así,. Que nadie
se sienta incómodo, de lo que hablan esas multitudes, es de: QUE MORELOS ESTÁ DIVIDIDO POLÍTICAMENTE, Y ESO AL ÚNICO QUE VA A BENEFI-
CIR ES AL SISTEMA GOBERNANTE.

Por la tarde otro mitin también de miles de acarreados hablaba mal del gobierno, y el domingo los maestros acarreados por los
supervisores de primarias y secundarias del IEBEM también a acuden a otro mitin masivo, acarreo vil, pero según unos y otros están
deslindados y nada tienen que ver entre sí, Y si eso es cierto, ahí radica la debilidad y su futura derrota, en su falta de unión que es
la capitulación que quiere el sistema, la división de las fuerzas emergentes.

Esto es de lo más esencial del doctoral discurso que fue una cátedra de sociología política, porque fue dictada en la catedral donde
el obispo dicta su homilía dominical, que es su enseñanza, su cátedra, la religión masiva es una fuerza política indiscutiblemente.
Las calles de Cuernavaca vistieron de blanco Algunos medios como La Unión de Morelos, señalan que más de 35 mil personas acu-
dieron a la convocatoria del obispo de la Diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro Castro,
para realizar una “marcha por la paz” para pedir tranquilidad en la entidad, ya que, de acuerdo con el obispo, “atraviesa un verdade-
ro desierto a causa de la violencia, la inseguridad y la falta de oportunidades”. Más allá de los números, lo que si se puede
decir que las calles se abarrotaron de personas vestidas de blanco en protesta por el
clima de violencia, ingenuidad y de muerte que se vive en todo el estado de Morelos.
Esta es la tercera manifestación a la que convoca el obispo.
La marcha partió de cuatro puntos: de El Calvario, del bulevar Juárez, del puente “Porfi rio Díaz” y de la Glorieta de las Palmas, en avenida Morelos, rumbo al Zócalo de Cuernavaca

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