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SERPIENTES Y ESCALERAS

No todas las alianzas suman; de hecho hay algunas que restan. En Morelos el PAN rechaza unirse al PRD, pero la decisión final sobre ese tema corresponde a las dirigencias nacionales. La pregunta es simple:

El dirigente del PAN en Morelos lo reitera: Aquí no iremos en alianza con el PRD en el 2018. Firme en sus expresiones, aunque sin mucha convicción, Juan Carlos Martínez Terrazas asegura que su partido no se unirá a aquellos que han traicionado a los ciudadanos, refiriéndose al gobernador Graco Ramírez y al presidente Enrique Peña Nieto; “nuestra alianza será con la sociedad”, afirma el novel dirigente. Pero la última palabra en esta historia le corresponde a su dirigencia nacional.

Desde hace varios meses PAN y PRD discuten a nivel nacional la posibilidad de concretar una alianza electoral en el 2018; han hecho ensayos, se han coaligado en algunos estados y aunque no pudieron concretarla en el Edomex, los dirigentes de ambos organismos afirman que un frente amplio es el camino para ganar la presidencia de la república el año que viene.

Detrás de las afirmaciones de Anaya y Barrales hay historias de poder ocultas; el acuerdo que buscan el joven panista y la dama de izquierda no es para ganarle al PRI, sino para ponerle un alto a López Obrador. Uno y otra tienen claro que Morena es el enemigo a vencer y sus acuerdos con el gobierno federal les mueven hacia una alianza que rompe paradigmas, que une agua y aceite, pero que de manera pragmática les da la fuerza electoral para enfrentar al movimiento obradorista.

Esa alianza se está cocinando en México, la impulsan las dirigencias nacionales y algunos otros personajes de la vida política. Dentro de ambos institutos políticos hay voces que se oponen, que resaltan la incongruencia ideológica de un acuerdo de este tipo y lo antinatural de un pacto así, pero tanto el viajero de Atlanta como la inquilina de Miami saben lo mucho que está en juego en el 2018 y lo lucrativo que resulta para ambos sumar estructuras para evitar la llegada de AMLO.

Esa dinámica nacional no es ajena a lo que sucederá en varios estados donde habrá elecciones concurrentes. Morelos, igual que la Ciudad de México, Tabasco y otras entidades quedarán como una bolsa política que se negociará en función de lo que se determine en la candidatura presidencial. Más claro: los estados serán fichas de cambio entre las dirigencias nacionales y formarán parte de un acuerdo integral rumbo al 2018.

En ese contexto la postura de Juan Carlos Martínez Terrazas es plausible, pero nada firme. El dirigente estatal sabe que la decisión final será nacional y entiende que a pesar de todo lo que puede alegar localmente, es el comité que encabeza Ricardo Anaya quien tiene las facultades para actuar de acuerdo a su conveniencia y en función de lo que pacte con el PRD.

Digámoslo con claridad: si hay alianza nacional, el PAN pondrá candidato y el PRD sumará su estructura, pero pedirá ir a la cabeza algunas alianzas locales como en la Ciudad de México y Morelos. Si las dirigencias de Anaya y Barrales acuerdan ir juntos en busca de la presidencia en el 2018, existe una amplia posibilidad de que el pacto incluya alianzas regionales, donde también se negociarían los candidatos.

Bajo este contexto se debe observar la postura de Juan Carlos Martínez Terrazas. El joven dirigente tiene razón en su postura, sabe que la unión local del PRD les perjudica en cualquier escenario, sobre todo si el candidato lo pone el Sol Azteca, pero en el fondo el presidente local entiende que la decisión está fuera de su alcance a pesar de que una alianza de este tipo los condene localmente al fracaso.

Veamos otro ángulo: durante 5 años el gobierno de Graco Ramírez ha perseguido a sus opositores, particularmente a los panistas. Una de las primeras acciones de este gobierno fue despedir a todos aquellos trabajadores que tuvieran ligas o simpatías con Acción Nacional y luego emprendió una persecución severa en contra de los personajes más representativos de ese partido.

A lo largo del sexenio Graco se la ha pasado repitiendo que el PAN es el causante de los problemas, que fueron los panistas quienes hicieron de Morelos un narcoestado y que ellos, los panistas, cometieron los mayores actos de corrupción en las instituciones morelenses. Cinco años han sido de ataques constantes y directos, la mayoría de ellos sin pruebas, pero acompañados siempre de declaraciones tronantes, han lastimado mucho a la militancia azul ¿Cómo convencer ahora a los panistas de ir en alianza con quien los ha perseguido todo el sexenio?

Derivado de un acuerdo nacional es altamente probable que PAN y PRD consoliden una alianza en Morelos. Si ello ocurre lo obvio es que el Sol Azteca ponga al candidato a gobernador y el PAN ocupe la primera senaduría; en este escenario el representante de una gran alianza (PAN-PRD-PSD-MC-PT-NA) podría ser Rodrigo Gayosso y la fórmula al senado quedaría con Javier Bolaños a la Cabeza y Lucía Meza como segunda posición. ¿Quién estaría contento con algo así?

La alianza local entre PAN y PRD no convence a muchos militantes de ambos partidos; los conflictos entre las dos instituciones han sido muy severos y ello ha pasado de los líderes hasta la base; hoy el pleito sigue vigente en varios espacios, como el congreso. ¿Cómo cambiar eso de la noche a la mañana?

En política no todas las sumas resultan en algo positivo. Una mezcla electoral entre PAN y PRD a nivel nacional es la apuesta de las dirigencias para frenar a López Obrador, pero localmente hay muchos agravios mutuos que necesitan ser solventados antes de pensar en un maridaje.

Si la alianza se da a contrapelo de la militancia, sin realizar una amplia y muy profunda labor de reconciliación entre ambas instituciones (y sus militantes), lo que ocurriría ese pacto en lugar de volver competitivo al candidato, arruinaría las posibilidades de ambos.

El primer paso del PRD rumbo al 2018 es reconciliar.

  • posdata

El alcalde de Cuernavaca ya dio el primer paso concreto de cara a las elecciones del próximo año: se afilió a un partido. Cobijado por el PES, el futbolista tiene asegurado el boleto para competir, sin tener que cumplir los requisitos que demanda la ley a quienes aspiran a hacerlo de forma ciudadana.

Blanco Bravo no ha podido sacar adelante la ciudad, enfrenta serios problemas operativos y muchas complicaciones sociales; a pesar de ello su equipo ya trabaja en la elección y comienza a darle forma a un proyecto que empieza con el Partido Encuentro Social, pero que podría sumar a otros partidos, como el PRI.

No olvidemos que el origen del PES y la protección política nacional al edil capitalino están en el mismo lugar; tampoco pasemos por alto que Encuentro Social representa hoy lo que en otro tiempo fue el Partido Verde, pero renovado, totalmente controlado y sin los negativos que ya carga el partido de los juniors.

Aquí y en México se escucha que desde una poderosa oficina del gobierno federal se ha metido la mano a Morelos y se opera rumbo al 2018. En varios momentos ha quedado clara la protección política de la cual goza el futbolista, situación que ahora toma un enfoque electoral.

En el PRI las cosas siguen fuera de control, la dirigencia duerme el sueño de los justos y los grupos políticos de siempre (los Mariselos y los Amados) son parte activa de un proyecto perredista. Amado Orihuela pronto dejará las filas del PRI para incorporarse al PRD, en tanto que las Maricelas y Guillermo del Valle (incluyendo a Paco Santillán) están alineados a los intereses del gobierno estatal y apuestan por el triunfo del Sol Azteca. Es el negocio de ganar perdiendo.

Sin agenda social, ni conducción política, el PRI no tiene nada que hacer en el 2018. De nada sirven los esfuerzos aislados de algunos personajes que intentan sacar adelante a su partido, cuando los grupos lo mantienen secuestrado y la dirigencia estatal simplemente no existe.

Ahí es donde puede entrar la mano nacional; en ese supuesto es posible que a la vuelta de unos meses comencemos a ver un giro en el rumbo del PRI, como aliado de un candidato ciudadano con muchísimo apoyo político del gobierno federal priísta.

Si el PRI no tiene un candidato rentable y los grupos han pactado la derrota de su partido ¿Por qué no alinear las cosas por otro camino? Comenta a quien esto escribe un alto funcionario federal.

Y añade: desde la Secretaría de Gobernación se ha decidido recuperar el estado… y el camino para hacerlo puede ser alguien que no sea priísta.

  • nota

Una pieza política que anda suelta en el escenario electoral de Morelos es el rector de la UAEM Alejandro Vera Jiménez. El líder estudiantil ha dicho que quiere ser gobernador para regresar la paz al estado y llevar a juicio a Graco Ramírez.

Vera Jiménez es, según distintas encuestas, uno de los personajes con mayor rentabilidad electoral rumbo al 2018. Aunado a su trabajo universitario, el rector ha consolidado una importante representatividad social debido a su participación en temas sensibles para la gente y a que ha sido de los pocos que ha alzado la voz en contra de los abusos e injusticias de este gobierno.

Por diversas circunstancias Alejandro ha construido una excelente relación con el Obispo de Cuernavaca y con Cuauhtémoc Blanco; al rector lo ven bien muchos sectores y lo cobijan diferentes grupos de nuestra sociedad.

Políticamente hablando Alejandro Vera Jiménez ha dicho que participará en la próxima elección, aunque no ha mencionado por qué camino. En comentarios en corto el universitario afirma que podría irse por la vía ciudadana para mantener el espíritu de su lucha, pero sabe que esa es la forma más complicada y difícil de acceder al poder y cambiar las cosas.

Viendo los reacomodos políticos ¿Qué tal que Alejandro Vera se incorpora al PES y en lugar de buscar la gubernatura, hace mancuerna con Cuauhtémoc Blanco desde la presidencia municipal de Cuernavaca?

A Vera igual que Blanco lo cuidan desde la federación, ha recibido apoyo ante los embates del gobernador y lo protegen ante los múltiples intentos de encarcelarlo para dejarlo fuera de la contienda del 2018.

Morena ha buscado insistentemente al rector, lo invitaron a la visita de AMLO, pero el universitario ha sido prudente y no se acerca a los obradoristas, para no hacer una descortesía política a quien le respalda. ¿Y si lo invitaran al PES?

Recordemos quién está detrás del Partido Encuentro Social.

  • post it

Los diputados han aprobado una auditoría especial al gasto del congreso, pero la revisión correrá a cargo de la entidad local, no federal, como inicialmente lo solicitaron tres partidos.

El diputado Julio Espín ha sido claro al reiterar la transparencia en el manejo financiero, pero también al señalar que la actual presidenta (Beatriz Alatriste) se ha dedicado a pagar los adeudos que le heredó Francisco Moreno.

La cámara de diputados vive una de sus peores crisis financieras y ello les acarrea un enorme desgaste interno y externo. En los pasillos del parlamento se escuchan quejas constantes por la falta de recursos y afuera se exhiben los abusos económicos cometidos por algunos diputados.

Independientemente de lo financiero, la decisión política que los legisladores deberán tomar es clave para sus aspiraciones futuras: protegen a quienes abusaron los recursos (ello revelaría que hay complicidad en el quebranto) o demuestran que la ley se aplica y no todos los políticos son iguales.

Quien llevará a cabo la auditoría, por cierto, es el mismo personaje que hace unos meses determinó que el crédito de Graco Ramírez se aplicó de manera adecuada.

  • redes sociales

Hace unos días el gobernador Graco Ramírez lo dijo con todas sus letras: “En el PRD no hay nadie que pueda competir con AMLO”

Pregunta ¿En Morelos hay alguien del PRD que le pueda ganar a Cuauhtémoc?

Comentarios para una columna alegre: eolopacheco@elregional.com.mx

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