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BITÁCORA DEL DIRECTOR

Cuatro de junio: lo que está en juego

1. Un triunfo de Morena en el Estado de México pondría a Andrés Manuel López Obrador en ruta directa hacia la Presidencia de la República. Se entendería que él y su partido siguen siendo inmunes a escándalos como Texcoco y Eva Cadena. La única forma de impedir su llegada a Los Pinos sería mediante una amplia coalición de sus contrarios.

2. Una derrota del PRI en el terruño del presidente Enrique Peña Nieto y del grupo Atlacomulco significaría un golpe mortal al tricolor. No sólo perdería la oportunidad de retener Los Pinos —de por sí, hoy cuestionada—, sino además dejaría ir una fuente fundamental de financiamiento (el Edomex) que le permitió sobrevivir en la oposición durante el periodo 2000-2012.

3. El PAN necesita quedar, por lo menos, en segundo lugar en el Estado de México para mantener sus posibilidades de ganar sin ayuda la Presidencia en 2018. Ningún partido que ha quedado de tercero para abajo en la contienda para la gubernatura de esa entidad ha tenido posibilidad alguna en los comicios presidenciales del siguiente año. Por eso, en el Edomex se juega la “primera vuelta”.

4. Si el PAN gana Nayarit (en coalición con el PRD) y queda al menos segundo en Coahuila y el Estado de México, y se anota algunas de las ciudades más importantes de Veracruz, la lucha interna por la candidatura de Acción Nacional seguirá siendo relevante. De no alcanzar ese mínimo, el PAN tendrá que buscar un aliado importante para las elecciones del año entrante.

5. Si el PRI gana el Estado de México tendrá un tanque de oxígeno que le permitirá esperar a que la economía se beneficie de las reformas estructurales y una buena negociación del TLCAN. Sin embargo, deberá prepararse para responder a los recursos que el conjunto de la oposición presentará en los tribunales contra los resultados en el Edomex.

6. Pase lo que pase el domingo, el PRD habrá resucitado. Es muy posible que se anote, con el PAN, triunfos en Nayarit y Veracruz. Pero independientemente de los resultados, el partido ha encontrado en Juan Zepeda un buen ariete para enfrentar los retos del futuro. Por su desempeño en la campaña del Edomex, Zepeda puede pedir lo que lo quiera.

7. Morena también saldrá fortalecido de estas elecciones, a menos de que los votantes decidan propinarle una tunda. Quedando segundo en el Edomex y sacando un resultado de doble dígito en Coahuila y Nayarit, el partido de López Obrador tendrá una plataforma suficientemente amplia y alta para pelear la Presidencia en 2018.

8. Los encuestadores se juegan mucho el 4 de junio. Después de los yerros del año pasado, tendrían que esperar que los competidores, al menos, concluyan en el orden que ha previsto la mayoría de los sondeos. Por ejemplo, que ganen Alfredo del Mazo o Delfina Gómez en el Estado de México con un escaso margen sobre el otro. Con otros resultados, habrá mucho que explicar.

BUSCAPIÉS

A una semana de las elecciones, sólo tres de los 21 candidatos a gobernador no han firmado los 11 compromisos contra la corrupción que lanzaron la Coparmex, el IMCO y Transparencia Mexicana. Ellos son Miguel Ángel Riquelme (PRI, Coahuila), Antonio Echevarría (PAN-PRD, Nayarit) y Delfina Gómez (Morena, Edomex). Ojalá firmen en los días que quedan. Y si no, que los electores lo recuerden cuando acudan a las urnas.

Mi solidaridad con el colega Pepe Cárdenas. Cuestionar a alguien que tiene posibilidades reales de ser Presidente es deber de todo periodista. Y ninguno tiene por qué aceptar que le digan calumniador cuando sólo está haciendo su trabajo. Pretender dividir al gremio entre quienes preguntan de forma anodina (“los buenos”) y quienes lo hacen pensando en el interés público (“los malos”) es una peligrosa forma de intolerancia.

La cobertura informativa del reciente ataque terrorista en Manchester ha provocado un debate sobre la forma en que presentan las noticias los medios en circunstancias como esa. “Tenemos la obligación de informar y explicar los hechos, (pero) debemos tomar en cuenta el impacto de nuestro reporteo”, escribió la columnista Indira Lakshmanan en Poynter. Se refería al uso de intensivo de imágenes de personas aterrorizadas que no ayudan al entendimiento y sí aumentan el miedo.

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Nacional
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